capitulo 4

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-Buenos días, ratoncito.
La frase ronca casi le hizo mojar sus bragas. Dejando la llave en la cerradura de
la peluquería, Kira se volvió tan rápidamente que su taza de café se derramó.
El líquido caliente salpicó su mano, y ella gimió.
-¡Ay! - Ella usó la excusa de la quemadura para prestar atención a su mano en lugar de a su visitante inesperado. Un visitante de muy alto que obviamente había estado esperándola.

No era bueno. Sobre todo porque, a esta hora temprana, las aceras estaban
todavía bastante vacías.
Dedos masculinos arrebataron la taza de su mano y la tiró en un cubo de basura
cercano. Antes de que pudiera reaccionar, su apéndice lastimado fue alzado, y apretó
sus labios contra su ardiente piel.
Al tacto, su mano no era la única cosa calentándose.

Oh, Dios. Quería culpar al temor por su ritmo cardíaco acelerado, y el pequeño
temblor de sus extremidades, pero era lo suficientemente mayor y con la experiencia
suficiente para reconocer la atracción.
-¿Qué estás haciendo?
-Besarlo para que mejore. -Excepto, que no se detuvo en un simple beso.

Kira miró sorprendida a Arik mientras la punta de su lengua se posaba en su
piel quemada por el café. Amable. Demasiado lindo. Ella no podía dejar de imaginar
cómo sería un golpe de su lengua contra la parte más sensible de su cuerpo.
¿Qué infiernos está mal conmigo? La cordura se reafirmó y tiró de su mano
liberándola.

-No necesito esto, sobre todo porque tú eres la razón por la que me quemé en
primer lugar.
-¿Te he asustado ratoncito?
Su expresión le dijo claramente, duh, ¿qué te parece?.No parecía arrepentido
en absoluto, a juzgar por la sonrisa en sus labios.

Ack. Miró hacia otro lado. Se veía muy lindo cuando lo hizo…y una distracción.
Ella trató de cambiar el rumbo de las cosas de nuevo hacia un sentido menos seductor.
-¿Qué estás haciendo aquí? -Preguntó ella, echando un vistazo alrededor en
busca de testigos, cualquier persona podría ayudarle si decidían repetir lo del día
anterior.
Por otra parte, tal vez exageraba. No parecía molesto hoy. Por el contrario, sus
ojos ardían con algo, pero si no se equivocaba, era más bien coqueteo que ira.

Teniendo en cuenta su reacción extrema, y el recuerdo de su arrogancia, ella no confiaba en él.
-Se me ocurrió después de nuestro pequeño incidente ayer que tal vez podría
haber sido demasiado duro.
-¿Quieres decir cuando te comportaste como un asno?  Deliberadamente lo
insultó más que nada para recuperar el sentido del equilibrio.
-Sé que algunas de mis palabras fueron mal elegidas. Me disculpo por eso.
¿Él hizo qué? Ella sintió que sus ojos se ensancharon por la sorpresa de la
inesperada disculpa.
-Um, gracias. Creo que probablemente debería decir que lamentó la masacre
de tu cabello.

No pudo ocultar una mueca de dolor, incluso ante el recuerdo, y fue entonces
cuando notó el sombrero de fieltro. Gris perla combinaba con su traje de chaqueta,
pero aún así... Se mordió el labio para que no se le escapara una risita. Aunque era un
bonito sombrero, simplemente no le sentaba.
Acerca de mi pelo. Se me ocurre que te debo una segunda oportunidad. Una
verdadera oportunidad de cortarme el pelo. Aunque, probablemente, más corto de lo
que pretendía inicialmente, dada nuestro malentendido.
-¿Disculpa? ¿Acabo de oír que quieres que yo te corte el pelo? Ahora sé que
estás jugando conmigo.-
-No hay trucos. Una vez que me calmé ayer, tuve la oportunidad de reflexionar sobre lo sucedido. Realmente nunca te di una oportunidad.

Dejé que el machismo nublara mi juicio. Pero en mi defensa, mis únicos otros cortes de pelo realizados por mujeres fueron hechos por mi madre y tías, cuya idea de un corte
involucraba un tazón de cocina y tijeras.
Fue el turno de Kira para una mueca de dolor.
-Ay. -
-Exacto. Tal vez eso podría ayudarte a entender mi vacilación. También debo
admitir que más tarde hablé con tu tío en la peluquería. Inicialmente, había planeado
volver a verlo para reparar el daño. Sin embargo, él me aseguro que eres la mejor que hay después de Dominic.
Ella no pudo evitar hincharse de orgullo ante la alabanza.
-Estoy bastante solicitada O así había sido hasta que su viejo salón se incendio en circunstancias sospechosas.
-¿Qué dices si empezamos de nuevo? Hola, mi nombre es Arik.- Extendió la
mano, y ella se quedó mirándolo.

Cuando un Alfa Ronronea  •||Saga El Orgullo Del León I ||• [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora