-¿Dónde diablos estas? Están a cinco minutos de cerrar la puerta.
-Estoy corriendo. -Aviso agitadamente. -Casi llego, te lo explicare. -Y colgó, corriendo más rápido.
Hasta que vio la escuela y a la chica castaña que lo esperaba. -Lo siento lo siento. -La arrastro a la entrada.-El carro se descompuso, llame un taxi que tardó en llegar y había mucho tráfico.
-Apurémonos. -Ambos corrieron por el largo pasillo y entran al salón. El timbre sonó, Magnus se permitió suspirar, sentándose en su lugar, su amiga, Karen, se sentó a lado de él. -Es tan injusto como nosotros nos apuramos por llegar a tiempo y los maestros llegan cuando quieren.
-Lo es.
Karen se había convertido rápido en su amiga en su primer año aquí. Se habían conocido en la preparatoria y ahora estaban juntos, a punto de acabar su primer año de universidad. Karen era de las chicas que prefería pasar desapercibidas, Magnus se encontró queriendo lo mismo, después de todo lo que había pasado. No era alguien que fuera molestado o cosas así, simplemente es alguien que algunos conocían y otros no, con el tiempo se dio cuenta que era lo mejor. Tal vez ese había sido el problema de todo lo que había pasado antes.
A la hora del almuerzo, después de su clase de álgebra, camino hasta la cafetería a esperar a su distraída amiga. Pidió su comida y se sentó en una mesa algo alejada. Sintió a alguien sentarse frente a él, levanto la mirada, el chico le sonrió.
-Hola. -Magnus sacudió su cabeza, negando.
-No, vete.
-Que simpático.-Rodo los ojos. -Ahora, necesito tu ayuda...
-Chris, te he ayudado lo suficiente, no le gustas. Supéralo y continúa tu vida. –Sonrió.
Christian Walker, era el mariscal de campo de la universidad, si Magnus era fan de un deporte podría ser del básquetbol, de ningún otro. Sin embargo había arrastrado a Karen a cada partido de fútbol porque a Christian le gustaba, Chris suponía que ella no se interesaba en él y hacia lo posible por hacerse notar en ella, a pesar de que toda la escuela lo conocía, Christian dejaría que Karen trapeara el piso de la universidad con él con una sonrisa boba. Magnus sabía que a Karen le gustaba también, pero no iba a decirlo, eso tenía que fluir
La única razón por la cual Magnus le ayudaba a Christian era por que por alguna extraña razón eran amigos, y por otra razón aún más extraña, Chris era bueno en química y Magnus apestaba. Así que él lo asesoraba con química y Magnus con Karen.
-Eso podría decirte yo, reprobaras química porque dejare de ayudarte. Supéralo y sigue con tu vida.-Magnus mordió su rebanada de pizza y sonrió.
-No lo harías. -Christian bufo
-No, no lo haría.
-Mira, -suspiro,-voy a decírtelo porque realmente parece que la estás pasando mal y como sabes soy una excelente persona-
-Ajá...
-Tienes una oportunidad, un pequeño chance. Karen se quedara en la biblioteca por una tarea, esa es tu oportunidad, la biblioteca.
-De eso a nada. -Se levantó. -Mañana te veo después del entrenamiento. -Magnus asintió, Chris le guiño un ojo y se fue rápido.
(...)
-Lo hice por ti. -Magnus frunció el ceño
-¿De qué hablas?
-Gen
-Sam, no te entiendo.
-Gen está muerta. –Magnus se congelo. -La mate.
-¿Que? -Magnus retrocedió, alejándose de él, el miedo le provoco nauseas.
-Ella iba a alejarme de ti. Dijo que estaba embarazada para que me quedara con ella y estuviera lejos de ti. –Dio un paso cerca de Magnus, quien se alejó.
Magnus tenía que escapar, buscaba las salidas, pero no había ninguna. Si Sam lo atacaba, tampoco encontraba algo con que defenderse, estaba jodido y Gen...Su mejor amiga...estaba muerta.
-¿Qué hay de Theo?
-No está muerto, solo herido. –Dijo como restándole importancia.
-¿Por qué ella querría que los alejáramos? Somos... somos amigos.
-Yo te quería a ti, por eso estaba con ella. No me gustan todos los chicos, solo tú. –Sonrió. –A parte, pensé, tú estarías triste por la muerte de Gen y yo podía consolarte, compartiendo el dolor, pero tenías que arruinarlo y venir. –Se acercó más a Magnus-
-¡No! -Por alguna razón él se detuvo, sin que Sam se diera cuenta, detrás de él, logro agarrar lo que parecían sentirse como unas tijeras. -Déjame ir, no diré nada, lo juro-
-¿Crees que soy idiota? -Se acercó de nuevo, Magnus aprovecho para clavar las tijeras en su pierna, el cayó al suelo y Magnus salió corriendo.
-¡AYUDA!
Al bajar las escaleras, sintió algo tirar de su pie y cayo, pegándose en la cabeza. Sintió como era volteado sobre su espalda, y a pesar de lo débil que se sentía por el golpe pudo ver a Sam, quien le puso las manos en su cuello, apretándolo
-Mío o de nadie. –Y sintió como se fue hundiendo en una oscuridad.
Y despertó...agitado.
¿Por qué había vuelto la pesadilla? Hace mucho tiempo que no le pasaba. Incluso había podido dejar de tomar las pastillas para la ansiedad y depresión. Tapo su cara, tal vez era por que mañana se cumplía tres años de la muerte de Gen. Pero eso no había pasado ni siquiera la vez que se cumplió un año.
Su celular comenzó a sonar y lo saco de sus pensamientos, el nombre de Karen brillaba en la pantalla
-Hola...
-Tengo que verte.
-¿Ha pasado algo?
-Christian me invito a salir.-Parecía agitada. -Te veo en el parque, cerca de tu casa. -Y colgó, Magnus sonrió, al menos podría distraerse.
(...)
-¿Dónde estabas? -Su madre parecía realmente preocupada, el frunció el ceño. -He estado llamándote.
-Estaba con Karen, me quede sin batería.
-Tengo que hablar contigo. -Se encamino hacia lo que era su oficina en la casa y Magnus la siguió, cuando entro, se dejo caer en uno de los pequeños sillones
-¿Qué pasa?
-Me ha llamado el oficial Carter.
El oficial Carter, era quien se había hecho cargo de la investigación del asesinato de Gen. Frunció el ceño.
-¿Por qué? -Se acercó a él, agarrando sus manos, Magnus miro sus manos y luego a ella, confundido
-Al parecer...Samuel escapo.
