Sam P.O.V
Me había quedado dormida a las siete de la tarde por culpa del jetlag y ahora eran las 4:07 de la mañana y yo no me podía dormir.
Las noches eran la peor parte del día porque era cuando todos los recuerdos volvían y cuando empiezo a pensar en todo lo que me ha pasado y lo peor es que ahora estaba en el culo del mundo sin mis cosas y sin nada que hacer mas que dar vueltas en la cama para intentar dormir.
Mis abuelos me han mandado a este país de canguros en parte porque eran los deseos de mi padre y en parte porque estaban hasta las narices de mi. Yo no siempre he sido una borde y una maleducada, de hecho, era todo lo contrario pero desde lo de mi padre no he sido la misma y cuando entré en casa de mis abuelos borracha perdida y me cargué el piano con un bate de baseball mis abuelos tuvieron suficiente y me mandaron a Australia con mi tío tal y como mi padre quería.
Mi padre. Le echo de menos pero intento no pensar en él, en realidad, intento no pensar en nada. Intento no sentir nada.
No he llorado desde el día en el hospital cuando me dijeron lo que había pasado, ni siquiera lloré en el funeral de mi padre. He remplazado la tristeza con odio y con enfado.
Decidí que para matar el tiempo hasta que amanezca lo mejor era ponerme a escuchar música, me puse los cascos y me puse a escuchar Linkin Park un rato.
Al cabo de unas horas escuché ruidos en salón y me levante de la cama.
-¿Estás ya despierta?- me preguntó mi tío nada mas verme aparecer por el salón.
-Si, desde hace un rato por culpa del maldito jetlag.
-Ah claro, Yo me tengo que ir al acuario a trabajar si quieres puedes venir conmigo o te puedes quedar aquí y dar una vuelta por en vecindario.- Ni de coña iba a ir al acuario a pasar el rato menudo coñazo prefiero quedarme aquí y vaguear un rato.
-Prefiero quedarme aquí y vaguear un rato- contesté. Mire al jardín y ví las tablas de surf apoyadas en la pared y entonces se me ocurrió una idea mejor.
-¿Puedo usar una de tus tablas?- Le pregunté a Steve. Mi tío me miro y sonrió.
-Claro que sí pero ten cuidado las olas aquí son más peligrosas que las de California.- me dijo mi tío, parecía emocionado de que iba a hacer algo productivo y no quedarme en casa vagueando.
-Lo tendré no te preocupes.- No me iba a pasar nada haciendo surf, llevaba haciéndolo desde que tenía 8 años y nunca había tenido ningún accidente.
-Bueno me tengo que ir no quiero llegar tarde, Hay comida en la nevera y si necesitas algo en la casa de enfrente viven los Irwin los padres de Ashton.
-¿Ashton?- me sonaba de algo nombre...
-Sí, el chico que te trajo ayer del aeropuerto.- Ah coño el chaval con complejo de rockero gitano.
-Puedo cuidar de mi misma no necesito niñeras.- contesté borde. A ver si se iba ya y dejaba de hablarme, que pesado.
-No lo dudo. Bueno hasta luego Sam.- se despidió de mi con la mano y se marcho en el coche.
Me fuí a la cocina y busque algo para comer, encontré galletas y café, me lo tomé rápidamente y salí al jardín a inspeccionar las tablas de surf.
Steve tenía dos longboards y una shortboard. Estaban bien cuidadas así que cogí la shortboard, me puse el bikini y salí de casa.
Encontré la playa en seguida y cuando llegué me quede con la boca abierta. El agua era cristalina y la playa kilométrica pero lo que mas me sorprendió fueron las olas, menudas olas. Me quite la camiseta y lo pantalones cortos y me puse a calentar un poco.
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Fluorescent Adolescent
RandomSamantha Bradshaw solo quiere que la dejen en paz. Con sus comentarios sarcasticos y su mal humor su plan estaba funcionando hasta que Ashton Irwin pone su mundo patas arriba.