Y Llegará un Nuevo Amanecer (Banana Fish, Ashura)

Capítulo IX

-Te parece si nos sentamos un rato?- le preguntó Eiji con voz suave cuando Jade por fin logró calmarse un poco.

-Sí…-masculló secándose los ojos con la manga de su sudadera.

Ambos caminaron hasta la sala de estar y se sentaron en silencio.

-Creo que tenemos que hablar de muchas cosas.-Suspiró Eiji mientras sonreía amargamente. -Qué sucedió?-

Jade guardó silencio unos minutos, pensando, hasta que al fin se decidió a hablar.

-He estado recordando cosas…-

Eiji lo miraba atentamente.

-Bueno, antes también...quizás ya sabes algo de eso...sobre el entrenador de béisbol…-

-Sí…-

-Solo estoy algo confundido…-murmuró bajando la vista.

-Jade...recuerdas algo más que sea doloroso? Puedes decirme todo, sabes? No importa lo que sea…- Eiji tomó su mano suavemente para reconfortarlo.

-Recuerdo a Griffin, a mi padre...no entiendo bien qué sucedió con ellos…-

Eiji dudaba si debía decirle o no.

-Hay algo más?-

-Recuerdo a papa Dino...pero...creo que comencé a recordar cosas de él y de lo que me hacía no hace mucho tiempo. Creo que desde que tenía unos 11 años...pero cada vez recuerdo más y más cosas nuevas…-

Eiji lo abrazó nuevamente. Estaba preocupado. Tenía miedo de decir algo que pudiera perjudicar a Jade en vez de ayudarlo, pero decidió ser honesto con él por primera vez desde que se habían reencontrado.

-Bueno, creo que entiendo qué está pasando.- Le dijo calmadamente. -Sé que no tienes muchos recuerdos claros sobre cómo nos conocimos, y las cosas que ocurrieron entre nosotros...pero creo que aunque tu cabeza no puede recordarlo, tu corazón sí…-

Jade asintió con la cabeza, mientras Eiji continuaba.

-Creo que comenzarás a recordar las cosas que te ocurrieron, cuando tengas la misma edad en que pasaron. Es por eso que no puedes recordarme claramente; nosotros nos conocimos cuando tú tenías 17 años, así que en tu cabeza aún no nos conocemos... quizás...quizás debería pedirte disculpas, Jade.- Eiji sintió como una oleada de emociones se agolpaban en su pecho.- En realidad tenía miedo de hablar de esto contigo...sobre todo porque aún es doloroso para mí. Ash y yo...bueno, tú y yo, solíamos ser amigos.Eras mi mejor amigo. Pasaron muchas cosas, y al final, cuando pensé que todo estaría bien y que estarías a salvo, fuiste asesinado. Sabes, en realidad aún no puedo aceptar la forma en que moriste...es demasiado doloroso para mí, aunque sé que estás aquí conmigo de nuevo. No dejo de preguntarme qué pasaría si desapareces de mi lado de nuevo. No podría soportarlo, Jade. No otra vez... - Las lágrimas comenzaron a caer por el rostro de Eiji.-

Jade comenzó a ponerse nervioso. No sabía qué hacer para que dejara de llorar, así que lo miró con desesperación mientras apretaba fuertemente su mano.

-No me iré...Eiji, nunca me iré, está bien? Estaremos juntos! Siempre! Y si muero otra vez volveré a buscarte. Volveré una y otra vez hasta que podamos estar juntos para siempre!-

Un sollozo escapó de los labios de Eiji, mientras se cubría el rostro con ambas manos.

-Lo siento!- masculló mientras intentaba controlarse inútilmente.

Jade lo abrazó con fuerza, mientras sentía que las lágrimas volvían a salir.

-Se supone que debería cuidarte, y mira lo patético que soy…-sollozó el Japonés.

-Está bien, yo también cuidaré de ti...nos cuidaremos el uno al otro como siempre lo hicimos…-

Ambos guardaron silencio por unos momentos, dejando que las lágrimas y el dolor guardados por años salieran por fin mientras se aferraban el uno al otro desesperadamente. Cuando lograron calmarse un poco, Eiji se separó un momento del chico para mirarlo a los ojos.

-Creo que debería ir a terapia también…-sonrió secándose torpemente las lágrimas, e intentando secar las de Jade con la manga de su pijama.

-Los dos estamos dañados, no es así?-

-Sí...pero supongo que para eso nos volvimos a encontrar. Para poder superarlo juntos y cerrar el ciclo...no lo crees? Quizás éste siempre fue nuestro destino.-

Jade asintió.

-Desde ahora, si recuerdas algo más solo dímelo, está bien? Sé que no es posible que entienda lo que pasaste, Jade, pero al menos déjame acompañarte, y consolarte si es que lo necesitas...-
El chico lo miró, sonriendo débilmente.
-Eiji, si estoy contigo sé que estaré bien…-suspiró mientras se acercaba a él para acurrucarse contra su pecho.

-Y si yo estoy contigo estaré bien. Estaremos bien, juntos. Lo superaremos juntos, Jade.-

Se quedaron así, abrazados por un largo rato, hasta que se sintieron un poco más seguros y pasaron a la cocina, a desayunar. Aunque comieron en silencio, sabían que ninguno de los dos volvería a estar solo nunca más; se sentían acompañados, aún en la soledad, como si las partes que le faltaban a uno se complementaran con las del otro.
Ese día no hablaron mucho más, pero se mantuvieron juntos, sin despegarse uno del lado del otro, tomados de la mano, como si ese simple gesto hubiera sellado sus destinos para siempre. Porque siempre se tendrían el uno al otro.