Capítulo 15

14 1 0
                                    

Yo no había notado que estaba llorando, si no fuera porque Emma lo percibió, quizá fuera de la desesperación de ver a Eric totalmente transformado o por ver a la familia a la que tanto me había dado, desfragmentarse por mi culpa, no lo sabía pero gruesas lágrimas rodaban mi rostro mientras mi cuñada me las escurría del rostro con sus manos.

— ¡Ay querido! —exclamó Esmeralda cuando me vio llorando en silencio mientras se llevaba una mano a su pecho, asustada. — ¿Estás bien?

Eric miró hacia donde estábamos nosotros y al mirarme pude confirmar que la razón por el cual estaba llorando era de rabia hacia él porque un fuerte calor recorrió mi rostro, como si me hubiese acercado demasiado a una fogata. Él se apresuró a acercarse hacia nosotros preocupado.

— Ary, amor, ¿estás bi...? —no dejé que terminara la oración porque le propiné una sonora cachetada en la mejilla derecha.

Eric me miró espantado y sorprendido mientras se cubría la zona del golpe con su mano mientras lágrimas se estaban escapando de sus ojos, era gracioso pensar que le hubiera dolido más una cachetada mía que los puñetazos de Felipe, pero era más bien de quién venía el golpe lo que le dolió, más que la intensidad del mismo. Todos se quedaron desconcertados mirándonos sin saber que decir, solamente se quedaron parados como estatuas en una antigua plaza romana.

—Creo que es mejor que los dejemos solos, seguramente tienen mucho de qué hablar —dijo el señor Sleimman aclarando la garganta mientras todos entraban a la casa y nos dejaban en el patio.

Yo procedo a caminar hasta una silla reposera y me siento con dificultad sin dirigirle la mirada a Eric, estaba realmente furioso con él. Luego de unos minutos se armó de valor y se sentó en la silla de al lado mío.

—Amor... —dijo con precaución.

— ¿Puedo saber que mierda pasa por tu cabeza? —digo en un grito exasperado. Eric no comprendía a qué me refería, se transmitía en su rostro.

Habrá pensando "¡¿Qué me pasa a mí, si tú acabas de golpearme?!" Lo pude leer casi con exactitud de su mente confusa.

—No entiendo amor, sé más claro por favor —dijo con calma.

— ¡Todo esto! ¿Quién eres? —pregunté con expresión severa y tono duro.

— ¿Quién soy? Soy tu novio, Ary. Eric Francisco...

— ¿Seguro? Porque sinceramente no te reconocí cuando te vi golpeando a Felipe hasta casi matarlo... ¡No supe quién eras! —interrumpo haciendo énfasis en las últimas palabras.

—Lo siento, pero estaba furioso por lo que te hizo, por lo que le quiso hacer a Emma y por lo que habría hecho si no llegábamos a tiempo —refuta con un hilo de voz.

—Aún así, no justifico tu manera de actuar
—replico. —Es que un par de golpes, es aceptable pero golpearlo como tu lo hiciste, es indescriptible...

—Siento si me dejé llevar...

—El problema es que me diste miedo —le digo acongojado sin mirarlo mientras podía notar sus penetrantes y horrorizados ojos azules sobre mí.

— ¡No amor, jamás digas eso! —dijo al fin con voz trémula. — ¡No me lo perdonaría nunca si tu me tienes miedo, si no te sientes seguro conmigo! Hemos estado dos años juntos y jamás se me cruzó por la cabeza hacerte daño y nunca lo haría, por más que esté muy enfadado contigo.

—Eso lo sé con exactitud...

— ¿Entonces por qué me tuviste miedo? —pregunta con los ojos llorosos tan intensos como una preciosa larimar.

Lazos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora