La Mafia es Color Rosa // Kingdom Hearts

71. El Romance es Como Electricidad

Parte XVI - Synchronicity

     71. El Romance es Como Electricidad

     Sora se las había arreglado para subir a las estructuras de metal, cargar a Kairi, bajar con ella a un hombro, y no morir ni matarse en el proceso. Naminé y Aqua estaban a punto de reírse y estallar en aplausos en honor a la hazaña del castaño ¡dominar a la reina de reinas! ¡era de verse!

    No obstante, antes de que las chicas pudiesen lanzar el primer grito de felicitaciones, Roxas levantó la palma y las detuvo con un severo gesto.

—Es demasiado pronto para cantar victoria... —advirtió.

    Kairi lanzó un puñetazo con dirección fija, pero Sora pudo neutralizarlo con su mano izquierda. El golpe de la chica quedó sujeto en el acto. Todavía enfadada intentó pegarle con el otro puño consecutivamente, pero igual que el anterior, fue detenido en el aire. A partir de allí, ambos se dieron a la tarea de forcejear.

—Ah mierda, se molestaron en serio —murmuró el rubio.

—Sora, conmigo no puedes jugar al héroe —dijo la pelirroja haciéndolo hacia atrás, tenía toda la fuerza acumulada en los brazos para poder con él—. No me trates como si fuese una princesa inútil, sé lo que hago y sé cómo hacerlo, lo de hace un momento fue una broma estúpida. Necesito limpiar y poner las luces. Interfieres con mi trabajo, Sora.

—Oh, bien, es un buen avance, ya no me insultas tanto... —replicó.

     Él habló demasiado pronto.

—Te voy a partir la cara si bajas la guardia, inepto —incrementó la presión en las manos.

—Dije que no voy a pelear contigo, Kairi.

—El poco respeto que me tienes, me hace querer matarte, en serio me molestas —ella se las arregló para meterle el pie a Sora por detrás de la rodilla, sacándolo de balance al instante y haciéndolo caer para atrás. Igual que la vez anterior se le subió encima y el forcejeo se reanudó—. ¿Crees que soy débil? ¿Por que soy chica? Es cierto, no tengo tanta fuerza como tú, o como Riku, o como Roxas... pero no por eso puedes venir a meterte en mis problemas, no voy a tolerar que quieras protegerme, yo no necesito protección. Somos amigos, Sora, pero si te atreves a interferir en mis decisiones conseguirás que me enfade lo suficiente para no volver a dirigirte ni una palabra.

—¿Quien lo diría? Eres hermosa incluso cuando estás colérica... —involuntariamente Kairi se echó hacia atrás por la impresión del comentario. Él la tomó por los hombros y la hizo irse de lado, ahora lograba estar encima de ella—. No te lo tomes personal, no es porque te vea débil que quiero cuidarte, es porque te quiero y me preocupas... si alguien a quien aprecio se hace daño, es muy doloroso para mi, por eso quiero evitarlo.

    El corazón de Kairi se aceleró demasiado. En el pulso y la respiración fue evidente que respondía a las palabras del chico. No había conocido a nadie tan puro y tan noble, esa gente era una pesadilla en su opinión. Mas, no podía dejar de ser conmovida por ello.

    «No, me niego, antes muerta que admitirlo»

—Hazme un favor y quitate de encima —demandó enfrentando el azul en los ojos de Sora—. No me importan tus altos ideales, no aplican conmigo. Es vergonzoso que quieras cuidarme, yo me cuido sola.

—Que chica tan ruda —bromeó él—. Pues lamento informarte que yo no necesito tu permiso o tu aprobación para cuidarte.

—¡Sueltame Sora! ¡Eres un fastidio! —chilló ella—. Pienso que Dios creó el mundo en seis días y al séptimo día te creo a ti para molestarme.