- Buenos días, Inspector. - le saludó Suzanne.
- Buenos días.
El inspector siguió caminando, obligando a Suzanne a seguirlo por los pasillos.
- Hemos estado investigando los apagones y creemos que es obra de un hacker. Tenemos a todos nuestros informáticos investigándolo y pronto...
- Discúlpame un momento. - la interrumpió.
Charles acababa de ver como Arthur entraba por la puerta de la comisaría. Caminó rápidamente hasta él y le dió un puñetazo en la nariz. Arthur ni se tambaleó con un golpe que hubiera tirado a cualquiera al suelo. Todos los miraron extrañados.
- ¿¡A qué viene eso!? - gritó mientras intentaba detener la hemorragia.
No le había roto la nariz, solo le había desgarrado la piel: su cráneo, al igual que el resto de sus huesos, estaba hecho de metal ultraligero pero muy resistente. La verdad es que a Arthur no le había dolido nada, pero a Charles le dolía el puño del golpe. Por lo menos le había servido para desquitarse.
- Esa por acostarte con mi hija.
Arthur no se lo podía creer.
- ¿Rachel se lo ha dicho?
- No, tú.
Arthur no entendía nada.
- Anda, vamos a mi despacho. - dijo el inspector.
Caminaron bajo la atenta mirada de los trabajadores. Algunos se reían y otros compadecían a Arthur, pero ninguno se explicaba como era posible que no hubiera caído al suelo.
Charles cerró la puerta y se sentó en su butaca. Arthur se seguía limpiando la sangre con la manga.
- Anda, toma. - le dió un pañuelo para que se secara la sangre - Que te está quedando bonita la camisa...
- A juego con la nariz. - ironizó Arthur.
- Bueno, ya te la arreglará Cooper.
- No, esto no. Creo que me daría vergüenza llegar allí y tener que explicar que me dió un puñetazo por acostarme con su hija. - sonrió - Por cierto, buen golpe. No me esperaba tanta fuerza en alguien de su edad.
- No me tientes que aún vas a llevar otra. - se rio Charles.
Arthur se sentó.
- ¿Me consideras un estúpido, no? - preguntó Charles.
- Si le consuela, su hija tiene unas tetas preciosas. - se burló Arthur.
Charles intentó reprimir sus ganas de estrangularlo, principalmente porque sabía que no iba a lograr nada.
- Eres un hijo de puta. - dijo Charles a la vez que servía un vaso de whisky a cada uno.
- Gracias. - dijo Arthur al coger el vaso.
El inspector bebió.
- Un gran hijo de puta. - se rio - Y aun por encima tuviste el valor de venir a mi casa. Ya hay que tener huevos...
Arthur bebió un poco.
- No sé qué decir.
- No digas nada.
Charles lo observó un rato en silencio. La nariz le había dejado de sangrar, pero la seguía teniendo manchada de sangre. No podía dejar de imaginárselo con su hija, y aquello le producía unas ganas terribles de volverle a pegar. Intentó pensar en otra cosa.
- ¿Escuchaste lo del hackeo?
- Sí.
- ¿Qué opinas? ¿Crees que podría estar relacionado con Mike?
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Metallic Killer
Science FictionTodo el mundo imaginaba que la Dr. Reed había muerto de sobredosis. Era una mujer mayor con muchas adicciones: aquella era la opción más probable. Todo el mundo lo imaginaba... Hasta que la autopsia desveló que había muerto estrangulada. Inmediatame...