Era un día bastante luminoso. La brisa soplaba desde el norte, y aunque era entrado junio, el clima se mantenía fresco. Eiji caminaba lentamente, como si cada paso despertara un recuerdo doloroso; Cape Cod estaba lleno de recuerdos para él, después de todo. Doce años habían pasado desde entonces, y aún así cada memoria guardada por tanto tiempo, parecía tan fresca que creía que si estiraba su mano podría tocar al chico que siempre estaba presente en ellas. En ese momento no tenía dudas de que Ash estaba a su lado, caminando junto a él como entonces.
Siempre era duro visitar el cementerio donde estaba enterrado. Siempre era doloroso. Y aunque en esos doce años había aprendido a lidiar con ello, visitar Cape Cod hacía que la muerte de Ash pareciera más real.
La primera vez que visitó su tumba lo hizo solo, y recordaba haber pasado toda la noche junto a ella, preguntándose por qué las cosas habían terminado de esa forma.
Si tan solo se hubiera quedado en New York.
Si tan sólo hubiera hecho las cosas distintas desde el principio.
Si tan solo Ash hubiera decidido pedir ayuda.
Si tan solo.... Había pasado años cuestionándose cada paso, cada palabra y cada hecho. Ya no más. Los años le ayudaron a aprender a vivir con el vacío que sentía, y a entender y perdonar a Ash...y también a sí mismo. Por fin podía seguir adelante.Una sonrisa de alivio se dibujó en su rostro por un momento. Después de todo, nada podría borrar lo que había vivido junto a Ash y todo lo que ambos compartieron. Nadie podría quitarle esos pequeños momentos de felicidad que atesoraba.
Estaba a punto de llegar a la tumba, cuando comenzó a sentir que algo estaba fuera de lugar. Se detuvo por un momento y miró alrededor, pero no vió nada. De las rosas que llevaba en la mano se desprendieron algunas hojas y pétalos, dejando un rastro rojizo en el piso. Era incómodo. El ambiente se sentía enrarecido por alguna razón, pero no podía identificarla. Era como si alguien se acercara. O era él quien se estaba acercando?
Siguió caminando, perdido en la sensación que lo embargaba, y sin darse cuenta se encontró frente a la tumba de Ash. El problema es que no estaba solo. Un bulto de color gris se resguardaba del sol bajo el árbol que había junto a la tumba. Por un momento Eiji contuvo la respiración, pensando lo peor. Se acercó sigilosamente al pequeño bulto, y agachándose frente a él lo tocó con la mano temblorosa.
-Estas bien? - preguntó con la voz más suave y amable que pudo.
No hubo respuesta.
-Hey, por favor responde, no te haré daño...- le aseguró palmeando lo que imaginaba sería la espalda de la persona envuelta en el abrigo gris.
Silencio nuevamente.
Eiji comenzó a preocuparse seriamente. Sería que alguien se había deshecho de un cadáver, justo en ese lugar? O quizás...un herido?
Un recuerdo fugaz pasó por su mente; las fotografías que le habían mostrado de Ash sobre la mesa de la biblioteca, herido y envuelto en su abrigo gris, sin que nadie le prestara ayuda, tomadas momentos después de que lo habían encontrado muerto.
-Maldición...- murmuró, mientras le quitaba el abrigo a la persona que estaba frente a él rápidamente.
Un chico de cabello castaño, pequeño, delgado y extremadamente pálido apareció delante suyo, con los ojos cerrados firmemente. Tenía varios moretones en el cuerpo, pero no parecía gravemente herido.
-Hey! Despierta!!-llamó.
El chico no se movió. Eiji comprobó que estaba respirando, acercando la mano bajo su nariz.
O estaba desmayado, o tenía el sueño tan pesado como...no. No. No debía.Suavemente acercó su mano a la mejilla del chico frotándola suavemente. Estaba helado.
-Último intento- se dijo a sí mismo. -Hey! Chico!! Vamos abre los ojos!!- le gritó mientras le daba palmaditas en la mejilla.
No hubo respuesta.
-Mierda...- Eiji se apresuró a levantarlo desde donde estaba, y envolviéndolo con cuidado en el abrigo, lo cargó hasta su auto para llevarlo al hospital más cercano, lo más rápido que pudo.
El cielo comenzó a nublarse sobre Cape Cod, mientras las rosas que Eiji había llevado, yacían olvidadas unos pasos al lado de la tumba de Ash.
ESTÁS LEYENDO
Y Llegará un Nuevo Amanecer (Banana Fish, Ashura)
FanfictionTras doce años, Eiji Okumura por fin ha logrado lidiar con el dolor que le dejó la muerte de Ash Lynx. Sin embargo, muy en el fondo de su corazón, seguía anhelando volver a verlo, al menos para tener la oportunidad de despedirse. Nunca imaginó que s...