Ingresaste a la posada para dejar tu obra de arte sobre el escritorio que estaba en tu habitación, pues al ser pintura al óleo necesitaba secarse para lucir mejor.
Seguramente para Leo eso parecería poca cosa, ya que él estaba acostumbrado a realizar obras que requerían más habilidad que un simple ciprés.
Al pensar en tu amigo recordaste que debías hablarle para distraerte un momento y así pasar un poco de tiempo con él para compensar aquella salida al restaurant al que no pudiste asistir.
Tomaste el celular en tus manos y buscaste el número de tu amigo en tu agenda de contactos.
ㅡ¿Te encuentras bien?ㅡpreguntó de inmediato Leonardo.
ㅡBuenos días Leo, yo también espero que te la estés pasando bienㅡcontestaste con ironía.
ㅡEstaba en mi lapsus brutus...¿ocurre algo?
ㅡSi, quería disculparme por lo del otro día y quería ver si cuando regrese a mi casa querrías salir a algún sitio. Esta vez tú elegirás.
ㅡ¿A caso tienes alguna enfermedad terminal o a qué se debe ese buen trato?ㅡbromeó tu queridísimo amigo.
ㅡNo seas tonto, me siento mal por el restaurant y quiero compensarte...no se me ocurre nada mejor.
ㅡEs porque no lo hay, entonces en tres semanas te veo. Te recordaré cada día de las vacaciones que tienes una cita conmigo.
ㅡEstá bien, puedes llamarlo cita si eso te hace felizㅡsonreíste y te diste el lujo de finalizar la llamada sin decir adiós.
Al voltear a la puerta de tu habitación para salir de ésta viste a Park Bo Gum parado en el umbral mientras te veía directamente a los ojos con una expresión de seriedad.
ㅡTenía entendido que eras tímida y no confiabas en muchas personasㅡcomentó el coreano mientras seguía ahí parado.
ㅡPues entiendes bien, estaba hablando con mi amigo de la escuela. Quería que lo acompañara a un restaurante pero entonces yo ya estaba aquí y me era imposible asistirㅡexplicaste tranquilamente.
ㅡYa veo, es extraño ver que una mujer invite a salir a un hombre...por lo menos eso no es muy bien visto en Corea.
ㅡ¿Quieres salir conmigo?, apostaría que no soy la primer mujer que te lo diceㅡañadiste al ver un leve sonrojo sobre sus mejillas.
ㅡNo se trata de esoㅡel chico se dio la media vuelta y se fue con un aire de indignación.
Te quedaste admirando su caminar hasta que terminó de bajar por las escaleras y fue directamente a la salida de la posada, algo andaba mal con ese hombre.
Como su humor no era tu responsabilidad, te quedaste dentro de la habitación acomodando tu pintura para que nada la manchara y la tierra no se pegara a ésta. Se la presumirías a Leo en cuanto volvieras a casa.
Cuando todo estuvo bien colocado, saliste de tu cuarto para ayudar a tus abuelos en lo que se les ofreciera, necesitabas mantenerte ocupada en algo para que tu mente no viajara hacia eso que estabas dispuesta a superar poco a poco.
La primer actividad que te asignaron fue ir a darle una mano de pintura a una cerca que rodeaba el área del huerto doméstico que tu abuelo tanto se empeñaba en cuidar.
Al inicio la actividad parecía sencilla y apremiante, sin embargo esa visión estaba lejos de ser la real. Tu espalda te estaba doliendo por estar inclinada sobre los rectángulos de madera, el brazo pinchaba cada que subía la brocha y tus tenis ya tenían motitas blancas de la pintura que se caía o escurría.
Tu ropa era asunto aparte, pues no sabías ni cómo la pintura había llegado a la playera y, sobre todo, ¡a tu cabello!
El tiempo pasó lentamente hasta que terminaste de realizar esa actividad tan pesada y te dispusiste a guardar todo en el garage de la casa para posteriormente tomar un baño relajante.
ㅡ¿Ya has terminado?ㅡpreguntó tu abuelo mientras sostenía un martillo en una mano y trabajaba con algo en el garage, justo en la mesa de trabajo desgastada.
ㅡSi, creo que hay más pintura en mi que la que usé para tu cerca. Hace tanto tiempo que no hacía algo como estoㅡsonreíste y subiste el bote de pintura de regreso al anaquel y metiste la brocha en un balde con tiner para poder limpiarla.
ㅡCreo que el joven, el chino que ha llegado a la casa, te estaba buscandoㅡdijo tu abuelo mientras continuaba tomándole medidas a la tabla que estaba sobre su mesa.
ㅡAbuelo en primer lugar él es Coreano, en segundo se llama Park Bo Gum, y en tercero no me interesa que me busque o que se preocupe por lo que me paseㅡdijiste mientras aplastabas las cerdas de la brocha contra el fondo del balde esperando a que la pintura se deshiciera.
ㅡEsa es mi nieta. Por lo menos estoy seguro de que no me vas a abandonar por ese chico que se está quedando, tu madre debería haber aprendido algo de ti.
ㅡ¿Mamá?
ㅡClaro, así fue como ella conoció a tu padre. Él estaba de vacaciones porque el lugar donde trabaja quedaba relativamente cerca de aquí y podía regresar en caso de que fuera necesario, pero entonces conoció a tu madre y lo que comenzó como una estancia de dos meses se fue alargando.
ㅡPero si trabajaba, ¿no debió haber regresado con sus compañeros al trabajo?
ㅡEso mismo me pregunté hasta que me dijeron que se había hecho una operación en los ojos para corregir la vista y por su incapacidad le habían dado sus vacaciones. Sin embargo él comenzó a ir al trabajo entre semana y venía a pasar los fines de semana.
ㅡCreo que las intenciones de mi padre fueron muy obvias.
ㅡSi, eso mismo pienso de este chico, pero veo que de tu parte no hay interés. Cuando tu padre comenzó a ser más descarado aún, supe que no le podría cobrar el tiempo de su estancia aquí.
ㅡ¿Se casó tan pronto con mi madre?
ㅡNo, antes comenzó a vivir en casa con ella y al poco tiempo se comprometieron; tu abuela estaba muy emocionada pero yo quería matar a tu padre, sentía que me estaba robando.
ㅡEso no me va a pasar, aun así, yo solamente me quedaré por tres semanas y dudó que en tres semanas me comprometa con un súper actor coreano. Ni siquiera hablamos el mismo idioma.
ㅡPues he notado que eso no es impedimento para que pases tiempo con él ㅡpuntualizó y comenzó a golpear la cabeza del clavo que sostenía recto sobre la madera.
Terminando la charla te pusiste a andar por los pasillos de la casa para llegar a tu cuarto y asearte cómodamente hasta quitar cada partícula de sudor que estaba sobre tu piel.
Cuando el agua tibia cayó sobre tu espalda soltaste un suspiro de satisfacción, pero de la nada un chorro de agua caliente se disparó hacia tu cabeza y soltaste un aullido cargado de dolor.
Estabas cerrando la llave de la regadera cuando alguien abrió la puerta de tu baño y acto seguido se lanzó hacia la cortina plástica que dividía el área de la regadera con la del sanitario.
Chillaste y tu trasero dio de lleno con el duro mosaico, la cortina cubrió tu cuerpo y un chico coreano cayó sobre ti.
ㅡ¡¿Te encuentras bien?!ㅡpreguntó Bo Gum mientras te ayudaba a ponerte de pie sin ser consciente de que, de no ser por la cortina, no tenías ninguna prenda colocada sobre tu cuerpo.
ㅡTu deberías hacerte esa pregunta. ¡Largo de aquí!ㅡgritaste a todo pulmón hasta que el chico salió del cuarto de baño y cerró la puerta tras de si.
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¡Qué vergüenza!, ojalá que jamás me pase algo así!!!
¿ustedes qué hubieran hecho?Promto subiré el siguiente capítulo.
GRACIAS!! por sus lecturas, votos y comentarios.
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Una vez en la vida (Park Bo Gum y tu) terminada
FanficEl afamado actor en ascenso Park Bo Gum decide tomar unas vacaciones en un pueblo de Vermont, Estados Unidos. Fue ahí donde tambien solían llevarte tus padres para visitar la casa de tus abuelos. Y ahora, al haber quedado viuda tu madre, decidió que...