Capítulo XX

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El tiempo pasaba lenta y dolorosamente mientras Eiji aguardaba en la sala de espera del hospital. Las paredes blancas y ascéticas lo ponían nervioso. Si tan solo hubiera una ventana o alguna planta para mirar algo más y distraerse…

Había estado esperando por dos horas y aún no tenía noticias. Ash había sido ingresado de urgencias por una apendicitis. Sabía que no era nada grave, pero aún así se sentía bastante desolado. No había querido llamar a nadie para contarle, porque sentía que era un momento personal; una especie de catarsis que necesitaba vivir solo.

-Señor Okumura?- llamó una enfermera asomándose a la sala.

-Sí, aquí...ehh, está…?-

-No se preocupe, todo salió muy bien. El señor Jade se encuentra durmiendo por la anestesia, pero puede entrar a verlo.-

Eiji asintió en silencio con una sonrisa de alivio.

Siguió a la enfermera por el pasillo del hospital, quien lo dejó frente a la puerta del cuarto privado.

-Entre por favor. Si necesita cualquier cosa solo toque el timbre que está a su lado.-

-Muchas gracias.-

Lo primero que vió Eiji al entrar fue una gran ventana que iluminaba suavemente el cuerpo dormido de Ash. Parecía como si los rayos de sol quedaran guardados en su cabello y sus pestañas, mientras su piel brillaba con una luz pálida.

Eiji suspiró aliviado, como si la carga que había llevado en sus hombros por 18 años por fin se hubiera disipado. Ash estaba vivo, y estaba bien.

Se sentó a su lado sin hacer ruido, solo mirando el rostro dormido del chico.

Parecía que había sido ayer cuando lo conoció, y a pesar de los pequeños cambios en su apariencia, siempre sería Ash. Su Ash.

-Eiji?-

El japonés se sorprendió.

-Estoy aquí.- Susurró aferrando su mano. - Te duele? Quieres que llame a la enfermera?-

Ash lo miró con sus ojos de jade reluciendo por la luz del sol.

-Estoy bien, no duele. Qué hora es?-

-Déjame ver...son las 4:30 pm…- Eiji se quedó pensativo por un instante. Le parecía que hacía solo minutos había entrado a la habitación, pero en realidad había estado allí mirándolo dormir por tres horas.

-Onii-chan…-masculló Ash.

-Sí?-

-Cuando salga de aquí tomemos el primer vuelo a Japón que haya disponible.-

Eiji lo miró, sintiendo que las lágrimas comenzaban a humedecer sus ojos.

Ash estaba bien.

Todo estaría bien.

El duelo por su muerte por fin había llegado a su fin, como si el tiempo se hubiera pausado 18 años atrás, esperando la continuación de su historia en éste preciso momento. Una historia en la que por fin estarían juntos.

-Vamos a Japón.- sonrió.

Y Llegará un Nuevo Amanecer (Banana Fish, Ashura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora