Capítulo 9: Expuesto

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Hermione bostezó, estirando sus brazos sobre su cabeza y abrió los ojos en la habitación de Remus. Ahora su dormitorio. Mirando a su alrededor, notó que la cama estaba vacía y no había pruebas de que él hubiera dormido allí junto a ella la noche anterior.

Después de un profundo suspiro. Hermione se dio cuenta de que tenía solo veinte minutos para cambiarse e ir a comer su desayuno. Y ya que el baño estaba vacío, ella decidió tomar una ducha.

Se ducho rápidamente y a continuación se cepillo los dientes y el cabello antes de vestirse. Cuando Hermione salió del baño, se encontró con Remus caminando hacia el baño.

Hermione se detuvo en la puerta del baño, cruzando los brazos y bloqueándole el camino.

—¿Has dormido en el sofá anoche? —le preguntó sospechosamente.

Remus estaba todavía parcialmente dormido. Se pasó una mano por el pelo y se encogió de hombros.

—Sí. Ah, quería darte espacio.

Hermione pensó que el que Remus haya dormido en el sofá para darle espacio era dulce y a la vez irritante. Así que luego de unos segundos ella negó con la cabeza.

—Es tu cama. Deberías estar durmiendo en ella —y sin decir una palabra más, salió de la habitación, para dirigirse al Gran Comedor.

*****

En la clase de encantamientos de aquella tarde, Hermione se encontró disfrutando mucho la conferencia del profesor Flitwick en encantos de extensión. Ella había practicado este hechizo numerosas veces en el verano con su bolsa de cuentas, pero aun así era interesante escuchar los usos. Cuando el profesor dijo que practicaran el hechizo, algunos alumnos aprovecharon para platicar un poco. Lavender y Parvati no desaprovecharon esta oportunidad, y al instante se acercaron a Hermione, con ganas de acosarla con preguntas sobre su misterioso marido. Esto le había pasado de forma interminable desde que habían descubierto su matrimonio. Hermione tuvo la suerte de que ninguno de los profesores la llamarán ahora como "Señora Lupin".

—Así que, Hermione, ¿nos dirás quién es tu marido? —preguntó Parvati emocionada.

Hermione podía sentí la mirada de Ron sobre ella, y también las miradas disimuladas de Harry, pero Hermione decidió ignorar esas miradas por el momento. Ahora tenía que hacerle frente a Parvati.

—Lo siento, Parvati, pero esto no es realmente asunto tuyo —dijo con firmesa Hermione, mirando sus apuntes.

Parvati desistió por el momento, pero Lavender era persistente.

—Vamos, Hermione, no puedes esperar que nosotras simplemente ignoremos el hecho de que estas casada y de que no has dormido en nuestro dormitorio las últimas dos noches. Solo queremos saber quién es tu esposo, y prometemos no decirle a nadie.

—No es algo que quiero que sepas  —le espetó Hermione, con voz fuerte y firme—. Dumbledore me ha permitido quedarme en una habitación aparte con mi esposo al igual que la ley lo exige. Eso es todo lo que hay que hacer.

Neville que estaba sentado en la mesa de delante de ellos, se dio la vuelta con una expresión de sorpresa al escuchar tales palabras de la castaña.

—¿Tienes marido? —Neville miró vagamente horrorizado a Hermione.

Hermione se encogió de hombros como respuesta, ya que la conversación que había tenido con las dos chismosas, no había pasado desapercibido. La mayoría de los estudiantes de sus alrededores la estaban mirando fijamente, esperando a que diga quién es su marido. Hermione hundió la cabeza entre las manos con exasperación.

Boda y GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora