Capítulo XI

2.5K 353 90
                                    

El sombrío callejón en donde estaba parado parecía no tener fin. Tenía que hacer algo, algo para salvar a los dos chicos que estaban con él. Y entonces, como si fuera un milagro, Eiji corrió sosteniéndose a la oxidada barra de hierro que lo ayudó a saltar.

Nunca olvidaría cómo contrastó su figura con el azul del cielo que se apagaba al atardecer. Nunca olvidaría cómo por primera vez, había visto a Eiji volar hacia la libertad.

Ash despertó sobresaltado, como si hubiera estado conteniendo la respiración bajo el agua. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, sin que pudiera detenerlas. Miró a su derecha, y se encontró con el rostro dormido de Eiji; con su cabello largo y con algunos años más.

Ash ahogó un sollozo cubriéndose la boca con ambas manos. Al fin recordaba a Eiji. Ahora podía ver claramente en su cabeza cómo se habían conocido, además de explicar por qué incluso antes de conocerlo sentía tal admiración por él. Era imposible que olvidara la impresión que había dejado en su corazón esa tarde en que “voló”.

Lentamente acercó su mano, y acarició suavemente el cabello del japonés. Necesitaba sentir que era real.

-...Ash?-

-Ah, lo siento, te desperté?- susurró secándose rápidamente las lágrimas.

-No...tengo sed, iré a buscar algo de agua...estás bien?-

-Sí.- sonrió apenado.

Eiji lo miró sin creer ni una palabra de lo que decía.

-Quieres que te traiga algo de agua también?-

-Yo iré…- masculló

-No, te quedarás aquí. Solo espera un momento.- Eiji acarició suavemente su cabeza, despeinando su cabello.

Ash asintió en silencio, volviendo a recostarse sobre la almohada. Aún podía ver claramente todo lo que había pasado ese día.

Eiji volvió enseguida.

-Bebe ésto…- le dijo alcanzandole una taza.- Es té de melisa, te ayudará a dormir.-

-Gracias…-

-Tuviste una pesadilla?-

-No exactamente…-

Eiji se sentó a su lado, abrazándolo por los hombros. En los años que llevaban viviendo juntos había aprendido cómo lidiar con las pesadillas de Ash. Solo necesitaba un poco de tiempo y cariño para abrirse y soltar todo lo que le preocupaba.

-Eiji, de verdad estoy bien. Solo...es como si no pudiera contener lo que siento. Es extraño…-murmuró algo avergonzado.

-Sabes que puedes hablarme sobre cualquier cosa...incluso si no quieres hacerlo ahora está bien. Estaré aquí siempre…-

Ash se incorporó, sentándose frente a él mientras le dirigía una mirada extraña.

-Recordé...cuando nos conocimos…- le dijo como si aún estuviera soñando.

Los ojos cristalinos de Eiji se abrieron por la sorpresa.

-Es...en serio?- masculló.

Ash asintió.

-Lo recuerdo todo. Recuerdo cómo te acercaste a mí y me hablaste con ese horrible inglés…-

Eiji se sonrojó.

-Recuerdo todo lo que ocurrió, Eiji…-

De alguna forma la mirada de Ash había cambiado un poco. Era como si lo hubiera vuelto a encontrar en sus días de pandillero, pero más alegre y mucho más sano mentalmente.

-Y...estás bien?-

Ash sonrió silenciosamente.

Eiji ya no podía contenerse, así que lo abrazó fuertemente, sollozando.

-Nos volvemos a encontrar, Ash!-



Desde esa noche, Ash no podía quitarle los ojos de encima. No es como si fuera algo nuevo, en realidad, pues desde que tenía 15 años se había percatado de que sus sentimientos por Eiji eran más que de simple amistad y agradecimiento.

A medida que sanaba de sus traumas, las cosas se fueron aclarando para él, y aunque Eiji no lo tomaba en serio, seguramente porque aún lo consideraba un niño, ahora que recordaba nuevas cosas cada día, estaba convencido de que su relación en el pasado había sido mucho más profunda de lo que pensaba.

Aunque aún recordaba cosas horribles, también recordaba cosas maravillosas, y todas junto al japonés. Estaba convencido de que esos años que habían vivido juntos, a pesar de ser los más turbulentos de su vida, también habían sido los más felices.

Eiji había llegado para darle sentido a su existencia.

-Ash?- la voz suave de Eiji resonó en su cabeza, mientras acomodaba los platos sobre la mesa para cenar.

-Hm?-

-Estaba pensando...bueno, no tienes que responderme de inmediato, solo piénsalo, está bien?-

-Onii-chan me estás asustando…-

-Haha, no es nada malo, no te preocupes…- Eiji estaba nervioso, y eso lo hacía sentir increíblemente intranquilo, así que se levantó un momento del sillón en donde estaba recostado para poder mirarlo a los ojos mejor.

-Ah, no te levantes, está bien…-

-Eiji, qué es?-

-Me preguntaba...una vez que recuerdes todo, no te gustaría visitar Japón conmigo?-

Ash lo miró con la boca abierta, sin poder decir nada. Tenía la impresión de que Eiji le había hecho esa pregunta muchas veces en el pasado, y que él nunca le había dado una respuesta directa.

-Eiji…yo...-

Y Llegará un Nuevo Amanecer (Banana Fish, Ashura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora