-Tú lo harías? – yo asentí muy segura de mi misma – en ese caso sería Karim el que se quedaría con la custodia de vuestros hijos y solo si él te lo permite, los volverás a ver, que en muchos casos el hombre no le permite a la madre verlos – me quedé alucinada – harías que te repudie? Renunciarías a tus hijos?
-Ni de coña – ella sonrió tristemente – nunca renunciaría a ellos, aguantaría cualquier cosa con tal de tenerlos a mi lado.
-Pues es lo que me sucede a mi, ahora me entiendes.
-Señoras – Mohamed se acercó a la mesa – tenemos órdenes de llevarlas de vuelta.
Las dos dejamos dinero en la mesa y nos subimos al coche. Al llegar, Amira volvió a ser la mujer de semblante serio de siempre.
-Por favor, no le digas a Samir lo que hemos hablado.
-No le daría el gusto a semejante cerdo – ella comenzó a reír sorprendiéndonos a los tres que estábamos en el coche. – me ha gustado hablar contigo hoy.
-Y a mi, además lo podremos hacer más a menudo por que me mudaré en la casa de al lado, será ella quién se quede en la que fue mi casa, a un par de horas de viaje.
-Pues mejor, así estaremos las dos más cerca y nuestros hijos también.
Bajamos del coche y Samir estaba esperándonos en la puerta.
-Qué habéis comprado? – era amable y todo el capullo – buenas tardes África.
-Hola. Amira, te veré en la cena.
Esta asintió y yo pasé de largo ignorando a Samir. Subí las escaleras y fui a la habitación, Karim estaba sentado en la cama, quitándose los zapatos.
-Buenas tardes amira ( princesa). Qué tal el día?
-Bien, te he comprado varias cosas – dije contenta.
-Que bien, estoy deseando ver lo que mi mujer me ha comprado – se acercó a mi y me dio un beso en los labios.
-Karim, puedo hacerte una pregunta? – él asintió – tú te casarías con otra mujer?
-No te entiendo África.
-Si, que si tendrías un harén?
-No – lo dijo muy seguro de si mismo – por qué preguntas eso?
-Porque no me gustaría saber que mi marido tiene otra mujer y es el padre de otros hijos que no sean los mios.
-No, amira – tragó en seco – no me casaría.
-Estás mintiendo – le grité enfadada ahora – cada vez que me mientes frunces el ceño y miras para otro lado. Estás casado con otra mujer Karim? – volví a gritar cada vez más fuerte – soy tú segundo plato? – ahora tiré las bolsas que tenía en la mano – dímelo maldita sea.
-No – gritó – no estoy casado con otra.
-Entonces por que me mientes? Que escondes Karim?
-África relájate, estás embarazada y los nervios no te pueden hacer bien.
-Qué me lo digas .
Nuestros gritos se escucharon en alguna parte de la casa, por no decir en toda ella, ya que unos golpes nos interrumpieron.
-Necesita algo señor? – era la voz de Adila
-No y tú señora está bien Adila, no te preocupes.
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Hija de la mafia
RomansaLlevaba una vida de ensueño, hija pequeña y mimada de dos grandes mafiosos, Max y Ada de Luca. La consentida de mis dos hermanos Victoria y Max de Luca. Mi nombre es África de Luca y os contaré como ha sido perder a mi madre, pasar de una drogodepen...