capítulo 15

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Cancion:  Farruko - nadie
Escuchen la canción😹


Arik despertó antes que Kira y aprovecho el momento para estudiarla.
En reposo, todas las líneas de preocupación disminuyeron. No mostraba la tensión por el miedo, o los labios tensos por su terquedad. En ese momento, ella parecía en paz y, dada la ligera curvatura en la esquina de su boca, contenta. Porque le he dado placer.
Y se lo daría de nuevo. A menudo.
Era su intención garantizar que tuviera esa mirada todo el tiempo. Bueno, tal vez no siempre. Disfrutaba de ella cuando su naturaleza ardiente se hacía cargo. Lo
atractiva que estaba cuando se lanzaba al ataque, la mirada de sus ojos, su postura
agresiva y la barbilla inclinada obstinadamente.
Absolutamente hermosa. Pero lo más hermoso de todo era su pasión. La forma
en que ella lo había seducido apenas unas horas antes había probado ser más allá de
glorioso.

Harían una buena pareja. Mejor que buena. Incluso si ella no tenía un gen felino, poseía gran fuerza. Calzaría perfecto en su manada. Como alfa, necesitaba una compañera que pudiera sobrellevar su posición.
Sin embargo, en caso de que necesitara algo más que palabras para defenderse, probablemente debería armarla. Además de la lengua afilada podría utilizar un cuchillo afilado por si acaso las garras salieran. Algo de lo que él se ocuparía más tarde. En primer lugar, quería a….
Bang. Bang. Bang.

Mataría a quien llamaba a su puerta.
Si Kira no estuviera durmiendo, habría rugido a cualquiera que se atreviera a molestarlo. Esperó. No siguió durmiendo. Observó un ojo abierto, y vio el momento exacto en que se dio cuenta de dónde estaba y con quién. Una sonrisa feliz tiró de sus labios. El calor que irradiaba de su cuerpo aumentó. Su parte inferior se retorció contra su ingle. Parte de él se agitó y dijo: “Hola”. Un deseo compartido se desató en sus cuerpos
Bang. Bang. Bang.
Golpearon de nuevo. Insistentemente.
-Maldita sea.Gritó mientras rodaba fuera de la cama. -¿No puede un hombre disfrutar de una siesta en medio del día?
Rasgaría en tiras a quien se atreviera a molestarlos. Su león tenía maneras de
tratar con la gente. Desafortunadamente, ellas eran un poco sucias.
-Abre la puerta, -gritó Hayder, que no se contentó con solo aporrear la
puerta.
-¿Y si no lo hago?-Gritó Arik, mientras iba desnudo e indiferente hacia la
entrada de su apartamento. Hacía tiempo que poseía todas las llaves del lugar. No
porque no confiara en Hayder, sino más porque su sagaz madre seguía sacando copias.
La leona astuta reclutaría a sus primos para engañar a Hayder y así pedirle prestadas
las llaves y copiarlas.
Ahora se utilizaba una huella digital. Duplica eso, mamá.
Bang.
-Hombre, ¿qué está tomando tanto tiempo?
-¿Alguna vez has pensado en utilizar un maldito teléfono?-Le espetó al
golpear el pulgar en la pantalla táctil.
-lo hice, pero alguien era demasiado perezoso para responderlo.-
-No hay respeto-murmuró Arik mientras abría la puerta. Él plantó las manos
en las caderas y ladró, -¿Qué demonios era tan importante que tenías que venir a
molestarme?
-Fuiste tú quien dijo que me pusiera en contacto si ese tipo aparecía.
Inmediatamente todos los pensamientos de matar a Hayder y arrastrarse de
nuevo a la cama con su mujer desaparecieron. El Alfa regresó, y fue al grano.
-¿Que sucedió?
-No mucho ya que la seguridad que contratamos lo intercepto, pero el tipo
Gregory trató de acercarse a su apartamento.
-¿El equipo de seguridad lo arresto?
Hayder negó con la cabeza.
-No. Algo lo asustó antes de llegar lo suficientemente cerca. Uno de los
guardias dijo que tomó una aspiración profunda y luego salió corriendo.
Por supuesto que sí. Cuando Arik marcaba algo, los depredadores más
pequeños sabían que debían dispersarse.
-¿Acaso no lo persiguieron? ¿No les dijiste que quería a este hombre
capturado?
-Sí y si
-¿Pero?
Hayder se encogió de hombros.
-Ellos lo perdieron.
Nada pudo detener el resoplido de Arik.
-¿Lo perdieron? Pensé que habíamos contratado a profesionales. Qué es lo
que te dieron, ¿cachorros sin entrenar? Esto en cuanto a su reputación como el mejor.
Dile a Jeoff, cuando hables con él, que no estoy impresionado.-
Le encantaba provocar al líder del Clan. Era algo que había estado haciendo
durante años.
-Díselo tu mismo. Jeoff está abajo en la sala de reuniones. De alguna manera,
no creí que lo quisieras aquí mientras dormías. Y no me atreví a dejarlo en el vestíbulo con tus primos. Hay más de ellos de lo habitual.
Probablemente porque la noticia de su huésped aun rondaba. Además, ¿quién
sabía cuánto del drama de su madre se había extendido? Cuando se trataba de
rumores y demagogia, era la reina de la manada.
-Dile al lobo sarnoso que bajaré en unos pocos minutos. Tengo que encontrar
unos pantalones.-Encontrarse desnudo con Hayder era una cosa. Su beta lo había
visto en cueros con frecuencia y no necesitaba impresionarlo. Pero tratar con otros alfas significaba que tenía que proyectar cierta aura, una que no era posible con un miembro balanceándose, incluso aunque fuera de proporciones descomunales. 
-Unos pantalones estarían bien. Una camisa también. Y recuerda, no hay
tiempo para dormir la siesta.-Le regañó Hayder, una implicación clara e indeseable. -
Además, es posible que desees pensar en darte una ducha rápida.-
¿Lavar el olor de su compañera de su piel? No. Sin embargo, al mismo tiempo,
no quería compartir el dulzor de la lujuria de Kira con nadie más. Me pertenece. Ella es
mía.
Incluso si ella probablemente protestaba.
Molesto con su beta, por muchas razones, la principal era que no podía tomar
una siesta, le cerró la puerta en la sonriente cara.
Aspiró sabiendo que no iba a poder relajarse un poco más con su compañera. Él
podría haber usado otra docena de horas de sueño,—y sí, los rumores eran ciertos. Los
gatos realmente disfrutaban de su sueño. Pero ahora no era el momento de tomar una
siesta. Dado que Gregory había tratado de hacer un movimiento, y que Kira se
preocuparía por su familia, él necesitaba salir y tomar medidas.
Ah, y probablemente debería hacer algo acerca de los sesenta y tres textos
intermitentes en su teléfono, todos de una persona un poco psicótica, que pasó
cuarenta y siete horas de duro trabajo para parirlo y renunció a todo por él, —ese todo
aun tenía que ser definido—, la pesadilla y la persona más importante de su vida, —hasta
que conoció a Kira. Su madre.
Al entrar en su habitación, miró la cama vacía. Respiró profundo, percibiendo la
fragancia persistente de su vida amorosa.
¿No podemos disponer de unos minutos?
En realidad no debería. Pero incluso si no podía seducir a su nueva compañera,
el debía encontrarla, lo que no resultó difícil. Siguió el sonido del agua al baño. Al
entrar, se detuvo y se apoyó contra el marco de la puerta, admirando por un momento
la encantadora imagen que se encontraba ante sus ojos.
Él había localizado a Kira. Ella estaba de pie dentro del perímetro de cristal de la
ducha, empapando su cabeza con la lluvia que caía sobre ella. Él sabía que ella lo vio
entrar, el movimiento rápido de sus ojos en su camino notando su presencia. Sin
embargo, no hizo nada por ocultar el esplendor de su curvilíneo cuerpo. ,104
húmeda y tentadora.
Las manos, resbaladizas por el jabón, se deslizaron sobre la piel húmeda,
cubriendo sus pechos llenos y pesados, resbalando por encima de la hendidura de su
cintura, acariciando la forma redondeada de sus caderas.
Pero fue cuando la mano enjabonada alcanzó entre sus muslos que Arik se quebró. Se acercó a ella, contento de que no tenía que perder el tiempo
desvistiéndose.
Él sabía lo que pasaría cuando se metió en la ducha. Lo sabía. Lo quería. Lo tendría. La tendría a ella.
Una parte de él comprendió que estaba fuera de control. No le importaba. La tomaría, ahora, en la ducha. No podía esperar a oírla gritar. Pero, al mismo tiempo,
quedaría limpio. Multitarea. Incluso Hayder no podría encontrar ningún fallo con sus
excelentes habilidades de gestión del tiempo.
Y sabía que Kira amaba sus habilidades relativas al clímax.
Una sonrisa brillante lo recibió cuando entró en los terrenos húmedos.
-Hey, chico grande-dijo con voz ronca. -Ya era hora de que te unieras a mí.
-Lo siento por el duro despertar. Tuve algunos negocios que atender.
-Oh, ¿tendrás que salir?
-Sí.Meowr. Tan tristemente pronunciado.
-Es una pena.- Manos jabonosas, las de ella, por supuesto, se apoyaron en su
pecho y se movieron más abajo. Y abajo. Tragó saliva cuando ella le agarró y le
acarició.
-Estaba un poco ansiosa por utilizar esto para despertar.
-¿Y este uso se parece al que usaste para dormir?
Su sonrisa traviesa se ensanchó.
-Sí. Es una cura increíble para muchas cosas.
Perfección absoluta. Era suya. Incluso si ella no lo sabía todavía.
-Realmente no tengo mucho tiempo. Tengo un socio de negocios-muy inoportuno, por cierto-esperando por mí.
-No tiene que tomar mucho tiempo.Sus manos acariciaron su longitud
erecta.
No, no tomaría mucho tiempo si seguía tocándolo de esa manera.
-Te mereces más que algo rápido en la ducha.
-¿Qué pasa si quiero un rapidito?
¿Cómo podía decepcionar a su compañera? Él lo haría por ella. Ja.
Gran justificación.
-Creo que podría manejar algo rápido.
-Me gusta rápido. Ella lo agarró con fuerza en la última palabra, y él gimió.
Aplastó sus labios, besándola con una pasión feroz que no había disminuido ni
un poco. Por el contrario, estaba más inflamado y deseoso de ella que nunca. Ella
llevaba su marca. Ella era su compañera. Su esposa.
Él la habría presionado contra la pared de la ducha para poder ponerse de rodillas y complacerla. Sin embargo,  no dejaban mucho espacio.
Y ella realmente lo quería rápido.
La pregunta era, sin embargo, ¿estaba su cuerpo preparado para recibirlo?
Mientras la besaba, dejó que sus dedos buscaran al sur de su cintura,
arrastrándose a través de los rizos húmedos de su montículo a la tierna carne entre las
piernas. Ella suspiró contra su boca y arqueó sus caderas hacia él.
Excitada, sí, pero ¿era miel húmeda por dentro?
Deslizó un dedo dentro. Una humedad efusiva lo recibió. Carne caliente palpitaba alrededor de su dedo. Sus manos lo agarraron, frenética.
Osciló el dedo dentro de ella y tomó nota del estremecimiento que recorrió su
cuerpo
Estaba lista para él.
Y él para ella.
Retiró la mano y se tragó su gemido. Llegó a su cintura, disfrutando de nuevo
de su forma de reloj de arena. Toda una mujer.
Con fuerza bruta, la levantó, se acercó a sus labios y susurró:
-Envuelve tus piernas alrededor de mi cintura.
Ella lo hizo, de forma rápida y sin decir una palabra. Presionó su núcleo contra
él, justo por encima de su eje, que se balanceaba justo debajo de su trasero.
Él la alejo de él, e inclinó sus caderas, colocando la punta de su pene en la
entrada. Muy poco, empujó, entrando con una lentitud agonizante.
Como de bien ella lo tomo.
Cómo acaloradamente lo envolvió.
¡Cuán profundo lo recibió!
Cerró sus tobillos a su alrededor y se dobló, flexionándose contra él,
envainando el resto de él.
Sus labios se unieron, respiraciones calientes que se fundían mientras
flexionaba para empujar dentro y fuera. Ella envolvió sus brazos alrededor de él, casi
tan fuerte como sus piernas. Su cuerpo vibraba, un cable de alta tensión a punto de
romperse.
El entendía bien ese sentimiento. Quería romperse también.
Más rápido, el empujaba, un cuerpo a cuerpo que estimulaba su punto G, lo cual, a su vez, significaba que su canal se estremecía y temblaba, exprimiendo su eje.
Podría haberse quedado en ese momento pre-clímax para siempre, pero ella
llegó. Y se vino duro.
Ella gritó en su boca, apretada a su alrededor, y su sexo se estremeció y se
convulsionó en olas de felicidad
Era demasiado. Demasiado maravilloso. Él también... Aaaah.
Podría haber rugido el sonido sin palabras. Afortunadamente, no parecía darse
cuenta mientras se colgaba en sus manos, con la cabeza apoyada en su hombro.
Acunándola en sus brazos, Arik disfrutaba del momento. Un momento que se prolongó durante un tiempo hasta que se sintió obligado a preguntar:
-¿Estás bien?
Ella se movió contra él. La cabeza se inclinó lo suficiente para que él pudiera ver
la perezosa sonrisa que ella le disparó.
-Mejor que bienElla se agitó en sus brazos, y él la dejó abajo, ocultando su
petulante satisfacción cuando ella vaciló con las piernas temblorosas, la presunción
desapareció cuando ella dijo,
-Mejor que despertar con cereales y leche.
¿Realmente lo comparó con cereales y leche? Hizo una mueca.
-No me digas que comes esas cosas.
-Todo el tiempo. Me gusta eso. Es rápido y fácil. ¿A quién no le gusta un plato
de azúcar para animarse en la mañana?
-Yo no lo hago. Un león necesita comida de verdad.
-¿León? Alguien tiene una opinión subjetivamente alta de sí mismo- bromeó,
sin darse cuenta de su metedura de pata verbal. -Aunque tengo que admitir que me
recuerdas a un animal con algunos de los ruidos que haces.
Si supiera que esos ruidos eran sólo la punta de su cola peluda, perfectamente
peluda.
-Así que me demandan por ser un hombre que se expresa verbalmente en
estado de excitación. Pero te advierto, me demandan bajo su propio riesgo. Tengo
contratado el mejor abogado penalista de la ciudad.
-Si me preguntas, el dinero estaría mejor invertido en un psiquiatra para tu
problema de ego

Cuando un Alfa Ronronea  •||Saga El Orgullo Del León I ||• [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora