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Un après-midi au café (Justin x Madeline)

Notas: Ningún personaje me pertenece, todo es obra de su respectivo creador.

Advertencia: Pareja heterosexual crack y crossover musical (Be more chill y 21 Chump Street). Headcanons.

-Un après-midi au café-

Ding ding ding.

Nuevamente, el molesto sonido de un molesto mensaje llegando era recibido por sus oídos.

La aludida bufó, fingiendo demencia mientras ignoraba lo que sucedía y seguía esperando en cierta mesa apartada de su cafetería favorita, a pocas cuadras de su casa.

Desde que aquellos misteriosos rumores sobre ella comenzaron a dar vueltas por toda la escuela, su celular simplemente nunca paraba de sonar.

Todos los días, a cualquier hora, mensaje tras mensaje; ya sea para acosarla como a una cualquiera o acusarla de lo peor, incluso por parte de personas que creía neutrales en el asunto o 'amistades' que alguna vez fueron cercanas.

Lo único bueno detrás de todo era que al menos ahora sabía que en realidad nunca tuvo a nadie de confianza cerca, pues creyeron todo lo que esa psicótica de Chloe Valentine inventó.

¿Y por qué? Por una tontería tan absurda como para creer que ella fue la causa de que Jake terminara con ella.

Rodó los ojos, aprovechando el momento para revisar la carta del menú local. Como si ella tuviera la culpa del ego inflado de otras chicas, en lo que respectaba a sí misma, lo que sucedió con el cabeza de aire de Dillinger fue cuando ya era soltero y no fue nada sexual como tanto decían.

Nadie tenía nada de que arrepentirse.

Ding Ding Ding Ding

Otra vez con lo mismo.

¿No se cansan de molestar? Comenzaba a considerar seriamente la idea de cambiar de número.

¿Quién sería ahora? ¿Alguna envidiosa o chismosa más queriendo incomodarla con preguntas extrañas? ¿O algún baboso calentón que se creía mucho?

Bah, daba igual quien fuese, Madeline no tenía intención alguna de responder. De hecho, hasta prefería silenciarlo en lugar de seguir tolerando aquello.

- Uff... Al fin algo de paz. -Ahora quizás sí que podría echarle un ojo al menú con calma.

Había tanto por elegir y bastante por olvidar. Tan solo se trataba de eso cuando iba allí.

Deleitarse con algo dulce, observar a algún chico lindo que iba pasando y tomar un aire mientras se preguntaba si alguna vez todo mejoraría, pero... No. Ya no era tan ingenua como para creer eso.

Ya dio demasiadas oportunidades y tenía más que clara una cosa: el 90% de los adolescentes que la rodeaban eran idiotas, daba igual color, religión o género, es que simplemente parecían tener aire en lugar de un cerebro. Carecían de opiniones propias, sinceridad, compromiso o respeto hacía sí y los demás.

Eso lo había comprobado en más de una forma en su propia escuela y ya estaba harta. No valía la pena seguir guardando fe en nadie más, lo único imposible de traicionarla quizás era la comida o alguna mascota.