Tenía los ojos arenosos y su cuerpo dolorido de una noche pasada en el suelo, y
todo lo que Kira podía hacer era arrastrarse por las escaleras empinadas. Ella tenía
miedo de salir.
Afuera Gregory tenía muchos lugares donde esconderse y acosarla. Salir significaba ver ese vil mensaje de nuevo, un mensaje que vería su tío cuando fuera a trabajar. Una amenaza visible que iba a requerir una explicación.
Si ella pudiera permanecer oculta y fingir que nada de esto estaba sucediendo.
Pero hacer caso omiso de ello no haría que desapareciera. Pero podía esconderse. Esta
vez no iba a huir a un lugar donde tuviera familia. Ella iría a algún lugar nuevo, algún
lugar donde nadie supiera su nombre.
Esta vez voy realmente a empezar de nuevo. Como debería haberlo hecho en primer lugar.
Ella debería haberlo sabido mejor. En su estupidez por escapar rápidamente, puso a su familia en peligro. No volvería a suceder.
Ella se iría tan pronto como obtuviera su salario de la barbería. Una vez que ella
cobrara, recogería la bolsa que había empacado y llamaría a un taxi para ir al
aeropuerto.
Ella se subiría a un avión al primer lugar barato que pudiera encontrar. Y una vez que llegara allí, subiría a otro avión con un destino más lejano para confundir su pista.
Era una salida cobarde, pero el temor de ver a su familia perjudicada era más fuerte que su vergüenza.
Dado que la tienda de pescado estaría abierta, su tío era madrugador, tomó el conjunto interior de escaleras para bajar, lo que retraso la vista del maldito mensaje esperando en la puerta exterior. En la parte inferior de la escalera, se detuvo y respiró hondo varias veces. ¿Qué le diría a su tío? ¿Cómo explicar la nota vil a la izquierda de la puerta?
¿O podría escabullirse mientras él no estaba mirando?
Desde la seguridad de la sala de almacenamiento, se asomó por el marco de la puerta que conducía a la tienda. Su tío discutía con la radio cuando el locutor relató
resultados deportivos y noticias. Cuando se agachó para limpiar el interior de la vitrina
de cristal, ella se lanzo fuera.
-Buenos días, Kira, dijo su tío, con la voz ahogada por la vitrina. -¿Qué le
pasó a tu puerta?
Ella no respondió, sólo le dedico una débil sonrisa y no se detuvo. Su tío se
merecía una respuesta, pero no estaba segura de que pudiera decirle sin estallar en
lágrimas. Era un buen tipo, él insistiría en ayudar, y eso empeoraría las cosas, porque
entonces él iba a verse involucrado en el drama que era su vida.
Mejor correr. Ella abrió el portal a la acera, solamente hiperventilando un poco
por el repentino temor que la llenaba.
¿Qué pasa si Gregory me espera? Con apenas un pie fuera, se quedó inmóvil mientras miraba alrededor.
La acera resulto estar libre de acosadores, solo peatones típicamente normales.
Todo parecía tan normal, tan benigno. La mano enterrada en su bolso no aflojo su
agarre sobre su lata de spray de pimienta. No iba a ser atrapada desprevenida.
Armándose de valor, miró a la puerta que significaba el final de su efímera, nueva vida. Solo que el repugnante mensaje no estaba allí.
Ella parpadeó y miró de nuevo. Todavía nada.
Pegajosa, pintura fresca se quedo en sus dedos mientras tocaba la superficie blanca prístina de la puerta, y ella pudo ver su propio reflejo en el brillante cristal limpio.
Una sombra se cernió sobre ella.
-Es posible que todavía necesite otra capa.
Ella dejó escapar un grito agudo, cuando Arik pareció salir de la nada. Como un hombre de su tamaño podía moverse sin ser visto la dejaba perpleja.
-Alguien realmente debería ponerte una campana, -murmuró.
-Pero entonces sabrías que iba a venir.
-Lo que me gustaría saber es que estás haciendo aquí.
-Quería asegurarme de que estabas bien. Después de tu abrupta salida
anoche y el desagradable incidente del graffiti, estaba preocupado.
Si ella fuera un helado, podría haberse derretido. Así de hecho, sus rodillas
estaban un poco débiles.
-Eso es dulce, pero como puedes ver, estoy bien, y supongo que te debo las
gracias por conseguir mi puerta pintada.
Hizo un gesto con la mano.
-No es necesario. El mensaje me ofendió. Así que me encargue de ello.
-Bueno, tanto si quieres algún agradecimiento o como si no, gracias. Fue
amable de tu parte. Ahora, si me disculpas, tengo que irme a trabajar.
-¿Día ocupado de compromisos?-Preguntó. Dejando el coche en la acera, el
emparejo sus pasos con los de ella mientras tomaba la acera.
-No del todo
-En ese caso, ¿por qué no nos detenemos para desayunar en la cafetería al
otro lado de la calle?
-No puedo.
-¿El almuerzo?
Ella negó con la cabeza.
-La cena. -Dijo, no pidió.
Se detuvo y se volvió hacia él.
-Escucha, Arik. Eres un buen tipo y todo eso, y ayer por la noche fue muy
divertido, y aun si me quedara, yo no…
-¿Qué quieres decir con si te quedaras?-
Fue gracioso como consiguió ese extraño tono, un gruñido en su voz cuando él
se enfado con ella.
-Después de lo que pasó, no puedo quedarme aquí. Me voy. Hoy.
Probablemente en las próximas dos o tres horas. Tan pronto como pueda conseguir
cobrar mi salario, me voy al aeropuerto.
-¿Para ir a dónde?
Ella se encogió de hombros.
-Yo no he descubierto esa parte todavía. Cuanto menos planifique, menos
posibilidades tendrá mi ex de encontrarme.
Sus cejas se unieron.
-¿Estás escapando por culpa de él?-
-Es lo más seguro que puedo hacer, no sólo para mí, sino para el resto de mi
familia.
-Es una estupidez.-Dijo crudamente, y ella sintió el amargo aguijón del
reproche.
-Para ti, tal vez. Para ella, era el único plan que tenía sentido y mantendría a
su familia fuera de peligro.
-No estás pensando con claridad. Correr no hará que este chico se vaya.
-Si yo no estoy aquí, el no tendrá ninguna razón para quedarse.
-O, si no te encuentra, entonces el va a ir detrás de tu familia y tratara de hacerles revelar tu ubicación.
-Él no lo haría.
-¿Qué? ¿Hacerles daño? ¿Amenazarlos? ¿Sabes eso con seguridad? ¿Estás
realmente dispuesta a correr ese riesgo?
Ella apretó los labios cuando entendió su razonamiento. ¿Cómo se atrevía a
hacer agujeros en el único plan que tenía?
Su voz se suavizó.
-No estoy tratando de asustarte, Kira. Tú, evidentemente, has sufrido bastante. Pero seamos honestos aquí. Este idiota está desesperado. Un chico desesperado hace cosas impredecibles.
-Entonces, ¿qué sugieres que haga? ¿Quedarme aquí y esperar que no
termine en un periódico con una breve reseña? “Cuerpo de peluquera se encuentra,
víctima del psicópata de su ex novio.”
Los ojos de Arik brillaron como oro, ya que captaron el sol de la mañana.
-No voy a dejar que te haga daño.
Una risa amarga construida de frustración abandonó sus labios.
-Y ¿cómo vas a detenerlo? No puedes quedarte pegado a mí, las 24 horas los 7
días de la semana
-¿Quieres apostar?
Curioso, parecía totalmente en serio. Pero ella era una extraña para él. Una don
nadie. Un CEO de su categoría tenía mejores cosas que hacer que cuidar de una
peluquera.
-Estás siendo ridículo.
-No veo nada ridículo sobre el deseo de protegerte. De hecho, la mayoría diría
que es caballeroso.-
Ellos lo harían, a excepción de que no podía dejar de preguntarse sus motivos.
-¿Por qué te preocupas tanto, de todos modos? Apenas nos conocemos. Nos
odiábamos antes de la cena de ayer.- Muchas cosas habían cambiado desde
entonces, sin embargo. Ahora yo no le odiaba, pero ella no podía definir exactamente
lo que sentía por él, o él por ella. Lujuria, sí. Curiosidad también. ¿Pero más que eso?
-¿Sabes lo que dicen sobre el odio?-
Sí, lo sabía, pero seguramente no era tan arrogante como para pensar que lo
amaba, y ella no era lo suficientemente ingenua como para creer por un momento que la amaba.
-Toda esta conversación es una locura. Y estoy perdiendo el tiempo. Tengo
que empezar a moverme.
-Si insistes. Déjame llevarte.-
-No está lejos.-
-No, no lo está. Sin embargo, dado el posible peligro para tu persona, no debes ir sola. Así que ven conmigo, o caminamos. No importa. De cualquier manera te acompaño.
-Eres tan terco como una mula.
Ella amablemente se abstuvo de usar la palabra asno, pero más porque la hacía pensar en su culo apretado en lugar de en un
animal rebuznando.
-Prefiero un gatito tenaz.
¿Gatito? Arik tenía demasiada presencia para algo tan doméstico como un gato.
-Entonces, ¿qué va a ser, ratón? ¿Vamos caminando, o te llevo con estilo?
Al final, ella eligió la comodidad y de inmediato se arrepintió mientras plantaba
su trasero en el asiento del pasajero decadentemente cálido. La cabina de su
camioneta, aunque amplia, era todavía muy confinada e íntima. Su aroma, su colonia y
la esencia en general, la rodearon,provocando los recuerdos de lo que había sucedido
la noche anterior en el mismo vehículo.
Mirando fijamente sus manos en el volante, no podía dejar de recordar lo que esas manos le habían hecho a ella la noche anterior. Como él le había dado tal placer.
El recuerdo la hizo sonrojar, y un escalofrío de deseo recorrió el punto palpitante entre
sus muslos. Kira se horrorizo de como su mente podía ser fácilmente distraída,
especialmente en un momento como este. Se obligó a apartar la mirada.
Sin embargo, esto no disminuyo su conciencia de él.
Lo bueno es que él no pareció darse cuenta. Sus ojos permanecieron fijos en la
carretera, y mantuvo sus manos, —por desgracia— para sí mismo.
No estaba de humor para hablar, así que ella jugó con un hilo suelto de sus
vaqueros, sin prestar mucha atención a la ruta hasta que se dio cuenta que habían
conducido por un tiempo y aún no habían llegado.
Ella miró a través del parabrisas y frunció el ceño.
-¿Dónde estamos? Este no es el camino a la peluquería.
-No lo es, no.
-¿Estás dando un rodeo? ¿Estás tratando de despistar a Gregory por si nos
está siguiendo? Ella estiró el cuello para mirar hacia atrás, preguntándose si en uno
de los coches de atrás estaba su ex novio. ¿Estaba incluso ahora planeando embestir
contra ellos y convertirlos en animales atropellados? ¿Les conduciría fuera del puente?
¿Abriría fuego? O...
Ella cerró la puerta a su imaginación hiperactiva que paso a través de
demasiados argumentos de películas como para manejar una mente paranoica.
-En realidad no vamos a la peluquería.-
Sus palabras penetraron, y ella desvío toda su atención a Arik. Su mirada ámbar se encontró brevemente con la suya, golpeando de nuevo con su buena apariencia y la sonrisa de suficiencia que llevaba.
-¿Qué quieres decir con que no vamos allí? ¿Exactamente dónde me
llevas?-Esperemos que no a algún lugar desierto donde podía matarla y deshacerse
de su cuerpo. Gregory en la escena proporcionando un sospechoso probable, quizá Arik ahora vio su oportunidad para vengarse de su cabello. No sería la primera vez que su falta de criterio en los hombres la llevo a saltar de la sartén al fuego.
Ella se dio una bofetada mental.
No todos los hombres son psicópatas. De alguna manera dudaba de que el CEO
de una compañía multimillonaria, fuera un asesino en serie que no ha salido del
armario. Pero ella tuvo que preguntarse por sus planes cuando respondió,
-Vamos a mi casa.
¿Su casa? Lo que probablemente significaba un lugar con una cama y privacidad. Un lugar cómodo donde podrían continuar donde lo habían dejado la noche anterior. No era exactamente el plan más horrible, y sin embargo...
-No puedes estar pensando seriamente en la seducción en un momento como este. Sé que probablemente todavía tienes las bolas un poco azules teniendo en cuenta cómo terminó nuestra noche, pero realmente, ¿qué te hace pensar que estoy de humor para tener relaciones sexuales?
Se rió con tanta fuerza que el coche se desvío bruscamente y ella chilló mientras agarraba la manija de la puerta.
-¿Crees que te llevo allí para seducirte?
Su tono de incredulidad hizo que frunciera su ceño molesta.
-Bueno, ¿qué otra cosa se supone que voy a pensar? Te digo que tengo que ir
a trabajar para agarrar mi sueldo para que pueda irme, y decides, sin preguntar,
llevarme a tu apartamento de soltero. No le veo la gracia a esto.
-Por un lado, aunque probablemente tendremos sexo, y más de una vez, la
razón por la que voy a llevarte es en primer lugar para tu seguridad. Mi edificio tiene
una excelente seguridad, durante todo el día.
-¿Y cuál es la otra razón?
-¿No es tu protección razón suficiente?
Ella negó con la cabeza.
-Qué tal, ¿he decido no perderte vista?
Ella no pudo evitar preguntar:
-¿Por qué?
-Porque eres mía.
Posesivo. En realidad señalado. Y totalmente inesperado.
Ella parpadeó e intentó procesarlo. Falló.
-¿Perdón? ¿Acabas de decir que soy tuya?-
-Sí.
Ella debería haberlo abofeteado por su temeridad, no querer fundirse y
cubrirse con sus besos. Ella trató de sacudir el placer de sus posesivas palabras.
-Te das cuenta de que la esclavitud fue abolida. Tú no puedes ser dueño de la
gente.
-¿Quién dijo algo acerca de ser un esclavo? Te puedo prometer, que con el tiempo serás mía, -ella noto el uso de cuándo, no si-tú no tendrás que hacer nada.
Tengo más que suficiente personal para atender tus necesidades. Bueno, excepto para alguna necesidad lujuriosa. Eso tengo la intención de manejarlo yo mismo.
-¿Así que voy a ser tu esclava sexual? ¿Cómo es eso mejor?
-Ratón, tienes algunas ideas muy confusas cuando se trata de hombres.
Cuando digo mía, quiero decir que eres mi esposa. Mi compañera.-
-Um, eso suena a permanente. Por no hablar de un poco rápido. Quiero decir, ayer, ¿no me estabas diciendo que me querías como tu amante y que no estabas buscando una relación?-
-He cambiado de opinión.
-Sólo las mujeres tienen ese derecho.
-Yo soy el jefe, algunos incluso me llaman el rey.- Él le guiño un ojo. -Yo
puedo hacer lo que quiera.
-Narcisista.
-Estamos de vuelta al alfabeto de atributos, pero cuando se trata de la letra N,
yo habría dicho ordenado.
-¿Ordenado? ¿Cómo pulcro o limpio?
-Por supuesto limpio. Serás feliz de saber que no soy un hombre que deja sus
calcetines en el suelo.
-Debido a que tienes el personal para recogerlos.
-¿Qué hay de malo en eso? Es mi lado limpio el que me hace contratarlos para
mantener mi hogar en forma impecable. Yo también tengo un cocinero así que
siempre comeremos bien, un sastre y un terapeuta masajista, que, pensándolo bien, tu
no podrás utilizar.
Ella preguntó estúpidamente,
-¿Por qué no?
-Debido a que es un hombre. No permitiré que ningunas manos, excepto las
mías, te toquen.
Una vez más, su posesividad debería haberla horrorizado, pero maldita sea, su
atractivo para controlar las situaciones le hizo levantar la cabeza. Ella trató de reírse de
su afirmación celosa.
-Dios mío. Estoy atrapada en una camioneta con un loco.- Y uno rico.
A medida que reducía la velocidad al pasar bajo un porche cubierto apoyado
sobre columnas de mármol, Kira no pudo evitar quedarse con la boca abierta ante
imponente edificio. Piso sobre piso de cristal reflectante brillaba en la luz del sol.
Un valet salió y abrió la puerta de la camioneta de su lado, pero antes de que
Kira pudiera agarrar la mano enguantada para bajar, Arik estaba allí, frunciendo el
ceño al hombre con el uniforme rojo adornado con galones dorados.
-Yo la ayudo. Tú toma esto.- Tiró las llaves al empleado. —No estaciones lejos. Podría necesitarlo más tarde.
Metiendo el brazo de Kira en el hueco del suyo, la llevó a un conjunto de puertas acristaladas, que estaban tan limpias que brillaban como un espejo. Kira se sintió terriblemente fuera de lugar. Incluso el portero parecía más impresionante que
ella. Ella realmente deseó haber usado algo un poco más presentable que un cómodo
par de jeans desgastados con agujeros en un muslo y la rodilla, un oscuro suave jersey
que había pasado por el lavado demasiadas veces, y el pelo a toda prisa peinado en
una cola de caballo. Añadir las zapatillas de deporte en los pies, y se veía más como
alguien que debería entrar por la puerta de atrás que como un invitado de uno de los
propietarios del edificio.
Arrastrar los pies no detuvo a Arik de impulsarla hacia adelante, su gran mano
firmemente presionada contra la mitad de la espalda. Ella probablemente podría haber
huido, pero tenía la sospecha de que él la perseguiría y se la llevaría adentro, estilo
hombre de las cavernas. El hombre parecía comprometido y decidido a protegerla de
Gregory. Y la verdad, en este momento, desconcertada por lo extraño de todo, se lo
permitiría.
¿Porque no? ¿Qué tenía que perder? Sus métodos no habían funcionado. La
policía no había ayudado. La mudanza a través de medio país no había detenido a
Gregory. ¿Por qué no dejar que Arik y su arrogancia intentaran disuadir a su ex?
Incluso si él no podía, al menos ella conseguiría un tiempo para relajarse en la
comodidad, y tal vez disfrutar de un poco de placer seductor.
O ir de una mala situación a otra. Una cautiva en una jaula de oro y un captor
muy-muy-sexy.
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Cuando un Alfa Ronronea •||Saga El Orgullo Del León I ||• [Terminada]
General FictionLa arrogancia del león no se define sólo por aquellos que él manda, sino que también reside en su pelo, por lo que cuando un ser humano se atreve a masacrar la melena de Arik, él consigue su venganza y la reclama como su compañera.