Capítulo XV

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Cuando el ambiente al fin se tranquilizó y después de disfrutar un almuerzo algo silencioso, Nadia los invitó a sentarse nuevamente en la sala de estar, para comenzar con las explicaciones.
Resultó que Shorter la había encontrado de casualidad, cuando apenas tenía unos 10 años, mientras el chico trataba de llegar a Chinatown caminando por la carretera, mientras intentaba que algún buen samaritano lo llevara en su auto. Nadia solo se había detenido por una corazonada; de alguna manera el escuálido chico que le había hecho señas a su auto le recordaba a su hermano, y como Yan, que en ese tiempo tenía 7 años, rogaba por tener un hermanito, la mujer había pensado en darle un hogar. Pero apenas lo vió sintió, en su corazón de madre y hermana mayor, lo que había ocurrido.

Eiji la entendía completamente, pues había tenido una sensación similar al mirar por primera vez a Ash a los ojos.

Por su parte, Eiji les relató cómo había encontrado a “Jade” y el proceso de la recuperación de recuerdos. Al parecer Shorter recordaba todo desde que cumplió los 10 años, incluyendo el momento de su muerte.

-Entonces, Ash, no recuerdas cómo fue para tí?- le preguntó algo sorprendido.

-No recuerdo nada…- murmuró desanimado.

-Bueno, no es como si fuera algo definitivo, Ash. -le sonrió Eiji tratando de animar el ambiente.- Lo recordarás, y entonces veremos qué hacer…-

-Eiji tiene razón!- sonrió también Shorter.- Además, deberías estar feliz por tener de nuevo a tu mejor amigo!-

-Supongo que ésto te favoreció, ahora tenemos casi la misma edad. Aunque para mí sigues siendo un viejo calvo…- se burló Ash.

Nadia río mientras se levantaba del sofá. -Se quedarán aquí hoy?-

Eiji y Ash se miraron un momento.

-No queremos molestar…- Se disculpó el japonés.

-Claro que se quedarán! - protestó Shorter.- les dejaré mi cuarto...vamos, Yan, ayúdame a prepararlo…-

Yan murmuró algo inteligible y siguió a Shorter escaleras arriba.

Eiji miró a Ash, preocupado.

-No me digas nada a mi, Eiji, cuando se pone así no hay quien lo haga cambiar de opinión.-

-Supongo entonces que está bien…- suspiró.

-No se sientan incómodos, por favor.- Les sonrió Nadia.- sería una lástima que se fueran hoy después de un viaje tan largo. Además, todos nos sentimos muy felices de que estén con nosotros. Hace mucho no veía a Shorter tan feliz...-

-Muchas gracias por recibirnos!- sonrió Eiji apenado.

La tarde pasó volando después de eso. Las conversaciones eran interminables; Shorter les contó sobre sus aventuras antes y después de encontrar a Nadia, y luego Ash y Eiji hicieron lo mismo. Cuando comenzaron a bostezar y se fijaron en la hora, ya pasaban las dos de la madrugada. Nadia y Yan se habían ido a dormir hace mucho tiempo.

Shorter los guió a su cuarto, disculpándose de antemano por el desorden, mientras les advertía que si necesitaban cualquier cosa lo despertaran, sin importar la hora.

-Estaremos bien, deja de preocuparte…- Bostezó Ash antes de cerrar la puerta del cuarto.

-Buenas noches Shorter!- se despidió Eiji.

-Buenas noches chicos!- sonrió mientras se alejaba silbando.

Apenas Ash cerró la puerta, ambos soltaron un gran suspiro al mismo tiempo. Habia sido un día intenso, y al darse cuenta se miraron sonriendo.

-Heh, no crees que todo salió mucho mejor de lo esperado?- preguntó Eiji mientras se tendía sobre la cama, exhausto.

-Tenías razón Onii-chan. Bueno, siempre la tienes…- sonrió mientras se recostaba a su lado.

-Eh? Esto sí es nuevo! Repite eso!-

-No dije nada…- Ash se sonrojó levemente.

-Ah, debe ser que estoy muy viejo y escucho cosas…-

Ash se incorporó y lo miró por un momento con seriedad.

-Por qué me miras así, me estás asustando…-

-Eiji…- Ash acarició su sedoso cabello largo, haciendo que se deslizara entre sus dedos, para luego apartar algunos mechones que caían sobre su rostro.- Te ves igual que en mis recuerdos, no has cambiado nada, a excepción del cabello…-

El japonés lo miró a los ojos dulcemente, y levantando su mano, la posó sobre la mejilla de Ash, acariciándola suavemente.

-Crees que debería cortarlo?-

-Me gusta de las dos formas…- musitó.- Tu debes decidirlo.-

-Mmm…- sonrió.- Entonces lo pensaré. Ven aquí…- Eiji abrió los brazos, invitándolo.

Tímidamente Ash se recostó sobre él, acurrucándose en su pecho mientras los brazos de Eiji lo rodeaban, reconfortándolo. Se sentía tan bien que el sueño de inmediato comenzó a invadirlo.

Estaba tan feliz que al menos por esa noche, pensó, los monstruos de sus pesadillas ni siquiera se atreverían a acercarse.

Y Llegará un Nuevo Amanecer (Banana Fish, Ashura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora