Sam P.O.V
Salí de la oficina del puto psicólogo y me puse a correr. No me apetecía nada tener que subirme a un maldito autobús para que lo único que me pase sea que me cague de miedo. Lo admito estoy acojonada de todo vehículo desde el accidente y el único que se ha dado cuenta es Ashton.
La casa de Steve, mi casa ahora, estaba a tomar por culo de donde me encontraba pero eso no me paró, seguí corriendo porque sentía que no podía respirar. ¿Cómo se atreve el maldito psicólogo a sacar una foto de mi hermano? ¿Es que la perra de mi anterior psicóloga no le ha puesto que acabo de perder a mi padre?
Dejé de pensar en toda esa mierda y me concentré en mi respiración. Cuando llegué a casa me encontré con el maldito Ashton Irwin haciendo de mi niñera y mi tío no contesta el puto telefono, hay que joderse. Ashton estaba claramente confundido ya que llegué a casa colorada y sudando.
Decidí que lo mejor era meterme en la ducha pero en cuanto me miré en el espejo y vi mi reflejo me puse a llorar y lo único que me paro de gritar fue que Ashton estaba abajo y no quería darle un espectáculo. No había llorado desde el funeral de mi padre pero ahora después de haber estado hablando con el gilipollas del psicólogo de mi hermano y de la perra de mi madre no lo pude evitar. Odio llorar, odio sentirme débil pero sobre todo odio sentirme rota.
Rota. Eso es lo que vi en el espejo del baño. Lo que hice a continuación no fue meterme en la ducha, me puse a buscar en el armario del baño algún tipo de medicamento y los encontre. Tenía 16 pastillas de dios sabe qué en la mano. Las suficientes para una sobredosis.
-¡Sam!- escuché a Ashton gritar. Me asusté y se me cayeron todas las pastillas al suelo. ¿Qué coño estaba haciendo? Recogí las pastillas del suelo y las guardé en su sitio.
-¡SAM!- me volvió a llamar Ashton.
-¿¡QUÉ!?- grité yo de vuelta.
-¿Te gusta la comida china?- me preguntó desde el piso de abajo.
-¡SI!- le grité y me volví a mirar en el espejo, tenía los ojos hinchados. Suspiré abrí la ducha y dejé que el agua ardiendo me pusiera la piel roja y de alguna forma eso me tranquilizó. Lo que había estado a punto de hacer con los medicamentos ya lo había hecho antes pero me equivoqué y fue la mejor equivocación de mi vida.
Salí de la ducha, me metí en mi habitación, me puse una camiseta de tirantes con unos pantalones de hacer ejercicio y me dispuse a bajar a el salón en donde se encontraba Ashton.
Al bajar ya habían traído la comida y Ashton estaba en la mesa de la cocina mirando lo que habían traído. Me senté en una silla y Ashton se dio cuenta de mi presencia, se me quedó mirando a los ojos probablemente porque los tengo hinchados y rojos.
-¿Cuál es mi comida?- le dije para romper el silencio.
-Esta- me dijo mientras me pasaba una bolsa. Comimos en silencio y de vez en cuando Ashton me miraba desde su sitio pero no decía nada y yo se lo agredecí.
Me terminé la comida y me fui al salón para ver la tele y al cabo de un rato Ashton se sentó a mi lado. Le escuché suspirar y se giró hacia mi.-Vale, he intentado no meterme en tus asuntos porque se que te cabreas pero tengo que preguntar porque has llegado a casa tarde, colorada y sudando y estoy casi seguro de que has estado llorando en la ducha. Así que por favor no te enfades pero ¿estás bien?- Soltó Ashton de golpe. No me podía cabrear con él porque si yo me encontrara en su situación también me entraría la curiosidad, así que negué con la cabeza y en seguida noté sus brazos al rededor de mi. En otra situación probablemente le habría apartado pero no podía hacerlo esta vez porque lo necesitaba. Necesitaba un abrazo.
-No se que es lo que te pasa y no te lo voy a preguntar pero estoy seguro de que todo va a ir bien.- Me dijo mientras me apretaba más contra su cuerpo y hacia círculos en mi espalda con su mano.
No se cuanto tiempo estuvimos abrazados pero se separó de mi y puso sus manos en mi cara para que le mirara fijamente y me dijo:-Sam todo se va a arreglar ya verás.- Yo asentí levemente y me soltó. Nos quedamos mirando la tele fijamente sin saber muy bien que decir.
-¿Quieres hablar de ello?- Me dijo sin mirarme.
-No.- Le contesté borde.
-Esta bien.- dijo tranquilamente. Me sentía mal porque aunque me cueste admitirlo necesitaba el abrazo que me había dado y aquí estaba yo comportándome como una insolente cuando lo único que ha querido Ashton desde el principio ha sido ayudarme. Necesito ayuda y no me he dado cuenta hasta ahora. No tenía porque luchar contra mis demonios sola. No estaba lista para hablar sobre mi padre con nadie o sobre lo que hice después, pero de mi hermano si que podía hablar así que tomé aire y le cogí la mano a Ashton para que me mirara.
-Te lo voy a contar pero con una condición.
-De acuerdo.- Me dijo mientras me apretaba la mano y me cogía de la cintura para que me sentara en su regazo.
-No quiero tu opinión y no quiero que me hagas preguntas.
-Me parece justo.
-Hoy he tenido la primera sesión con el psicólogo pero creo que eso ya lo sabes- empecé y cuando le vi asentir continué hablando.
-Al principio todo muy bien. Me hizo preguntas normales sobre mis aficiones y cosas así, pero luego sacó una foto de mi carpeta y me dijo que hablara de la foto.- Aparté la mirada de los ojos de Ashton y temí ponerme a llorar otra vez.
-No tienes que seguir si no quieres.- Susurró Ashton mientras me acariciaba la espalda.
-No, voy a seguir.- dije mientras volvía a mirarle a los ojos.
-En la foto estábamos mi padre, mi madre, mi hermano y yo.- La cara de Ashton se tornó en confusión a la mención de mi hermano.
-¿Tu hermano?- Me preguntó y yo asentí.
-Yo tenía un hermano más pequeño que yo pero cuando yo tenía ocho años murió de un golpe en la cabeza. La culpa fue de mi madre que estaba tan obsesionada con su trabajo que dejó de prestar atención a Charlie, mi hermano. Después de ese día nada fue igual, mis padres se divorciaron y mi madre prometió llamar pero nunca lo hizo. La muy cobarde ni siquiera se presentó a el funeral de mi padre.
-Sam...- empezó Ashton pero yo le callé.
-Déjame terminar.- Ashton asintió y me dejo terminar.
-En fin el psicólogo me obligó a hablar de ello y cuando salí lo último que quería hacer era subirme en un autobús, creo que sabes por qué, así que me puse a correr hasta llegar a casa y en el momento en el que me vi en el espejo no lo pude evitar y me puse a llorar, cosa que creo que también sabes que he hecho. Pero ahora mismo lo único que quiero hacer es buscar a el psicólogo y pegarle una buena leche en esa cara de mierda suya.- Cuando terminé de hablar Ashton no dijo nada simplemente me volvió a abrazar.
-Si quieres te acompaño a buscar a ese psicólogo y mientras tú le partes la cara yo le puedo cortar los huevos- me dijo consiguiendo sacar una risa de mi parte.
-Gracias Ashton.
-Cuando quieras Sam.- Después de haberle contado todo eso a Ashton y que él fuera tan atento hace que me sienta mal por haberme portado como una niñata con él.
Me quité del regazo de Ashton y me volví a sentar en el sillón cuando Ashton se levantó y me tendió una mano para que me levantara.-Vamos- Me dijo mientras me ponía de pie.
-¿A dónde vamos?- Le pregunté.
-Ya verás.
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HOLAAAAAAAAA muchas gracias por leer!!! Comentad y votad que me hace mucha ilusión!! :)
Pd: he escrito este capítulo con el movil así que lo siento si tengo muchas faltas de ortografía! -Lucía xxx
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Fluorescent Adolescent
RastgeleSamantha Bradshaw solo quiere que la dejen en paz. Con sus comentarios sarcasticos y su mal humor su plan estaba funcionando hasta que Ashton Irwin pone su mundo patas arriba.