Sam P.O.V
El muy gilipollas de Ashton montó la estantería y el escritorio en menos de una hora y ahora estaba hablando con mi tío abajo mientras yo por fin tenia mis preciadas cosas de California. Llevaba un buen rato colocando posters, cds y libros cuando mi tio entró por la puerta con el que no debe ser nombrado detrás.
-Jolin Sam no se ven las paredes con tanto poster- Dijo mi tío mientras entraba a la habitación y observaba todo lo que había colgado.
-No pienso quitar ninguno- le dije cortante.
Ashton se acercó a la estantería que había montado hace un rato y empezó a mirar todos los libros que tenía parándose en una parte de la estantería y sacando un libro.
-Tienes una pequeña obsesión con Stephen King- Dijo mientras me ensañaba mi copia de El Resplandor.
-Es un genio- Me acerqué a él y le quite el libro de la mano colocándolo junto a los otros libros de Stephen King.
-Si te molan esos tipos de ambientes es un genio sino es un coñazo o un sufrimiento.
Le iba a contestar cuando mi tío exclamó algo y cojió un cd de la mesa en donde los tenía colocados.
-¡Sam tienes todos los cds de Pink Floyd!- me dijo Steve gritando.
-No son mios- le dije. Los cds eran de la colección de mi padre.
-Oh... bueno como veo que ya te has instalado bien te dejo para que termines de organizar todo y recuerda que mañana tienes clase. Ash si quieres te puedes quedar a cenar es lo mínimo que te puedo ofrecer después de ayudar con la mudanza de Sam.- Ashton me miró y una sonrisa maliciosa apareció en su cara. Joder como diga que si me lo cargo.
-Me encantaría- dijo el muy imbécil mirándome directamente a los ojos.
-Perfecto voy abajo a prepararla- Con eso dicho se fue y nos dejo arriba solos.
-asi que... ¿mañana tienes clases eh?
-Si- Este chico me pone de los nervios y sin pensármelo dos veces saqué mi paquete de tabaco y salí por la ventana de mi habitación a sentarme en el tejado y fumarme un cigarro tranquilamente.
-Si no te caes del tejado un día te vas a morir de cáncer- Me dijo mientras salía por la ventana a sentarse al lado mio. ¿No me podía dejar en paz?
-Creía que ya habíamos dejado claro que igual mi intención es morirme- me cojió de los hombros, me giro para que le mirara a los ojos y me apagó el cigarro.
-Nunca digas eso Sam. Nunca.- me susurró. Sus ojos viajaron a mis labios y de nuevo a mis ojos y por alguna razón los mios hicieron lo mismo. Nuestras caras se empezaron a juntar pero en cuanto me dí cuenta de lo que estaba pasando me aleje inmediatamente.
-Me debes un cigarro Irwin.- Me volví a meter en casa y me dirigí al baño. Joder casi beso al australiano sin darme cuenta ¿qué mierdas me esta pasando?
Me lavé la cara y me miré al espejo. Odiaba mirarme al espejo porque es como ver a alguien sin vida. Estaba pálida, delgada y con ojeras. Yo solía estar llena de vida y ahora soy esto. Suspiré y salí del baño. Ashton no estaba en mi habitación, igual seguía en el tejado asi que me acerqué pero tampoco estaba ahí.
Baje a la cocina y ahí estaban mi tío y Ashton riéndose por algo.
-¿Qué es tan gracioso?- pregunté.
-Ashton aquí me estaba contando como casi te quedas calva de lo mucho que te has estresado intentando montar la estantería- dijo Steve mientras se reía más.
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Fluorescent Adolescent
De TodoSamantha Bradshaw solo quiere que la dejen en paz. Con sus comentarios sarcasticos y su mal humor su plan estaba funcionando hasta que Ashton Irwin pone su mundo patas arriba.