Capítulo 12.- Hasta el hielo se corrompe

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Disclaimer: Los personajes de The rise of the guardians (El origen de los guardianes) pertenece rigurosamente a Dreamworks. Película basada en la serie de libros de William Joyce, 'The Guardians of Childhood' (Los Guardianes de la Infancia). Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión.

Personajes: Bunnymund, Jack Frost, Toothiana, North, Sandman.

Aclaraciones y Advertencia: Este fic contiene YAOI, humor, Lemon, fantasía y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

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El origen de los guardianes: Las crónicas de la muerte

Capítulo 12.- Hasta el hielo se corrompe

Tooth había buscado por cada rincón del planeta pero ni rastro de Jack, era como si la tierra se lo hubiese tragado.

Jack era una persona importante para el hada, lo amaba, sí, pero había descubierto que no lo hacía como una mujer quiere a un hombre, si no como una madre a un hijo.

El hada se detuvo, había divisado a Muerte. Sus plumas se erizaron; Moony creía firmemente que Eitel era el responsable de la desaparición de Jack, era una enorme posibilidad, el señor del inframundo tenía a disposición un vasto reino donde cualquiera podría perderse sin que nadie pudiese encontrarlo nuevamente.

A velocidad vertiginosa, descendió para encarar a Muerte y exigirle que liberara a Jack.

—Toothiana —dijo Eitel cuando el hada se plantó delante de él; se veía realmente enojada.

—¿Dónde está? —le exigió saber Tooth —¿Dónde tienes a Jack?, ¡Devuélvenoslo!

Muerte entrecerró los ojos; su túnica comenzó a vibrar a causa del aire que se arremolinaba alrededor de su cuerpo; estaba de pésimo humor desde que supo que Manny había ido a sus dominios a exigir que le regresaran a Jack. Tener al hada de los dientes frente a él, ordenándole lo mismo hacia que su furia aumentaba... algo que no sería bueno para la salud de nadie que estuviese cerca de él.

—Tooth, tú, Meme y North me agradan —dijo Muerte tratando de contenerse lo mejor que podía. —Pero no voy a permitir que te aparezcas sólo para exigirme cosas. Yo no sé donde está Jack, también lo estoy buscando.

El hada frunció el ceño, no le creía en las palabras de Eitel, si Hombre de la Luna decía que Muerte tenía que ver en la desaparición de Jack, debía ser cierto o por lo menos tener algo de verdad.

—Más vale que me estés mintiendo o...

—¿Qué harás? —la interrumpió Eitel sosteniendo su Oz adoptando una pose amenazante. —Yo soy la muerte, mi poder va más allá de tu pobre imaginación. Largo de mi vista, Hada, si no quieres probar la muerte.

Toothiana erizó su plumaje nuevamente, no le importaría morir, sí con eso Jack podía ser libre.

—¡Lord Muerte! —aquella voz cantarina logró romper la tención que se había formado entre el hada y Eitel. La guardiana del paraíso acababa de hacer acto de presencia.

El rey del inframundo la miró sorprendido, ella jamás había abandonado su puesto desde que se lo asignó.

—Ángel, ¿Qué haces fuera del paraíso? —cómo respuesta, ella se arrodilló, fijando la mirada en el suelo.

—Siento molestarle mi señor. Gilbert me envió; un importante asunto requiere de su presencia.

Muerte miró al hada quien por primera vez sintió un fuerte escalofrió, aquellos ojos normalmente cálidos y amables, ahora destilaban ira y sed de sangre, por eso, el hada ni se movió cuando él y Ángel se fueron.

El origen de los guardianes: Las crónicas de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora