Capítulo 5.- Pecado oculto

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Disclaimer: Los personajes de The rise of the guardians (El origen de los guardianes) pertenece rigurosamente a Dreamworks. Película basada en la serie de libros de William Joyce, 'The Guardians of Childhood' (Los Guardianes de la Infancia). Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión.

Personajes: Bunnymund, Jack Frost, Toothiana, North, Sandman.

Aclaraciones y Advertencia: Este fic contiene YAOI, humor, Lemon, fantasía y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

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El origen de los guardianes: Las crónicas de la muerte

Capítulo 5.- Pecado oculto

Vida tarareaba una canción que había escuchado de los humanos durante su acostumbrado paseo matutino; su inusitada alegría contestaba con la nostálgica atmosfera que predominaba en los dominios de la muerte. Observó a los cientos de almas que iban y venían guiadas por los segadores; sonrió, la casa de su hermano era siempre tan concurrida; aquellos que pensaban que después de la muerte todo era paz y quietud no conocían la verdad.

—Señorita Vida, ¿vino por las almas que van a reencarnar? —dijo un joven segador, usaba unos lentes que le daban un aire intelectual, en las manos llevaba una carpeta. La aludida asintió con la cabeza.

El joven segador se acomodó los lentes, le parecía tan extraño que Vida fuese personalmente a recoger las almas que Juez había designado para reencarnar. Ella pareció darse cuenta porque le sonrió nuevamente.

—Tenía deseos de ver a mi hermano —explicó Vida y el segador asintió con la cabeza; le indicó que Muerte se encontraba en sus aposentos desde la mañana y que no había salido, la dama agradeció la ayuda y fue a buscar a su hermano.

Vida conocía bien el camino a la habitación de Muerte, ella misma la había diseñado después de ver como algunos humanos se reunían para practicar algo que llamaban pijamada; aunque ninguno de ellos dormía, la pasaban bien lanzándose almohadas o contándose sus problemas.

Abrió la puerta del cuarto de su hermano; había una pequeña mesa con tres sillas, un sofá en semi círculo y una enorme cama con postes de los que colgaban largas cortinas semitransparentes de color morado.

Vida penetró en el interior, buscó a Muerte con la mirada pero no lo encontró, estaba por darse por vencida pero algo le llamó la atención; en la cama había un enorme bulto escondido entre las sábanas, se acercó silenciosa y con cuidado retiró las mantas descubriendo a su hermano.

—¿Muerte? —la voz de Vida estaba cargada de preocupación, Eitel tenía el rostro descubierto, algo que no había visto desde el principio de los tiempos, pero lo que más le acongojaba era esa expresión de miedo.

—Hermana... algo... algo se mueve... aquí... —dijo señalando su pecho. Vida se acercó más a Muerte, colocó una mano en el lugar que él le indicaba pero casi inmediatamente la alejó.

—Muerte... tu corazón está... latiendo —no podía creerlo, ¡era imposible! Él era la representación de la misma Muerte, como tal su cuerpo no tenía funciones vitales.

—Hermana... —Vida se sintió devastada, Muerte tenía los ojos vidriosos como si estuviese a punto de llorar, lo rodeo con sus brazos y le besó la frente.

—No sé que me está pasando —admitió asustado.

—Vamos a ver a Destino, tal vez él sepa lo que te sucede —Muerte asintió dejándose guiar por su hermana.

El origen de los guardianes: Las crónicas de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora