63. Como Miel entre los Dedos

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Parte XIV - La Otra Cara de la Moneda

63. Como miel entre los dedos

—No comprendo —expresó Xion, quien, recostada en el pecho de Riku escuchaba toda la historia. La noche había ganado campo, las estrellas se alzaban bellas y luminosas en la oscuridad el cielo—. No comprendo tu fascinación con ella, Naminé siempre ha sido en apariencia elegante y correcta, pero basta conocerla un poco más... ¡para darse cuenta de que ella es un fraude como señorita perfección ¡Se trata de la anarquía total! ¡La rebelión misma!

     Él sonrió y le dio una breve mirada.

—¿Y no es eso lo más atractivo que tiene?

(...)

     Riku entró al salón de arte, tal y como lo esperaba ya todos los alumnos se habían ido, sólo una niña quedaba al fondo, junto a la ventana, pintando hasta que su madre la fuese a buscar. Cosa que no ocurriría hasta dentro de una hora.

—Naminé, la profesora de música me pidió que te entregase esto, es un permiso y alguno de tus representantes lo debe firmar, es para corroborar que puedes ir al festival del día de la...

    La rubia bajó la tela para ocultar el dibujo, pero fue un gesto tan repentino, que Riku se lo tomó mal.

—¿Pasa algo? —atacó él.

—No, nada, no te escuché entrar, ¿me decías del permiso? ¿que mi mamá lo tiene que firmar? Entendido —prácticamente se lo arrancó de las manos—. Gracias por traermelo, en serio, no tenias por qué.

—¿Qué dibujas?

—Nada, nada, dibujaba un... conejo soso y estúpido, me estaba quedando horrible de hecho —comentó Naimé, defendiéndose a la desesperada—. ¿Tu transporte no ha llegado?

    El albino arrancó la tela con un pequeño movimiento, y dejó al descubierto el dibujo de Naminé. No era un conejo precisamente, pero estaba bastante cerca de serlo, reconoció Riku. Era una una pintura de Ventus riendo, llevaba una corona de flores en la cabeza y usaba su suéter de rayas preferido.

—Bonito conejo —soltó Riku.

—jajaja... sí... me faltó la zanahoria.

—No entiendo, y quiero entender —confesó—. Dices no soportarlo, pero hace poco te vi llorar luego de haberte caído a golpes con él, ¿por qué se llevan tan mal? ¿hizo algo que te molestó? Ventus me agrada, es de los menos revoltosos en el salón y me extraña que odies lo suficiente para fastidiarlo todos los días y luego...

    Quedó viendo la pintura hecha con muchos colores pasteles.

—No entiendo.

—No odio a Ventus —reconoció la niña, siendo conciente de que revelaba un secreto—. Es casi un trocito de mi... lo quiero muchísimo.

—Interesante forma de demostrarlo.

—¡Ventus es un bebé! —estalló—. Es mimado por mamá y por su profesora y por mi, y en su salón hasta sus compañeros lo adoraban, pero ahora está aquí, en mi sección, con niños que son mayores que él, y no sabe qué hacer ni cómo desenvolverse. No puedo permitir que se refugie en mi falda, le haría daño.

La Mafia es Color Rosa // Kingdom HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora