Arthur se despertó cuando un dedo empezó a golpearle la frente. Puso una mueca de extrañeza y poco a poco, con esfuerzo, fue abriendo los ojos.
Ya era de día y la luz se colaba por las ventanas del salón. Giró la cabeza y vio que a su lado estaba la hija menor del inspector: Scarlett.
- ¿Qué haces aquí?
***
Charles bajó las escaleras. A decir verdad, ni se acordaba de que Arthur estaba en casa: solo podía pensar en su café.
Escuchó ruido en el salón y entonces abrió la puerta.
- ¡Eres muy malo! - dijo Scarlett con las gafas de realidad virtual - ¡Para disparar solo le tienes que dar al gatillo!
- ¿¡Y qué crees que hago!? ¡Son demasiados alienígenas! - protestó Arthur a la vez que saltaba para esquivar un tronco imaginario.
- ¡Que no son alienígenas, son zombies!
- ¡Si tienen tres patas no pueden ser zombies!
- ¡Agáchate!
El inspector se sentó a verlos jugar sin que ellos se dieran cuenta de que estaba allí. Le hacía mucha gracia verlos matar zombies, aliens o lo que fueran imaginarios, esquivar bombas invisibles y saltar troncos en llamas inexistentes.
Aquella consola se la había comprado Rachel a Scarlett por su cumpleaños en contra de la voluntad de su padre, pero la verdad es que por lo menos había servido para animar a Arthur.
- ¡Mierda! ¡Estoy perdido!
- Si te oyera mi padre... Él no permite palabrotas en casa. - le dijo Scarlett.
Charles se rio.
- Como si él no las dijera.
- ¿Mi padre diciendo palabrotas? Muy mal le debes de caer. - se rio Scarlett - No hablamos de la misma persona.
De repente Arthur se giró y apuntó a Charles con el arma del videojuego, dándole un susto de muerte.
- ¡Nos atacan por detrás!
Su hija también se dio la vuelta y empezó a disparar.
Rhonda bajó las escaleras y se empezó a reír al verlos jugar juntos.
- Rachel dice que viene a desayunar y que así ya recoge su móvil. - anunció la madre.
- Esta hija es un desastre. - respondió Charles.
Charles preparó el desayuno mientras Rhonda se duchaba. Luego, sacudió el hombro a su hija para que saliera del videojuego y esta le dio una patada en la espinilla a Arthur. A Scarlett le sorprendió que el chico no se quejara, pero es que Arthur apenas la había sentido.
- Ya está listo el desayuno. - dijo Charles - ¿A dónde vas?
Arthur ya estaba saliendo por la puerta.
- A casa. - respondió sorprendido.
- Pero hombre, desayuna con nosotros. - dijo Rhonda - No podemos dejar que un invitado se vaya con el estómago vacío. - dijo sin recordar que Arthur no necesitaba comer.
Por mucho que Arthur insistió, acabó sentado a la mesa con un bol de cereales. En medio del desayuno, alguien llamó a la puerta.
- Es Rachel. - dijo Rhonda levantándose para abrir la puerta.
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Metallic Killer
Science FictionTodo el mundo imaginaba que la Dr. Reed había muerto de sobredosis. Era una mujer mayor con muchas adicciones: aquella era la opción más probable. Todo el mundo lo imaginaba... Hasta que la autopsia desveló que había muerto estrangulada. Inmediatame...