Capítulo 22: Guardapelo

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—¿Puedo usar el espejo esta noche? —preguntó Ginny, caminando al lado de Hermione—, solo por un poco de tiempo... para que yo pueda ver a Harry y a Ron.

Hermione miró a su amiga, sintiendo tristeza por ella.

—Sí, por supuesto que puedes... —acababan de llegar de las reuniones del E.D. de pronto Hermione sintió un dolor en sus costillas, debido a un golpe que Ginny le había dado. La castaña miró con seriedad a su amiga—, ¿por qué fue eso?

Ginny no respondió ni miró a Hermione. La pelirroja miraba hacia el frente por el pasillo. Hermione siguió la mirada de Ginny y vio a Umbridge caminando hacia ellas.

—Oh —susurró Hermione.

Las dos quedaron en completo silencio mientras Umbridge pasaba. La mujer se acercó con pasos determinados —pero no les prestó atención—. Hermione arrugó la nariz anta la ráfaga de perfume floral que inhaló cuando la mujer pasó.

—Gracias, estuvo cerca —susurró Hermione a Ginny, reprendiéndose internamente a sí misma por hablar de cosas delicadas en medio del pasillo.

Ginny asintió, parecía distraída.

—¿Viste el collar que estaba usando Umbridge? —murmuró—, es bastante peculiar.

—¿Collar? —Hermione dedicó una mirada de perplejidad a Ginny—, ¿Cómo era?

—Era grande y parecía ser masculino. No es tipo de collar que usaría una mujer —Ginny procedió a describir su forma y color. La expresión de Hermione se volvió más y más concentrada a medida que Ginny hablaba.

—Tenemos que ir por donde se fue, para poder ver ese collar —dijo Hermione con gravedad, apuntando hacia abajo del corredor—, de esta manera podemos interrumpirla antes de que deje el castillo.

—¿Qué está pasando? —preguntó Ginny, casi corriendo para mantener el ritmo acelerado de Hermione. Hermione no respondió, porque ella lo único que se dedicaba a hacer, era su camino a través de los corredores, hasta que finalmente encontró a Umbridge cerca del Gran Comedor. Hermione y Ginny pusieron sus caras serias y pasaron junto a la mujer, para poder examinar el collar que llevaba alrededor del cuello. Una vez más, Umbridge no les prestó atención. Ella parecía decidida a salir del colegio para ir de regreso al Ministerio.

—Es ese —dijo Hermione con convicción—. Ese es el guardapelo de Slytherin.

*****

—¿La vez? —preguntó Hermione a Neville mientras se apoyaba en la esquena.

—Sí, viene por el pasillo —respondió Neville—, y Luna va a venir también —se dio la vuelta, con una mirada nerviosa en su rostro.

—Neville —comenzó Ginny, la pelirroja miraba a Hermione mientras hablaba—, tú no tienes que hacer esto, ¿verdad? —Hermione asintió con la cabeza. Porque ella al igual que Ginny no querían involucrar a nadie en esto si no es completamente necesario.

—No —Neville negó con al cabeza—. Yo voy hacerlo. Quiero hacerlo —él se enderezó y puso su frente en alto.

—Sabes que podrías meterte en muchos problemas por esto, ¿verdad? —murmuró Hermione, asegurándose de que no hubiera estudiantes que pasaran por casualidad por ahí, y escucharan su conversación. Y aunque había puesto un encantamiento, tenía que asegurarse.

Justo en ese momento, Luna voltea la esquina. Ginny apresuró a la Ravenclaw.

—No vamos a quedarnos sin hacer nada —dijo Neville, mirando a Luna, que ya había llegado junto a ellos—, y además, ya lo hicimos una vez en el E.D., ¿por qué no vamos a tratar de hacerlo de nuevo?

Boda y GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora