Capítulo 16: Mentiras

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8:10 a.m.

-Buenos días, Zayn :)

8:25 a.m.

-¿Estás ahí?

8:55 a.m.

-Debes de estar ocupado.

9:30 a.m.

-¿Vendrás a verme esta tarde?

2:30 p.m.

-¿Vendrás hoy? Por favor. Te extraño mucho :(

3:30 p.m.

-Aparentemente no te veré hoy :(

5:00 p.m.

-Te he llamado y enviado mensajes todo el día. ¿Dónde estás? Estoy preocupado por ti.

8:10 p.m.

-Espero poder hablar contigo mañana.

No, no era lo que Liam pensaba. Él tuvo su teléfono a mano todo el día, desde el inicio hasta el final. Los leyó todos y lloró con cada uno de ellos, con cada palabra de él a través de los mensajes. Simplemente no podía. No podía dedicarle una sola palabra ahora que había traicionado al amor de su vida con un chico que poco conoce. Ahora todo sería más real.

Se despertó el lunes en la mañana por la molesta alarma del teléfono que estaba conectado sobre la mesita de noche al lado de su cama. Se levantó lentamente, se paseó las manos por el cabello y se frotó los ojos. Las blancas sábanas se resbalaron por su cuerpo semidesnudo mientras se paraba de la cama con rumbo a la ducha para tomar un baño caliente.

Giró la perilla de la ducha que tenía la etiqueta roja y un poco la de la etiqueta azul para equilibrar la temperatura del agua. No quería quemarse con ella. Mientras el agua humedecía su sedoso cabello negro y bajaba por su cuerpo bronceado y tatuado no pudo evitar pensar en que haría ahora. Tenía miedo de enfrentar a Liam, no tenía el valor para darle la cara después de haber hecho lo que hizo, y no tenía idea de lo que debía hacer.

Cerró las perillas y el agua se cortó, abrió la puerta de cristal, tomó una toalla y se la puso alrededor de la cadera para salir finalmente del baño, con gotitas de agua resbalándose por su torso desnudo. Se tomó un tiempo sentado en la cama mirando hacia la nada en la habitación, pensando qué debería hacer, qué le diría a Liam.

Dejó de pensar en ello, se levantó, caminó hacia el armario en busca de ropa limpia para vestirse. Se reportó enfermo ese día. El evitar lo más posible a David era su prioridad. Apenas pudo aguantarlo el día anterior y el no ir a trabajar es la mejor opción. Tomó unos bóxeres de color negro, unos shorts de un color marrón claro y una camiseta sin mangas. Se vistió y deambuló un poco por el apartamento hasta que le llegó como un baldado de agua fría. Liam no tenía por qué enterarse.

-¿Te parece si vamos a cine mañana? – Le dijo esperanzado a través del teléfono.

-No lo sé, Lou. – Lo pensó un poco. No hay nada en el mundo que le pudiera arrancar las ganas del cuerpo de salir con Louis. – Tengo bastante trabajo.

-Oh, vale, Harry. – Se decepcionó un poco por la respuesta de Harry. Le partía un poco el corazón el que Harry no pudiese estar con él. No es grato pero soportaría todo por aunque sea un poco del amor de Harry, pero Louis no tiene solo un poco, ni la mitad; Louis Tomlinson le ha robado el corazón.

El menor notó el pesado suspiro que Louis emitió, y en él, escuchó la decepción como si mil sirenas hubiesen emitido su sonido por el altavoz de la pequeña caja negra que utilizaba para hablar con Louis. –Pero trataré de hacer un espacio y podríamos ir a almorzar juntos.

-Vale, Hazz. – Una sonrisa iluminó el bello rostro de Louis. No podía esperar.

-Prométeme que estarás a tiempo.

-Estaré ahí a tiempo.

-¿Es una cita?

Se sonrojó, no supo que decir… hasta que lo dijo.

-Es una cita.

Se sentó en su sofá y tomó su teléfono. Le respondió a Liam después de haberle evitado el día anterior. Le escribió disculpándose por no haber atendido los mensajes inventando la excusa de que el trabajo estuvo realmente mortal y no le dio tiempo para descansar. De alguna manera introdujo otra mentira acerca de un evento privado que duró hasta tarde y que tomó lugar en el restaurante. Tejió su red de mentiras al punto de casi alcanzar lo sin sentido y poco creíble, pero Liam se lo tragó, aparentemente.

La verdad detrás de las mentiras. El día de Zayn estuvo más que normal, a excepción de intentar evitar hablar con un compañero con el que había dormido. Entró y salió numerosas veces de la cocina sea para recoger platos, entregar nuevos pedidos o dejar los trastes sucios al lavaplatos. Los intentos de evadir a David fracasarían en algún momento, pero no esperó que cayeran tan rápido. David se escondió en el pequeño cuarto metálico en la cocina donde se guardaban los diversos ingredientes que no requerían mucha refrigeración y esperó un poco para que Zayn pasara cerca para tomarlo de su traje de mesero e introducirlo en el cuarto. Cerró la puerta de un portazo, aunque en el ajetreo de la cocina, el estruendo pasó desapercibido.

-No puedes evitarme por siempre, Zayn.  – Bufó David.

-Obsérvame hacerlo. – Replicó. Intentó escapar del pequeño cuarto pero el fuerte brazo de David lo impidió.

-No niegues lo que pasó en mi casa. Tanto tú como yo lo disfrutamos.

-Estuvo mal, David, lo sabes.

-Me vale mierda. Yo quiero estar contigo, Zayn. No sé por qué coño tú me pareces tan atractivo. – Se pasó los dedos por el cabello para luego darle un golpe a la puerta de metal.

-Sabías que yo estoy con Liam, pero no te importó, seguiste con tu jueguito.

-¿Ahora vas a negar que también me deseabas? – Insistió.

-Es distinto desear a alguien que amar a alguien. – Zayn hizo una pausa. Un silencio se formó por unos segundos mientras David estaba expectante de la siguiente frase de David.

-¿…y? – Preguntó David. Se había cansado de esperar.

-Que yo amo a Liam. No a ti.

Escapó del cuarto dejando a David ahí metido por un rato, quien aparentemente se quedó atónito.

Siguió con su turno por un par de horas más. Vio a David en su puesto en la cocina donde cocinaba un par de alimentos mientras seguía con su trabajo de mesero.

Salió como siempre al terminar el primer turno, solo que no se dirigió a su departamento, sino a su bar preferido, donde volvió a ver su teléfono para encontrar los mensajes de Liam. Bebió por unas horas hasta volver a su departamento y volver a dormir.

Así fue aquella jornada, en la Liam no supo nada de Zayn.

Tomó de nuevo su teléfono para seguir hablando.

-¿Cuándo vendrás a verme otra vez? – Recibió el mensaje.

Tecleó un par de palabras.

-Iré hoy, Liam. Espérame.

Culpable (Ziam Mayne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora