Boda y Guerra

Capítulo 4: Un Tipo de Propuesta

—Explícate.

Hubo una pausa antes de que Albus sonriera amablemente.

—Debo admitir que no sé de qué estás hablando, Minerva.

La Jefa de la Casa de Gryffindor cruzó los brazos.

—Tienes que decirme porque está tan seguro.

—¿Y qué es exactamente lo que te gustaría que te diga? —preguntó el director, cogiendo un caramelo de limón de la bombonera de la mesa.

—¿Por qué estabas tan firme en que sea Remus, el que se case con Hermione? Ha sido muy sospechoso, y todavía no he oído una explicación valida de por qué todos los Weasley fueron descartados —la profesora frunció los labios, y miró al director con severidad.

Albus suspiró.

—Te lo dije, es simplemente más fácil para la señorita Granger casarse con Remus. Él trabaja y vive aquí, en Hogwarts.

—Pero es un profesor —replicó McGonagall—. Y eso es un obstáculo bastante grande. Personalmente creo que sería mucho más fácil casarla con uno de los gemelos Weasley —aunque para ser honestos, Minerva no creía que Hermione podría llevarse muy bien con Fred o George Weasley, como una pareja, pero la idea de casarla con uno de ellos era más sólida que casarla con Remus.

Dumbledore sonrió, sacudiendo la cabeza.

—Vamos, Minerva, tengo algo que me gustaría mostrarle.

La profesora lo siguió con la mirada hasta la parte de atrás de su oficina, donde guardaba uno de los grupos más extraños de artefactos. Minerva siguió observando como Dumbledore extrajo un pequeño medallón de oro de uno de los estantes.

—Un amigo me dio esto hace mucho años —explicó el viejo mago—, en ese momento parecía ser barato y disfuncional, pero para mi sorpresa, funciona bastante bien.

Le extendió el medallón a Minerva, y ella lo cogió.

—¿Qué es? —preguntó con suspicacia.

—Tiene muchos nombres —respondió Albus—, sin embargo, se le conoce más comúnmente como un colgante de compatibilidad.

Los ojos de la profesora se abrieron enormemente por la sorpresa.

—Tú, no... —murmuró con gravedad.

Dumbledore sonrió.

—Lo hice, y parece que la señorita Granger tiene un buen partido aquí en Hogwarts.

McGonagall sacudió la cabeza en negación, y volvió a mirar el medallón. En silencio ella menciono el nombre de Hermione. Y el rostro de la chica apareció, y junto a ella, la de Remus Lupin. McGonagall esperó un momento y repitió el mismo proceso, pero ahora pronuncio primero el nombre de Remus, y a continuación apareció Hermione Granger a su lado.

—¿Cómo puedes estar tan seguro de que esto no esté defectuoso? —la profesora le preguntó a Dumbledore, con severidad.

—La magia dentro de ese medallón es fuerte, y ha creado relaciones duraderas de cada pareja que ha influido en el pasado.

Minerva miró nuevamente el medallón inspeccionándolo. A veces la intromisión de Dumbledore era irritante, pensaba la profesora.

—Minerva McGonagall —ella pronuncio su nombre, y examino detalladamente el medallón.

Albus junto las manos y miraba a McGonagall. Mientras la profesora miraba el lado opuesto del colgante, donde después de un momento apareció la cara de un hombre joven.