Estare a tu lado.

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Ga Eul se sentía abrumada por todo lo sucedido esa tarde, no solo había revelado a los chicos una importante y tormentosa parte de su pasado, si no que le había revelado toda la historia y las marcas que le dejaron en el alma y la piel.

Estaba un poco abrumada por todo lo que había tenido que rebelar, pero también era consciente de que las personas a su lado no dirían nada, ellos podían ser unos mujeriegos y mimados, pero eran las mejores personas que había conocido en su vida.

Llegado el momento de ir a casa, nuevamente el miedo la invadió, debía salir a la calle y la posibilidad de encontrarse con Dong Yul, le causaba pánico, pero debía ser fuerte, por ella y por todos lo que la querían, debía protegerse, ella no dejaría que ese tipo le hiciera lo mismo, no otra vez. Antes de levantarse para marcharse Woo Bin la llamo

- Si, Woo Bin sunbae – respondió ella mirando el rostro preocupado del muchacho.

- Se que esto no te gustara, pero he dispuesto a tres hombres para tu seguridad

- Pero no es necesario – se quejo – se que pueden sentir temor y lastima por

- Quien dijo que era lastima? – reclamo el alfarero

- Ga Eul, no solo eres amiga de Jan Di, eres nuestra amiga, Jun Pyo te ve como a una cuñada, eres amiga muy cercana de Ji Hoo y yo -Woo Bin lo pensó un segundo- para mi tu eres especial, eres como mi hermana pequeña; tu, Jan Di y Ha Ni son lo único inocente y bueno que tiene el F4

- Woo Bin Sunbae. – susurro ella con un nudo en la garganta -gracias

Ella había abandonado todo lo conocido hace un año pensando que perdía toda su vida causa de un hombre que solo le había hecho daño, pero la verdad era que ahora había encontrado otra familia, sus amigos estaba con ella y para ella, no por Jan DI, sino porque realmente les nacía el quererla y protegerla, si bien era cierto se conocía un poco más con Ji Hoo todos ellos eran importantes en su vida, y estaban más que dispuestos a hacer de todo para protegerla.

- Te iras a mi casa y no hay nada mas que discutir – la corto Ji Hoo – además Ga Eul se mudara contigo – aviso el castaño a Ha Ni después de tener una discusión por un par de horas

- Ga Eul? – el asintió – le sucedió algo

- Lo único que dijo fue que Dong Yul ha regresado – la castaña palideció, ella conocía la historia, nunca ha visto las cicatrices en el cuerpo de su amiga, pero si las marcas de su alma, siempre que le llegaba un anónimo, un mensaje de numero desconocido , las reacciones eran inmediatas, palidecía para después dar paso a la desesperación de no saber si realmente el la había encontrado – ella hablo con Woo Bin y Yi Jeong, ellos la convencieron, y tu debes descansar por tres meses y que mejor que en nuestra casa

- Nuestra casa? – interrogo con los ojos muy abiertos

- Si, viviremos ahí después de la boda – dijo divertido

- Claro. Es verdad – susurro sonrojada

- Ha Ni, no tengas miedo – le susurro mientras se acercaba lentamente – jamás te exigir nada, quiero enamorarte; esperare pacientemente a que tu corazón se recupere, no apresurare las cosas, tampoco quiero que tu lo hagas – dijo a centímetros de su cara

Seria por el embarazo?, las ganas de sentirse amada? O, él realmente la estaba ganando a paso lento? No encontró la respuesta, solo se dejo llevar sin resistirse las ganas y lo beso.

Un beso tierno, cálido, lleno de gratitud y cariño, un beso que le acaricio el alma y expulso lo malo llenando su corazón de esperanza. Llevándola a sentirse protegida y amada, no solo ella, si no también su hijo.

Se separaron a regañadientes cuando escucharon un carraspeo incomodo. Era la Sra. Baek

- Lo lamento no quería interrumpir – se disculpo algo incomoda sin saber que mas decir, aunque cuando miro a la castaña, la joven pudo ver una chispa de enojo en ella.

- No se preocupe Ajumma – contesto la castaña - por favor entre – murmuro algo sonrojada

- Buenas tardes señora- Ji Hoo hizo una reverencia – las dejare solas, para que puedan platicar – anuncio mientras tomaba la mano de la castaña – preparare todo para que la próxima semana se instalen en su nueva casa – dijo sonriéndole

- Gracias – susurro y deposito un suave beso en su mejilla

Cuando el castaño salió de la habitación, el lugar se mantuvo en silencio por unos minutos antes de que la castaña hablara, solo para romper el tenso silencio.

- Que hace Ajumma? – pregunto amablemente

- Seung Jo me dijo que estabas hospitalizada aquí – la castaña mostro preocupación en su rostro, si ella sabia que estaba embarazada de su hijo, la querría casar con su hijo y a esas altura ella no deseaba eso – Ha Ni – la llamo – que sucedió entre ustedes?

- Demasiadas cosas – dijo simplemente antes de dejar escapar un susurro – pero lo ultimo que paso destruyo todo el amor que podría haber quedado dentro de mi – contesto algo cansada de esa situación, siempre era lo mismo, y ya no quería eso para ella.

- Sabes que se casara con Hae Ra? – pregunto algo dudosa, ella se había enterado solo esa tarde

- Claro, es lógico – contesto con una media sonrisa

- Ya lo sabias? – la castaña simplemente asintió – y no harás nada? – interrogo entre confusa y dolida

- Y que pretende que haga? – dijo un poco dura – que me arrodille frente a el y le pida una oportunidad? Después de todo el daño que me hizo, que nos hizo – dijo mientras apoyaba su mano en su vientre – el quiere y debe casarse con Hae Ra, después de todo ella será la madre de su hijo – termino en un susurro

- Tu sabias que ella esta embarazada? – medio pregunto y grito la mujer mayor, la castaña solo asintió – Ha Ni – volvió a llamarla – tu también lo estas, verdad? – ella asintió lentamente – y porque no se lo dices? Estoy segura que si el supiera se casaría contigo y no con ella – dijo firme y segura

- Lo siento Ajumma pero no soy tan egoísta como para hacer algo así, yo jamás obligaría a alguien a estar a mi lado por obligación, quiero que si alguien esta a mi lado sea porque así lo quiere y no porque deba hacerlo

- Pero él tiene derecho a saberlo – reclamo la mayor

- Él lo sabe – aviso – pero renuncio a sus derechos paternales- lo lamento señora Baek, pero no quiero a Seung Jo cerca de mi hijo, no después de que lo rechazara cruelmente antes de siquiera conocer su existencia