CAPÍTULO 1.3 "POR LA COMUNIDAD"

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Daniella recorría los caminos de regreso al internado, si bien su búsqueda no había tenido el éxito que ella buscaba, siempre sus salidas servían para traer cosas, libros, baterías, armas o cosas útiles en esos tiempo. Cuando llegó montada en esa camioneta oscura, Aarón fue el primero el recibirle a las afueras del internado.

—Quizás murió —dijo Aarón, intuyendo que su búsqueda no había dado resultados positivos.

—No lo sabemos, ese es el problema —afirmó ella, justo antes de abrazar al psicólogo.

—Descansa, Ruslan arregló el tema de los paneles así que ya hay nuevamente agua caliente —comentó Aarón. Imaginando que tal acción era una recompensa por todos los días invertidos por la mujer en la búsqueda de Ken.

—¡Qué maravilla! ¿Oye? ¿Has visto a Chris? —cuestionó Daniella.

—Ah, debe estar en el comedor o quizás en la habitación de ustedes, últimamente se pasa mucho rato cuidado a su hijo —comentó Aarón.

Daniella de inmediato sonrió y emprendió el camino tratando de encontrar al hombre, le buscó por el comedor, en la guardería donde se encontraba el hijo pero no el padre, así que en la habitación estaba su última hipótesis, sin embargo al entrar hasta ella falló rotundamente. Chris se encontraba en la habitación de Noelia, una de las mujeres más jóvenes del internado, no era tan conversadora como Polina pero andaban cerca de edad, ambas eran amigas pero a diferencia de Polina quién no ocultaba su interés en Lance, Noelia había caído silenciosamente en las redes de Chris y cuando Daniella se ausentaba Chris pasaba los días con ella.

Ambos se encontraban en esa cama unipersonal, fundidos en sudor y en risas tontas, sus cuerpos desnudos daban cuenta de lo sucedido, ahora regaloneaban como un par de gatos perezosos, golosos con el dulce néctar de intimidad.

—Le dije a Polina que pidiese muchos preservativos, creo que ya se anotó con Scarleth.

—Qué bueno. Si mi hermana se diese cuenta que soy yo quién los usa contigo me mataría, ella no aprueba mis infidelidades por eso creo que lo mejor es mantener esto en privado —afirmó él.

—Eres un patán —acusó ella.

—Si yo soy un patán ¿Qué serías tú? —cuestionó el hombre, mientras besaba la suave piel del rostro de Noelia.

—¿Una patana? —respondió ella provocando un ataque de risa entre ambos. Luego de eso, unos tibios besos de suscitaron entre, después Chris se despidió.

—Iré por mi hijo, ya es hora que pase tiempo con papá —afirmó él, destapando su desnudez desde las cobijas y vistiéndose ante la mirada de su compañera.

—¿Cuándo nos vemos de nuevo? —preguntó Noelia.

—Mañana a esta misma hora por este mismo canal —respondió él, terminando de vestirse.

Chris besó una vez más a Noelia, luego de eso salió de la habitación con cautela. El hombre fue hasta la guardería para retirar a su hijo donde Grace y Parishka junto a otros miembros más cuidaban de los menores.

—Hola, Grace. Perdona la tardanza, estaba un poco ocupado —excusó Chris.

—Ah, entiendo, bueno. El niño está en la sala del lado.

—Gracias... Eh, Grace ¿crees que tengas tiempo de conversar conmigo uno de estos días? —cuestiono Chris.

—Eh, no sé, ¿para qué sería? —preguntó ella sin entender o imaginar siquiera un motivo.

La Última Pandemia IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora