Capitulo XVII: Mía

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Cuando la vi parada al costado del escenario, una idea apareció en mi cabeza. Una brillante idea.

En realidad la idea de pedirle que fuera mi novia la tenía hace ya varios días, el día que llegamos a Italia ella cumplía un mes exacto con nosotros y 3 semanas saliendo conmigo. Primero tenía la idea de pedírselo cuando estuviéramos en Francia, pero sería en una semana más, y solo estaría con por tres semanas con ella, como novios oficiales, claro. Pero no, no quería que solo fueran 3 semanas, al menos que cumpliéramos un mes juntos antes de que ella deba irse. Quería disfrutar al máximo el mes que nos restaba juntos, porque después de eso ella… ella se iría y ya no podríamos vernos muy a menudo. Y una relación a distancia… no sé si funcionaria.

Me acerque a ella, y la tome de la mano guiándola hasta el centro del escenario. Mi pequeña intento zafarse de mí, pero le negué la posibilidad de salir corriendo delicadamente. Era ahora o nunca.

La canción estaba por terminar cuando llegamos justo al centro del escenario, me arrodille frente a ella y le dedique el último verso de la canción, verso que me correspondía cantar a mí. Sus mejillas se habían vuelto de un rosa intenso y mordía la esquina de su labio inferior, sabía que estaba nerviosa, el que la miraran muchas personas siempre la incomodaba.

-…  I need your love. –ella me miraba con sus ojitos cristalizados. Respire profundo y comencé a hablar. Les puedo jurar que ni en la primera presentación en “The Sing-off” me sentí tan nervioso. – Rominna… Quería preguntarte algo…  -las pupilas de mi pequeña se dilataron al escuchar esas palabras, tragó en seco tratando de tranquilizarse. –Quería preguntarte aquí en frente de todos, si tu… ¿Quisieras ser mi novia?

Ella se congeló, creo que ella no se esperaba aquella sorpresa.

-Yo… yo… -ella tartamudeaba, por un segundo creí que ella saldría corriendo. –si… sí quiero Avi –ella me sonrió con lágrimas en los ojos. De inmediato los gritos tanto del público como de los chicos se hicieron sentir.

Ella tendió sus brazos hacia mí, me levante del suelo y la estreche contra mi pecho. La levante del suelo y di unas cuantas vueltas con ella en mis brazos.

-Te quiero –susurre en su oído. Ella solo me abrazo con mucho más fuerza. La deje en el suelo un segundo y luego la tome de nuevo.  Ahora yo la cargaba en mi hombro, Rominna intentaba forcejear para que yo la bajara. La mitad de cuerpo colgada por mi espalda, mientras yo la sostenía de sus piernas. Cuando me la llevaba hasta detrás del escenario, Scott me hablo.

-Hey Avi, vuelve pronto. –me gire para verlo guiñarme un ojo. Le sonreí y me lleve a mi Rominna hasta adentro. La deje delicadamente sobre uno de los sofás del camerino, la bese y salí de allí. Aún tenía un concierto que terminar.

***

Me deje caer exhausto sobre cómoda cama del hotel, había sido un agotador pero feliz día. Con mi antebrazo cubrí mis ojos, la tenue luz que iluminaba la habitación me molestaba. Me quede recordando cada momento del día, me sumí tanto en mis pensamientos que de pronto todo se volvió negro, solo bastaron unos cuantos minutos para dormirme profundamente.

***

Un estridente sonido me saco de mi sueño, la alarma de mi celular sonaba desde la mesita de noche. Flote mis ojos y alargue la mano para tomar mi celular y apagar la alarma. El reloj de mi celular marcaba las 10:20 de la mañana.

-Buenos días –la suave voz de Rominna me hizo mirarla, tenía los ojos cansados y pequeños, pero una radiante y hermosa sonrisa en sus labios. No pude evitar devolverle la sonrisa.

-Buenos días preciosa –dije acomodándome de nuevo a su lado. La noche anterior estaba tan cansado que no sentí cuando ella se acostó a mi lado. -¿Cómo dormiste? –ella asintió perezosamente.

-Bien –cerró sus ojos y estiro sus brazos para abrazarme, entrelazo sus dedos con mi cabello acariciando mi nuca suavemente. Cada vez que ella hacia eso me comenzaban a pesar los ojos, y el sueño me invadía de a poco.

-No –susurre. No quería volver a dormirme. –Me da sueño –dije con un hilo de voz. –No –repetí con un bostezo.

-Está bien no lo haré más –ella se levantó de la cama.

-Pero… -ella me guiño un ojo y se metió al baño. Espero que no se haya molestado por eso. Minutos más tarde ella salía completamente lista para recorrer la ciudad.

***

Desde ahora ella seria mía. Mía para siempre, ya no tenía escapatoria. Rominna era mía y solo mía, no dejaría que nadie la apartara de mi lado. Se los prometo, nunca, pero nunca la dejare ir.

Cumplir un sueño, y ¿algo más? {Avi Kaplan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora