A medida que finalizaba octubre, las prácticas de Quidditch se convirtieron mucho más fuertes para los Gryffindor. Hermione se encontró inmersa en una charla casi constante de ese deporte. Fue debido a esto que ella se sentía más aliviada de vez en cuando y pudo pasarla bien algún tiempo con compañeros que no eran Harry, Ron y Ginny.
—¡Luna, espera! —Hermione llamó a la chica rubia de sexto año. Los estudiantes fueron saliendo del Gran Comedor muy deprisa, pero pudo ver claramente a la rubia cabeza de Luna entre todos.
—Oh, hola, Hermione —Luna le sonrió alegremente, parando de caminar—. ¿A dónde te diriges? —preguntó.
—A la clase de Runas Antiguas, ¿y tú?
—A Adivinación —respondió Luna—, podemos caminar juntas.
Esa era la idea que Hermione tenía en mente, por eso se acercó a Luna. Hermione se alegró de hablar con la chica. Puesto que la castaña valoraba mucho la amistad de Luna, y también quería platicar con ella, porque no había podido hablar con ella hace un tiempo. Las chicas comenzaron a ascender las escaleras, puesto que se dirigían al sexto piso. Hermione y Luna conversaban sobre la próxima fiesta de Halloween. Cuando estaban en el cuarto piso Hermione vio a Remus descendiendo de la escalera, y llegando a su camino.
Remus sonrió cuando se fijó en la castaña.
—Hola, Hermione, señorita Lovegood —se alegró de que no tuviera que fingir sonrisas que antes habían tenido que forzar a usar en las primeras semanas de su matrimonio.
Luna se dio cuenta de que Remus estaba feliz de ver a Hermione, y por supuesto que Hermione también estaba feliz de ver a Remus.
—Hola, Remus —saludó la castaña. Luna también lo saludo, pero luego de estos previos saludos, Remus se tuvo que ir.
—Sabes, creo que ustedes dos se hacen felices mutuamente —comentó Luna.
Hermione sabía que Luna tenía tendencia a simplemente decir las cosas con indiferencia al tacto o la idoneidad de sus comentarios, pero en realidad esto no le importaba a la castaña. Hermione solo se limitó a mirar a Luna con una expresión de intriga en su rostro.
—Me he dado cuenta de que el profesor Lupin parece mucho más feliz en estos últimos tiempos —continuó Luna—, al igual que tú.
—Eso es interesante —murmuró Hermione, frunciendo el ceño.
¿Era más feliz ahora que estaban casados?, pensaba Hermione. No parecía como que esta situación haría más feliz a nadie, pero para ser honesta, ella era feliz. Tenían una bonita amistad ahora, y tal vez ella parecía estar más enamorada de él a causa de todo lo que estaban compartiendo juntos. Aunque no podía definirse exactamente como "enamorada", puesto que sus sentimientos a veces estaban claros, pero había veces que estaban muy confusos, como ahora.
—Tengo que ir a clase —dijo Hermione, al percatarse de que habían llegado al sexto piso—, gracias por caminar conmigo, Luna.
—Cuando quieras —dijo Luna, continuando con su camino.
A lo largo de la clase de Runas Antiguas, lo único que Hermione podía pensar era en si Remus era más feliz ahora de lo que era antes. Ella pensó en todas sus recientes interacciones y en algunas demostraciones de amor que habían compartido. Sin embargo, Remus Lupin era una criatura compleja. Estaba segura de que tardaría mucho tiempo para entenderlo completamente.
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Halloween estuvo relativamente sin incidentes. La fiesta era divertida, como siempre. Harry, Ron y Ginny no paraban de hablar de Quidditch. Después de la cena Hermione simplemente regresó a sus habitaciones y trabajo en un ensayo de Pociones.
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Boda y Guerra
Storie d'amoreEn medio de la segunda guerra mágica se avecina una antigua ley. Y Hermione Granger es la primera afectada, dado que esta ley la hace estar casada con su profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, Remus Lupin. Nota: Esta historia tiene lugar...