T R E S

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-¿Es al chile que te vas a ir así?—le pregunté a Myr apenas la vi bajar las escaleras enfundada en su vestido negro y en unos tacones con los que apenas y podía dar paso.

-Pues sí wey, ¿qué tiene?—me respondió, alisándose el vestido.

-Pues en primera porque te caga usar vestidos, y en segunda, ¿no te partiste la madre en la tarde por traer tacones? ¿Qué vergas te quieres morir antes de cobrar tu primer sueldo o qué chingados?

-No hay pedo wey, llevo unos zapatos bajitos por si me canso—señaló su bolsa como si fuera lo más normal del mundo traer un par de zapatos a todos lados.

-¿Y qué se supone que voy a hacer aquí sola como moco?—rezongué, cruzándome de brazos.

-Pues puedes pedir una pizza y chutarte algo en Netflix, o ponerte a escribir, ¿no me dijiste que querías empezar otro fanfic? Tal vez puedas escribir algo de Aitor—sugirió con saña, dirigiéndose a la puerta cuando escuchó un claxon.

-Ojalá no tuviera que escribirlo, wey...—lancé al aire—pero bueno, vete con cuidado y no llegues tan tarde, ¿ok? Está bien que vas con Potro y Zombie pero no mames, aún no conoces tanto la ciudad.

-No hay pedo wey, nos vemos al rato—me sonrió y salió por la puerta.

De acuerdo, eran las 7:00 PM y tenía que idear un plan para no aburrirme en el depa como hongo, así que siguiendo los consejos de mi amiga llamé a la pizzería más cercana y me dispuse a buscar algo en Netflix.

La pizza llegó a las 7:25 en punto, y después de darle mate a dos rebanadas el sonido de mi teléfono me sacó de la trama de la película que estaba viendo.

-¿Bueno?—respondí después de darle un mordisco a la 3era. Rebanada de pizza.

"¿Ya estáis cenando?" casi se me atora el pepperoni cuando lo escuché al otro lado del teléfono.

-Pues...sí, ya casi con las 8. ¿Se te ofrece algo, Aitor?—le pregunté sin entender muy bien de qué iba esta llamada—¿Cómo conseguiste mi teléfono?

"Tu amiga me lo compartió, me dijo que te quedasteis sola en casa y que seguramente te vendría bien algo de compañía..." Iba a matar a Myrna en cuanto la viera.

-Pues... estoy viendo Netflix y comiendo pizza, para mí es una buena noche.

"Sí, ya lo noté..." solté una pequeña risa pendeja después de su frase y el silencio se hizo por un minuto, como si estuviera pensando qué decir "quiero que me toméis fotos"

-¿Qué? ¿Ahorita?

"Sí...a menos que lo que estéis viendo en Netflix sea más divertido, aunque no tienen películas porno, así que te aseguro que lo que estás viendo no es para nada divertido"

-Aitor, ¿estás consciente de que sólo tengo una cámara conmigo, cierto? Para tomarte fotos a estas horas necesito luces, difusores, un lente extra o dos...

"Aitor se encarga de eso, no te preocupes. Te veo en una hora en las instalaciones de los Cuervos, ¿de acuerdo? No lleguéis tarde" y colgó.

Maldita sea, ¿qué carajo estaba mal con este tipo? Se creía el dueño del puto mundo, dando órdenes a lo wey. Aunque debo admitir que me encantaba.

(...)

Después de la llamada de Aitor apenas tuve tiempo de correr a la ducha y cambiarme en tiempo récord antes de pedir el Uber y llegar a las instalaciones del equipo. En el estacionamiento pude ver aparcado un Camaro negro mate precioso, que supuse sería de Cardoné. Suspiré y acomodándome la cámara al hombro entré.

C U A R T O  D E  H O T E L | Aitor Cardoné (Club de Cuervos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora