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-Lo sabias verdad? – interrogo molesto el alfarero sin apartar la vista de su madre

-Sunbae -  susurro la castaña – no le hables de esa manera

-No Ga Eul, necesito respuestas y solo ella es la quien debe hablar! – le dijo serio

-Yi Jeong yo.. – susurro la señora Eun Ji

-Sunbae, te pido por favor que te retires, mi paciente no se siente cómoda contigo aquí – dijo Ga Eul seria – si necesitas hablar con ella, hazlo en otro momento 

-Ga Eul! No te entrometas – siseo molesto - esto es entre...

-No, ahora estas en mi lugar de trabajo y  mi deber es velar por el bienestar de mis pacientes – regaño severa – te pido que te marches ahora – el alfarero la miro incrédulo pero al ver su rostro molesto comprendido que hablaba muy enserio, se dio la vuelta y salió confundido de ese lugar – se encuentra bien? – pregunto mas tranquila a la mujer  a su lado

-Si, creo que te debo una explicación – le susurro

-No es necesario, si no desea hablar de ello la entiendo – susurro con una sonrisa

-Entre  a este lugar sola para conocerte y descubrir que era lo que realmente querías de mi hijo – confeso apenada la  mujer

-Señora Eun ji, si usted desea que me aleje de su hijo, si cree que no soy suficiente no tiene que amenazarme y mucho menos ofrecerme dinero, lo hare porque ya me canse de sufrir por el, además después de lo sucedido, dudo que vuelva a dirigirme la palabra -  dijo cansada Ga Eul.

-Creo que este no es un buen lugar para hablar -  dijo la mujer – acompáñame por un café y ahí platicaremos tranquilas 



En el restaurante de Shinwa el grupo de amigos continuaba con la celebración por la graduación de las castañas, las chicas recibieron muchos obsequios pero el mafioso tenia uno especial para Min Ah, el cual después del incidente en la preparatoria no estaba seguro de entregar, en un momento la llevo a un lugar apartado para entregarle una pequeña caja de terciopelo, en el interior, la chica encontró un hermoso collar de plata, el dije formado por tres estrellas. Min Ah abrió la boca sorprendida, no sabia que decir, esta emocionada, pero era un regalo que ella no podía aceptar

-Es preciosa, Woo Bin sunbae -  murmuro

-No puedes rechazarla – dijo el tomando la cadena y colocándola en su cuello

-Es demasiado, no puedo  - el puso su dedo en sus labios impidiendo que dijera cualquier cosa

-Eres una mujer hermosa y mereces esto y mucho mas, puedes y vas a aceptarlo – sentencio.

-No puedo aceptarlo, es demasiado, siento como si estuviera vendiéndome  -  susurro muy despacio

-Yo compro lo que tiene precio – respondió mirándola fijamente – lo que tiene valor, lo conquisto – murmuro cerca de su oído, ella se sintió temblar, ese hombre era especial, pero ellos

-Porque tenias que ser un mujeriego – se quejo, al verlo marchar, soltó un suspiro -  Aunque tu y yo somos de mundos diferentes – susurro tan bajo que el casi no la oye – yo no podría gustarte?  - pregunto casi a la nada sin notar que a su espalda el aun la escuchaba atentamente

-Ya lo haces – respondió mientras pasaba sus manos bajos sus brazos y la encerraba en su abrazo – solo quiero que estés a mi lado, te has convertido en mi estrella...





-Estas bien? – pregunto el castaño a su esposa

-Claro que si – respondió con una sonrisa – crees que podríamos visitar a papa? – pregunto insegura

-Claro -  respondió entendiendo su preocupación, ella no quería ofender a nadie, pero deseaba ir junto a Gi Dong – amigos, nosotros nos retiraremos, tenemos algo importante que hacer – dijo Ji Hoo a los presentes en la mesa.

-Esta bien, nosotros disfrutaremos un poco mas y quizás en la noche pasemos a verlos – respondió con una sonrisa Jan Di,  los castaños salieron del hotel rumbo al cementerio.

La castaña se arrodillo frente a la lapida y deposito un ramo de rosas blancas, las favoritas de su padre, solo porque a su esposa le encantaban, al igual que la música clásica o la pintura, incluso la cocina, todo lo que el amaba tenia que ver con su esposa y con su hija, cuando ella tenia poco mas de 5 años descubrió que su papa amaba preparar la comida favorita de su madre, cuando cumplió 10 supo que el amaba escuchar el violín, tal como ella lo tocaba, su padre adoraba observar las pinturas, las mismas que ella y su madre pintaban, adoraba las cosas dulces, igual que su madre, adoraba la vida en el campo, tal como su madre, ella dejo caer sus lagrimas ante esos recuerdos, a pesar de los ocho meses, ella no podía aceptar que el ya no volvería, ya no la consentiría, ya no la aconsejaría, ya no estaría ahí. Un sollozo abandono sus labios, una mano se apoyo en su hombro y ella se apoyo en el pecho de su esposo. Ese día la ausencia de su padre la notaba mas que nunca.

-Nunca poder volver a apoyarme en el – sollozo – nunca mas volveré a verlo – reclamo – nunca mas estará para mi – lloro

-No llores, no me gusta verte así – le dijo el abrazándola y acariciando su cabello – a partir de ahora yo te protegeré.


-Señora Eun Ji, en verdad es la madre de Yi Jeong – cuestiono un poco insegura la castaña

-Es verdad que soy su madre – susurro la señora Eun Ji – quizás debí presentarme antes soy So Eun Ji 

-Ooh, en realidad no hace diferencias, usted entro al centro porque necesitaba ayuda y yo solo le estoy dando un poco de apoyo – le sonrió Ga Eul

-entre a ese lugar solo para tenerte cerca – respondió la mujer, causando un leve escalofrió a la castaña que no habia creido del todo lo anteriormente docho por la mujer– necesitaba saber que clase de mujer salía con mi hijo y deshacerme de ella en caso que fuera necesario – respondió

-es decir que usted entro a ese lugar solo para separarme de So Yi Jeong – murmuro Ga Eul

-después del tiempo que hemos compartido veo que estaba muy equivocada, me doy cuenta de que tanto su padre como su abuelo tiene razón al apoyarlo – dijo sorprendiendo a la castaña frente a ella – si el desea y tu lo aceptas, serás mas que bienvenida en la familia So. – sonrió la mujer mayor.

Estare a tu lado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora