Capítulo 5: Cosas Nuevas

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Ya ha pasado una semana. No ha sido fácil y siempre se debate entre hacerlo y no hacerlo. Solo ha sido cuestión de pulsar, pero siempre se ha arrepentido “¿Por qué?” Es lo que siempre se pregunta a sí mismo. Sabe lo que hizo, pero no sabe si está bien.

Liam no ha vuelto a hablar con Zayn desde que él lo dejó en su apartamento. Vagos recuerdos pasaban por su mente, pues no estaba en su sano juicio debido al alcohol. Recordaba como Zayn lo arrastró fuera de su auto y lo llevó hasta su departamento, como algo se movía entre sus labios y recuerda haber visto el rubio cabello de Niall entrar aproximadamente a las cinco de la mañana del domingo.

Pasó toda la semana intentando recordar algo sobre Zayn. Algo había hecho el moreno para quedarse en sus pensamientos por tanto tiempo. Recordó haber intercambiado números con él, pero nunca estuvo seguro de llamarlo. El sábado siguiente recordó lo que hizo para que aquél moreno de ojos ámbar se quedara en su mente. Lo negó una y otra vez. Liam dice que fue porque estaba borracho pero sabe que lo que sintió no fue algo que le disgustara. Había logrado sentir un pequeño nudo en el estómago aquella noche en la terraza de Anne’s Place al igual que la necesidad de seguir escuchándolo. No sabe por qué, pero esto ya lo ha vivido. Siente una sensación familiar al estar cerca de Zayn, aunque solo hayan estado juntos por no más de una hora.

Alguien llamó a la puerta. A lo mejor era Niall, pues volvía de la universidad por estas horas. Niall se había convertido en un extraño. Desde que se enteró de su relación con Josh, Liam y él no han vuelto a ser los mismos. Liam se siente inseguro cerca de él. Siente que Niall puede estar ocultándole mucho más de lo que imagina, aunque el rubio le diga un millón de veces que no son más secretos los que oculta.

Se dirigió a la puerta con la idea de que el rubio era quien llamaba a la puerta. Seguro había dejado sus llaves. La abrió, pero lo que encontró del otro lado no fue la rubia cabellera de Niall, sino una cabellera oscura como la noche. No encontró una piel blanquecina, sino una piel morena que recordad a los bronceados adquiridos cuando se iba de vacaciones al trópico con sus padres de niño. No encontró a Niall, sino que encontró a Zayn.

Zayn se veía agitado y Liam lo invito a pasar. Le ofreció un vaso con agua y se sentaron en el sofá a hablar.

-¿Qué haces aquí? – Dijo Liam. Se sentía extrañado, feliz, furioso, asustado, preocupado. Todo a la vez.

-Necesito ayuda – Dijo Zayn. – Más bien, mi mejor amigo necesita ayuda. Sé que no nos conocemos bien, pero tampoco es que tenga muchos a los quien pueda recurrir.

-Dime.

-Harry, el hijo de Anne, la dueña del restaurante, se ha metido en problemas. – Hasta ahora todo parecía poco grabe para Liam, tal vez se metió en algún problemilla y esté en la cárcel. Es lo que Liam pensaba. – Debe dinero. Mucho dinero. – Dijo Zayn haciendo énfasis en “mucho”.

-¿Cuánto es, Zayn? – Dijo Liam, preocupado.

Zayn se quedó callado un momento. Él no sabía si había sido una buena idea el recurrir a Liam. Apenas se conocen, solo han hablado un par de veces por mensajes y él creía que aquél beso no significó nada pues Liam estaba ebrio.

-Olvídalo, Liam. No debí venir. – Zayn se levantó del sofá. -  Apenas nos conocemos. Lo mejor es que no te involucre en esto.

Liam vio su oportunidad. Se levantó y se dirigió a Zayn poniendo su mirada marrón en el moreno.

-Yo sé lo que hice, Zayn. – Sintió el rubor subir por sus mejillas. – Sé lo que hice y la verdad, es que no me arrepiento. No estaba tan ebrio ¿sabes?

A Zayn se le aceleraba el corazón. Sabía de lo que Liam hablaba.

-Eh, Liam… - Estaba nervioso. Era obvio que también había disfrutado del beso con Liam, es decir, no durmió aquella noche. – Ese es otro asunto. – Hablaba entrecortado.

Liam mandó al diablo decencia y cada vez más se le acercaba a Zayn. Iba en busca de aquellos labios que poseía el moreno. Llegó el momento en el que ya estaban los labios a centímetros de tocarse.

 -¿Puedo? – Dijo Liam, esta vez, recobrando su decencia.

-S… sí. – Dijo Zayn quien ya se encontraba hipnotizado por el aliento y el aroma de Liam.

Liam se acercaba lentamente. Zayn sentía que debía impedirlo, pero no quería. Solo quería volver a perderse en el sabor de los labios de Payne. Cuando menos pensó, Liam ya se había posado sobre sus labios. Tibios y suaves eran los labios de Liam. Los movía lentamente sobre los del moreno. Zayn soltaba uno que otro pequeño gemido entre los besos que Liam le daba.

La sala había caído en penumbra. Eran las seis de la tarde. Liam atrajo el cuerpo de Zayn al de él. Zayn por fin pudo sentir el cuerpo de Liam. El castaño agarró a Zayn por la cintura y tomando suavemente su suéter de manga larga lo fue levantando. Sentía su piel, su piel tersa al tacto que se retraía con los suaves toques de Payne. Nunca se apartó de los labios de Zayn. Liam le mordió el labio inferior al moreno.

-Lindos tatuajes, Zayn. – Le susurró al oído. Zayn se estremeció. Liam nunca había sido capaz de ver bien la piel de Zayn. Tenía tantos tatuajes que no podías contar con exactitud.

-Deberías ver los de mi amigo. – Le devolvió el susurro.

-Prefiero quedarme con los tuyos.

Dejaron el palabrerío. Liam se quitó su camiseta blanca, dejando a la vista de Zayn su cuerpo bien trabajado. Zayn solo se mordió el Labio y volvió a dejarse poseer por el beso de Liam.

Liam agarró a Zayn de sus piernas y lo levantó. Se sentó en el sofá con él encima. Zayn bajó por la barbilla, luego el cuello, hasta el pecho del castaño dejando un camino de saliva. Llegó hasta su abdomen donde miró un segundo al rostro de Liam y vio como él se movía del placer.

-No pares – Dijo demandante. Zayn continuó bajando por sus abdominales, esta vez arrastrando sus labios por aquellos gloriosos músculos que tanto placer le daban. Llegó hasta el final. Se dio cuenta cuando su barbilla logró sentir el erecto miembro de Liam que estaba escondido bajo sus pantalones. Levantó la mirada de nuevo para ver a Liam.

-¿Estás seguro? – Zayn aún estaba inseguro, pero él sabía que deseaba a Liam, y Liam a él. Solo había besado a un chico antes que Liam y era Harry, pero no dejaron las cosas pasar a mayores. Liam asintió, dándole el permiso a Zayn de iniciar.

Zayn tomó con sus dientes el pantalón de lana de color gris que Liam tenía puesto y lo comenzó a bajar. Dejó expuesta la ropa interior de color negro del castaño. Con su mano comenzó a acariciar aquél bulto de tela negra que retenía el miembro de Liam. Zayn se dejó llevar por el momento, no le importó nada y de un jalón bajó la ropa interior de su pareja dejando expuesto el pene erecto de Liam.

Liam solo se revolcaba de placer, sentía como las suaves manos del moreno lo tocaban donde casi nadie había llegado. De repente sintió una sensación húmeda sobre su miembro, húmeda pero placentera. Bajó la mirada y vio como Zayn se lo había introducido en su boca.

Ambos soltaban gemidos de placer. Liam en mayor parte. Nunca había experimentado algo como esto.  La sensación que los labios de Zayn sobre el miembro de Liam era indescriptible. La habitación lentamente se llenó de los gemidos de Liam que solo hacían a Zayn seguir y seguir.

Zayn se detuvo y sacó el erecto pene de Liam de su boca. Subió de nuevo por los abdominales del castaño plantando suaves pero excitantes besos por su torso hasta encontrar sus labios. Lo recostó en el sofá. Zayn aún tenía sus pantalones puestos. Liam los bajó de un tirón dejando expuesto el trasero y el miembro, igualmente erecto miembro de Zayn. Liam acarició las suaves nalgas del moreno. Dejó el beso pero no o sin antes morder el labio inferior de Zayn con sus dientes. Liam hacía pequeños círculos con su dedo índice sobre la piel del trasero de su pareja. Liam lanzó una mirada coqueta a Zayn.

-¿Tú quieres que yo…? – Fue interrumpido por un beso de Zayn.

-Sí, Liam. Hazme tuyo. – Respondió seguro.

Culpable (Ziam Mayne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora