Cumplir un sueño, y ¿algo más? {Avi Kaplan}

Capitulo IX: Inesperado

Estaba de pie junto a la barra, Scott y yo conversábamos. De pronto un chico se le acerco a Rominna, conversaron y de un momento a otro desaparecieron. La busque entre la gente, pero no la veía. Scott se dio cuenta de que yo la buscaba.

-Esta por allá –Scott apunto casi al centro de la pista de baile. Rominna bailaba con ese tipo, él tenía sus manos en la cintura de ella. Me quede observándolos un rato, él tipo la tenía acorralada entre sus brazos, pero ella no le daba importancia.

Sin pensarlo me acerque, esquive a un par de personas antes de llegar a ellos. Llegue en el momento precioso, él tipo estaba por besarla. La tome la cintura y la jale hacia mí. Ella sonrió con aire soñador al ver que era yo quien la había apartado del tipo ese. Quien no tardo más de dos minutos en encontrar a otra chica.

Rominna reía mientras bailábamos, su mirada era rara, como perdida. Pasó sus manos por mi cuello y comenzó a jugar con mi cabello que se escondía bajo mi gorro. Me quede mirándola mientras bailaba y reía, pasaron unos minutos hasta que me diera cuenta de lo que pasaba. Todas las piezas calzaron de pronto en mi cabeza. Ella había sido drogada.  

De seguro había sido el chico rubio, algo debió haber puesto en su bebida. Quise ir atrás de él para darle una paliza, por haber hecho eso con Rominna. Cuando quise llevármela de allí ella se acercó a mí coqueteando, y de un momento a otro ella estampo sus labios con los míos. Aquellos tenían un sabor a vodka y naranja. El beso solo duro un instante, ella se separó bruscamente de mí. Todo había pasado demasiado rápido.

Ella se me quedo mirando un par de segundos y salió corriendo. La seguí entre la gente, pero la perdí. Trate de encontrarla, la buscaba entre tanta gente que me era casi imposible concentrarme. Pero la vi, ella salía corriendo por la entrada.

Seguí sus pasos hasta el estacionamiento del local, se acercó hasta el auto de Scott y se apoyó en él un momento. Cerró su puño y le dio un gran golpe al maletero del auto.

-El auto de Scott no tiene la culpa –dije, ella se asustó al verme tras de ella. Me miro un instante y me dio la espalda.

-Quiero irme a casa –murmuro. Di un vistazo al local, los chicos no saldrían de allí en varias horas.

Me acerque a mi auto, entre y lo encendí. Ella entro a la parte atrás, sentí como arrojo algo al asiento y cerró la puerta. No hablamos en el camino, de vez en cuando la miraba por el espejo retrovisor. Ella tenía la mirada perdida en la calle de afuera. Parecía que el efecto de la droga había desaparecido.

Cuando llegamos a casa, yo creí que hablaríamos sobre lo sucedido, pero me equivoqué. Ella subió las escaleras y se encerró en su habitación dando un portazo. Me quede en la sala un rato, tratando de procesar todo lo que había sucedido. Aun podía sentir el calor y el sabor de sus labios.

***

Había pasado la última hora tratando de sacar de mi cabeza lo que paso, pero me era imposible, no podía, no quería. Me levante del sofá y subí las escaleras, doble a la derecha por el pasillo y me detuve delante de la primera puerta. Toqué una vez, ella no respondió. Volví a tocar, ella no respondió. Quizá estaba durmiendo, pero quería verla. Tome el pomo de la puerta y lo gire con cuidado, si estaba durmiendo no quería despertarla.

La habitación estaba sumida en una completa oscuridad, me asomé con cuidado. Una sombra se alzaba sobre la cama. Ella me estaba observando, entre y cerré la puerta tras de mí. Di unos pasos, los necesarios para quedar a un metro de su cama, allí me detuve. Apenas podía distinguir su cara, ella se recostó de en su cama. Creí que era una manera de ignorarme, pero no. Ella se estiro y prendió una pequeña lamparita lila que estaba en su mesita de noche junto a la ventana. Volvió a incorporarse en su cama, aun llevaba puesta la ropa con la que habíamos salido.