V E I N T I U N O

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Los días habían pasado más rápido de lo que pensábamos. Los Cuervos estaban trabajando totalmente a tope, realmente confiados y empleándose a fondo en terminar de acomodar las piezas del equipo para poder enfrentar a las pinches Chivas en la vuelta.

Después de lo que aconteció en casa de Axel, las cosas se calmaron casi en su totalidad. El pinche pecoso había desaparecido por completo de la faz de la tierra, y aunque suponía que eso se lo debía totalmente a Alan aún no quería cantar victoria, pues el Pecoso era como el puto moho: cuando creías que por fin lo habías eliminado regresaba a joderte la existencia.

Como sea que fuere, durante este tiempo tampoco había tenido mucho tiempo de hablar con Aitor, pues nosotros, del lado organizacional también nos la habíamos pasado preparando material especial para Cuervos TV y para lograr vender las membresías para la cooperativa que se había establecido para regresar el equipo a la ciudad, y evitar que las jodidas televisoras se tronaran a los Cuervos y nos terminaran mandando a jugar a pinches Acapulco.

Era sábado y Myrna, Dylan y yo estábamos junto con Hugo y Carmelo arreglando todo para el partido del domingo, después de que nos enteráramos que no habíamos logrado llegar a los 400 mil membresías vendidas e Isabel y Chava se fueran a hablar con la única persona en este pinche país que podía solventar el resto del dinero para evitar que los Cuervos cayeran en las manos equivocadas.

-¿Y qué pasa si mañana no ganamos?—soltó Carmelo de pronto, cuando todos estábamos en la sala de juntas— ¿Y si los Cuervos son vendidos y se van a Acapulco?

-Ay Carmelo, ¿cómo dices eso?—le interrumpió Hugo—no hay que ser tan pesimistas, ya ves que cuando creíamos que todo estaba perdido logramos calificar a la liguilla, y ya estamos en la final.

-Además, por lo que he visto hasta ahora Isabel y Chava siempre se las arreglan para que todo les salga bien—intervino Dylan—creo que ahora lo que necesitamos es ponernos las pilas y dejar todo listo para mañana

-Bájale dos rayitas a tu histeria, Carmelo—le pidió Myrna—como dice Dylan, Isabel y Chava resolverán esto—pero con la mirada que mi amiga me hizo saber que ella tampoco sabía qué esperar. Lo único que todos los presentes sabíamos es que los Cuervos no se podían ir de Nuevo Toledo, pues sería como la crónica de una muerte anunciada.

(...)

Carmelo había ordenado una pizza para comer y estábamos entrándole duro cuando el celular de Hugo Sánchez sonó.

-Señor—respondió casi al instante—sí, sí señor, estamos todos juntos terminando todo para mañana—se calló por un momento—claro señor, le llamo al señor Juan Pablo y preparo todo, ¿necesita que lo alcance...? De acuerdo, de acuerdo señor. Nos vemos aquí cuando llegue—Huguito colgó la llamada y nos miró con ojos graves—la señora Mary Luz está en la cárcel.

-¡¿QUÉ?!—dijimos todos al mismo tiempo, mientras el pedazo a medio comer que Myrna tenía en su mano caía estrepitosamente al suelo a causa de su -nuestra- evidente sorpresa.

-Parece que la señora Mary Luz fue a la sesión de la venta de los Cuervos y desenmascaró al señor Gaspar, pero él ya tenía avisada a la policía que ella iría por algunos problemas que tuvo en Argentina hace unos años.

-Verga, wey—dijimos Myr y yo al mismo tiempo.

-¿Y qué va a pasar con Valentín?—preguntó Carmelo.

-¿Y los Cuervos?—cuestionó Dylan a su vez.

-El señor Juan Pablo se quedará con Valentín, al parecer la señora Mary Luz y él arreglaron eso—nos informó Hugo—la buena noticia es que el señor Chava e Isabel lograron convencer a Armando Cantú de integrarse a la Cooperativa... ¡y ganamos la subasta! ¡Los Cuervos se quedan en Nuevo Toledo!—Hugo abrazó a Carmelo, mientras Dylan le daba un pequeño abrazo a Myr. Pero no podíamos festejar del todo, pues se notaba que a todos nos había pegado que encarcelaran a Mary Luz.

C U A R T O  D E  H O T E L | Aitor Cardoné (Club de Cuervos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora