Cumplir un sueño, y ¿algo más? {Avi Kaplan}

Capítulo XVIII: Victoria

-Te extraño

-¿de verdad? –pregunté

-Claro que sí

-Yo también te extraño Victoria –ella sonrió a la pantalla. Tenía mi computador sobre un pequeña mesa auxiliar de la habitación del hotel, desde que salimos de gira con los chicos, yo y Victoria hablamos cada noche por Videochat. –Mañana nos iremos a París.

-¿Paris? –asentí. -¡Dios, como quisiera estar ahí! –se quedó mirando en vacío con aire soñador.

-Lamento que no hayas podido venir…

-tranquilo Kev, será en otra ocasión –ella me sonrió amablemente. –Tengo un poco de sueño, la universidad me tiene sin poder pegar un ojo –un suspiro escapo de sus labios. -¿Hablamos mañana?

-Claro –no dude un segundo en contestar. –Descansa Victoria –le lance un beso por la pantalla. Ella hizo como que tomo aquel beso y lo guardo en su corazón.

-Buenas noches Kev, hasta mañana

-Buenas noches –ella se despidió con la mano y a los segundos la comunicación se cortó.

Habían pasado tantas cosas últimamente, desde que Rominna llego mi vida cambio por completo. Y si no fuera por ella no hubiera conocido a Victoria.

Si les soy sincero, aun me duele un poco que ella haya preferido a Avi, aún me duele un poco cuando se abrazan y se besan delante de mí. A pesar de lo rápido que la empecé a querer, no ha sido tan rápido poder olvidarla.

De seguro Victoria había caído del cielo, estaba completamente hecha para mí. Era dulce y tierna, su personalidad y su carisma era increíble. Solo bastaba estar 3 minutos con ella para ser contagiados con su energía.

Y además de eso, era preciosa. No. Ella era totalmente hermosa, sus ojos castaños poseían una mirada tan vivaz, llena de alegría y esperanza.

***

-¿Vas a irte?

-Solo será por unas semanas –su mirada entristeció un poco. –no será mucho tiempo

-está bien –suspiró. –Cuídate ¿sí?

-Solo si tú lo haces –ella sonrió, alargue mi mano para acariciar su mejilla. Al sentir mi tacto sobre su piel Victoria cerró sus ojos por un momento.

-Te quiero –susurré acariciando su mejilla. Ella abrió sus ojos y me miro. Nuestras miradas hicieron un largo contacto. Me acerque a ella despacio, una leve brisa nos envolvió. Mantuvimos el contacto visual hasta que nuestras narices chocaron, ambas respiraciones se mezclaban. Nuestras miradas se mantuvieron un segundo más, la distancia entre nuestros labios era casi nula, un suspiro escapo de ella, cerro sus ojos y fue ahí cuando pude sentir sus labios por primera vez.

***

Me mire en el gran espejo que adornaba una de las paredes de la habitación, tenía una gran sonrisa en mi rostro. Cada  vez que hablaba con Victoria o con tan solo recordarla era inevitable que no se formara una gran sonrisa en mi rostro.