Boda y Guerra

Capítulo 5: Preocupaciones de la Boda

—Esto va hacer muy difícil —se lamentó Hermione, dando vueltas en su cama y hundiendo la cara sobre la almohada. Volvió a dar una vuelta en la cama, ahora se encontraba de frente, su cabello se extendió en la almohada. Abrió y cerró los ojos para luego gemir con molestia.

Ella sabía que si no se levantaba de la cama, Ginny sería capaz de levantarla lanzándole un Aguamenti. A Hermione no le dio tiempo de seguir pensando, porque su amiga pelirroja había abierto la puerta y ahora se encontraba frente a ella, mirándola seria y con las manos en las caderas.

—Hermione —la regañó—, saltarte el desayuno no va ayudar en nada a lo que te tengas que enfrentar. Lo único que conseguirás será un dolor de estómago por la falta de alimento.

Hermione volvió a girar sobre su cama con molestia. Sintió a Crookshanks saltar sobre su cuerpo y acomodarse para dormir sobre su espalda.

Ginny resopló.

—Voy a ir al Gran Comedor para encontrarme con Harry, y será mejor que te alistes rápido para que puedas al menos desayunar algo antes de clases.

Hermione asintió en silencio, oyendo a Ginny salir de su habitación. Por suerte Lavender y Parvati ya no se encontraban ahí. Las había estado evitando tanto como sea posible. Sin embargo, evadirlas no iba hacer tarea fácil ahora que la vean con un anillo de compromiso. Todos lo Gryffindor sabrían que la gran Hermione Granger estaba comprometida, y la gente constantemente le estaría preguntando quien era su misterioso prometido.

Era viernes. Y mañana se iba a casar, y cada vez que lo pensaba un dolor de cabeza la invadía. La semana había sido bastante terrible para ella, con tantas absurdas preguntas sobre el matrimonio. Cada día para Hermione era peor, la preocupación, la ansiedad, y el miedo no la abandonaban.

Y no solo su matrimonio era lo único que le preocupaba, aunque era lo principal ahora. Había tantas por las que estaba preocupada, primero ella era una Prefecta y se iba a casar con un profesor, segundo la preocupación de Harry sobre las extrañas visiones de Voldemort, que había estado recibiendo últimamente, tercero el hecho de que Snape había extendió los trabajos cuatro centímetros más, cuarto que todo el mundo la molestaba con preguntas acerca de su prometido, y encima como si fuera poco todo eso, siempre existía la inminente comienzo de la guerra.

Sí, era muy justo decir que Hermione estaba preocupada.

Hermione empujó suavemente a Crookshanks fuera de su espalda y se levantó de la cama, se fue directo al baño, para tomar una ducha. Luego de que ya se había duchado, se miró al espejo, y se dio cuenta de que tenía bolsas bajos sus ojos, por la falta de sueño. El estrés le había causado una importante falta de sueño. Estaba agotada, y se notaba.

Hermione tomo su peine y con algunos hechizos, trato de domar su cabello. Y cuando creyó que ya estaba más presentable, procedió a ponerse lentamente el uniforme, cogió su bolso, y salió de su habitación.

El Gran Comedor estaba lleno cuando llego, se dirigió hacia la mesa de Gryffindor, y sentó despacio, tratando de no llamar mucho la atención. No se sirvió nada para desayunar, no tenía hambre, y tampoco quería atraer la atención. Pero aun así, se dio cuenta de que la gente estaba hablando de ella sus espaldas.

Ginny se acercó a Hermione.

—¿Y Harry? —preguntó la castaña.

—Está durmiendo. Él tuvo una reunión con Dumbledore después de que nosotras nos fuéramos a tu habitación, y según lo que me dijo Ron, llego muy tarde anoche, y luego tuvo que hacer su tarea.

—Pobre, eso suena terrible —Hermione se preocupó por su amigo.

Harry también había estado muy estresado todos estos días, debido a las visiones y a los Horrocruxes. Había tenido muchas reuniones con Dumbledore, y Harry todo se lo había transmitido a Hermione, Ron y Ginny. Hermione sabía que Harry y Dumbledore no habían progresado mucho con el tema de los Horrocruxes, y eso preocupaba a su amigo. ¿Qué pasa si no pudieran destruir los Horrocruxes?, se preguntaba.