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Se veía hermosa, el embarazo le sentaba de maravilla, definitivamente.

Había regresado a la preparatoria recién ese día, después de dos meses de reposo debido a su delicado estado de salud, gracias a dios ella estaba bien y su hi… y el bebe también.

Inconscientemente había comenzado a llamar al bebe de HA Ni “mi hijo”;  (efectivamente lo era y el lo sabia) pero tambien era consciente de que había renunciado a sus derechos y ahora el único bebe que podía llamar como suyo era el de Hae Ra, quien a estas alturas ya lo tenia fastidiado, después de pensar en algún momento que ella era la mujer perfecta, ahora se daba cuenta de que estaba muy lejos de serlo, era caprichosa, mimada y atosigante, le mosletaba por todo, y honestamente ya estaba cansado de ella, lamentaría hasta el ultimo día de su vida el haber bebido esa noche, si no lo hubiera hecho él seria quien estuviera al lado de la castaña y no el tipo ese que la dejo en la entrada esa mañana, seria a ella a   quien debería mimar y no a la molesta chica Yoon, lamentablemente por su irresponsabilidad j estupides las cosas habían resultado de manera diferente y ahora debía afrontar las consecuencias.

Sentía la mirada del genio sobre ella, pero lo único que sentía era incomodidad, ya no ganas de voltear y verlo, o de correr para alcanzarlo, por el contrario deseaba correr pero lejos de él, como era posible que hasta ahora se diera cuenta que ese hombre solo la había herido, que nada bueno le había dejado, sintió la mirada de otro hombre  en ella, ese también la así sentir incomoda, pero era su guardaespaldas y el de Ga Eul, de ellos no podría huir aunque lo deseara, porque eso desataría una tercera guerra mundial contra los F4 y ellas lo sabían perfectamente,  la perderian; estaba nerviosa, era su primer día después de dos meses de ausencia y además, esa noche Ga Eul al fin había aceptado la cita de el alfarero, solo esperaba que todo resultara bien, en caso contrario utilizaría a su hombre de seguridad para darle una lección a su amigo y nada lo salvaría.

- Estas mas nerviosa que yo – le susurro Ga Eul

- Lo se, es que al fin le das una oportunidad y eso es algo maravilloso, quizás lo que siente no es lastima, no entiendes  que es sumamente emocionante – dijo la castaña con voz soñadora

- No nos adelantemos, quiero ver que sucede esta noche.- dijo firme – recién después de eso decidiré que hacer

Las horas de clases pasaron realmente tranquilas, cuando termino el día, Ji Hoo fue por ambas mujeres a la salida de la preparatoria, sus dos mujeres merecían el mejor trato posible y su mejor amiga no quedaba atrás; no todos lo sabían, pero cada que Ga Eul tenia un problema acudía a Ji Hoo, era quien mas confianza le inspiraba, y al pasar el tiempo se le convirtió en costumbre acudir a el, no solo cuando estaba agobiada, sino también cuando estaba feliz, o tenia un logro, todos esos detalles los compartía con el, era el  tambien, quien  además de Ha Ni, la había consolado cuando, el idiota alfarero la había rechazado cruelmente, también quien le dijo que lo golpearía sin importar nada si la  lastimaba nuevamente en la cita de esa noche.

La noche llego y con ella la ansiada hora de su cita, lamentablemente justo dos horas antes la madre del casanova lo había llamado, su padre tenia una nueva amante y ella le pidió su ayuda, lo intento con todas sus fuerzas, pero no lo pudo evitar, se bebió una botella de vino, y cuando no le fue suficiente continuo bebiendo, a la hora de recoger a Ga Eul, estaba bastante tomado, pero no por eso menos conciente de lo que hacia, la llevo a un club nocturno, donde no solo la ignoro cruelmente, sino también se dedico a coquetear con cuanta mujer se le puso en frente

- Esto es el colmo – se quejo Ga Eul, antes de levantarse furiosa

- A donde vas? – dijo el en tono burlón – aun debemos cenar

- Puedes cenar solo – contesto simplemente, tratando de soltar el agarre de su muñeca

- Lo lamento, pero mi padre nos espera – aviso el mientras la arrastraba fuera del club

- Si no querías salir conmigo, no debiste pedirme que saliéramos, Yi Jeong sunbae – se quejo Ga Eul

- Tu lo pediste primero – protesto el

- Y me rechazaste – replico – simplemente deberíamos haberlo dejado ahí y nos evitábamos el mal rato – murmuro enfadada

Unos minutos después ingresaron al restaurante donde efectivamente el So mayor los esperaba, Ga Eul saludo respetuosamente y Yi Jeong apretó la mandíbula al caer en cuenta de la estupidez que estaba asiendo, sus puños se cerraron fuertemente cuando vio la mirada que su padre le dio a Ga Eul, casi como si analizara su presa, la misma que el utilizaba con algunas mujeres, entonces las palabras equivocadas abandonaron sus labios

- Parece que te gusta Ga Eul, padre – dijo

- Como no me gustaría una muchacha tan bonita como ella – contesto el mayor con una sonrisa, pero serio, como predigiendo por donde iba todo eso

- Supongo que no soy diferente a ti – susurro – mi madre llama para que te aleje de tus amantes y por el contrario – sonrio irónico – te presento a una mujer – dijo mientras tomaba firmemente la mano de la castaña, quien estaba algo aturdida por la situación – que opinas Ga Eul? Mi padre no esta tan mal, debería dejarlos a solas, quizás con el consigas algo mas… - antes de que terminara su frase, sintió el golpe de agua en su rostro, su tierna Ga Eul no había resistido a sus, nada, sutiles insultos a su persona, por lo que en ese instante decidió cortarlo y había funcionado, porque ahora el la miraba empapado y molesto, pero en silencio

- No vuelvas a hablarme de esa forma en tu vida – dijo furiosa – me disculpo por mi comportamiento señor So – dijo asiendo una reverencia al padre de Yi Jeong quien respondió de la misma  manera aun sorprendido – me retiro – dijo antes de voltearse con dirección a la salida, dejando a So Yi Jeong arrepintiéndose de su comportamiento

- Esta vez te has equivocado – dijo su padre antes de levantarse y marcharse dejándolo solo en la mesa.

Ga Eul se había alejado apenas dos cuadras del restaurante cuando siente un brazo fuerte tomarla de la cintura y una mano cubriendo su boca, por un momento pensó que seria el alfarero, pero al sentir el olor del perfume, todo su cuerpo se paralizo de miedo.

- Al fin juntos amor mío – susurro Dong Yul en su oído – esta vez nadie nos separara – murmuro logrando que a ella la recorriera un escalofrió.

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