Capítulo 16: La muerte

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Hermione alcanzo a coger su varita y lanzó un hechizo para desarmar al mortífago que tenía cerca, pero este lo desvió con facilidad. Ella todavía estaba en el suelo, tratando de levantarse, pero las piernas le temblaban y su cabeza estaba palpitando, por le resulto difícil conseguir ayuda. Miró a su izquierda y vio a Gearge tendido en el suelo, respirando con los dientes apretados. Parecía que había recibido la peor parte del golpe en la caída y el hechizo.

Mirando hacia atrás, se dio cuenta que había un mortífago, lo observo con miedo paralizante mientras levantaba la su varita y la apuntaba. Hermione sabía que el hechizo que estaba a punto de lanzarle sería mortal. Ella trato de desviarlo, pero no había mucho que pudiera hacer para defenderse...

Con un repentino destello de luz, el mortífago fue golpeado con una maldición brutal, lo tiró al suelo a pocos metros fuera. Hermione dejó escapar un suspiro de alivio y sintió un dolor en el pecho, al tiempo que vio a Charlie Weasley bajando su varita y corriendo a su lado.

—Tienes que ir a casa —dijo bruscamente, ayudándola a ponerse de pie, antes de ir con George.

Hermione se quedó dónde estaba, trataba de evaluar la condición en que estaba George, antes de mirar alrededor. No podía ver a Harry o a Ron, pero ahora había algunas caras conocidas entre los mortífagos. Se dio cuenta de Kingsley y Tonks, cada uno lucha con un mortífago. Un poco más lejos vio a Ginny corriendo a través del campo cubierto de nieve, lejos de la casa. Hermione ignoró la orden que Charlie le acaba de dar, e hizo una carrera —con mucha dificultad— para alcanzar a Ginny. La castaña intercepto a la pelirroja en un momento.

—¡Tenemos que volver a casa! —gritó Hermione, tratando de tirar de Ginny a un poco distancia.

Ginny había ido demasiado lejos. Tenía una mirada frenética en su rostro mientras empujaba a Hermione lejos y gritó el nombre de Harry. Hermione siguió con la mirada a su amiga, y luego vio a Harry de pie al otro lado de un comedor, estaba en una feroz batalla y parecía a punto de perder. Hermione estaba a punto de volver a correr para ayudar a Harry y abandonar la esperanza de llegar a casa, pero ella se detuvo en seco cuando oyó un grito espeluznante.

Era Ron.

Hermione corrió a su lado mientras este caía, debía haber sido golpeado con una maldición imperdonable. Lo miró.

—¡Impedimenta! —gritó Hermione.

El mortífago recibió el impacto del hechizo en el pecho.

Después de que el mortífago cayó al suelo, Hermione se dejó caer de rodillas al lado de su amigo.

—¡Ron! —se lamentó al ver la sangre del muchacho en la nieve—, Ron, ¿estás muy mal? —preguntó desesperada.

Ron tosió, e hizo una mueca de dolor, pero estaba respirando, eso era bueno.

—Voy a estar bien —jadeó el pelirrojo—, Harry, Ginny. Ve ayudar a Harry y a mi hermana.

Hermione miró la condición de Ron durante una fracción de segundo más, antes de asentir enérgicamente y se puso de pie. No hubo mortífagos cerca de ellos en ese momento, así que Ron no se lastimaría más, tratando de defenderse. Era extraño; la mayor parte de los miembros de la Orden y los adultos parecían estar preocupados por un enjambre de figuras encapuchadas por la casa. Era como su Harry y los otros estarían siendo aislados, bastante lejos de la casa...

Hermione corrió lo más rápido que pudo hacia donde estaba Harry y Ginny, ahora estaba frente al mortífago juntos. Cuando llegó a su lado, una de las maldiciones parecía que era lanzada hacia Harry, pero no, golpeo a Ginny. La castaña vio cuando Ginny caía, pero ella sabía que el impacto no podría haber sido tan malo. El escudo de Harry había protegido a Ginny la mayor parte. Sin embargo, la chica estaba inconsciente, dejando a Harry y a Hermione enfrentándose en contra del mortífago.

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