"-Hola. -Magnus levanto la mirada hacia él, sonrió.
-Hola, Samuel ¿cierto? -El chico castaño asintió.
-El mismo.
-Gen habla bastante de ti. -Samuel se sentó frente a el. -Me da gusto conocerte.
-A mí también. -Samuel sonrió de nuevo. -A mí también"
Despertó, sintiéndose inquieto, su corazón latía rápido en su pecho, sentía como su respiración fallaba.
"Magnus escuchaba las voces lejanas, a su mamá negándose a la petición del oficial, la gente hablando alrededor.
Suspiro, mirando sus manos, cerró los ojos con fuerza y después los abrió. - Ya, por favor.
Su mamá dejó de discutir y se acerco a él. - Lo siento, Magnus, pero no lo harás.
Magnus la miro. - No va a pasarme nada si lo hago.
-No. Sus padres...
-No, - Magnus sacudió la cabeza, - ponte en su lugar, yo me pongo en el de ellos y en el tuyo. Pero yo estoy aquí, vivo, me tienes. - Trago saliva. - Ellos no tienen a Gen, merece justicia.
Su mamá agarro sus manos. - ¿Estas seguro?
No.
-Si. - Se levantó, mirando al Oficial Carter. - Vamos.
Él asintió comenzando a caminar, y ellos caminaron detrás de él.
Al entrar a la oscura y fría habitación Magnus quiso correr lejos de ahí.
-El no podrá verte. - El Oficial Carter dijo, Magnus asintió.
Ahí estaba, la misma pose despreocupada de siempre, sus brazos cruzados y miraba a la persona frente a él con aburrimiento.
Como si no hubiera hecho nada.
Como si no acabara de matar a la mejor amiga de Magnus y después atacarlo a él.
Como si no le importara.
-Es el, es Samuel. - Magnus dijo.
Samuel miro hacia el, o hacia el vidrio, que aunque Samuel no podía verlo, parecía que si lo hacía.
-No importa lo que hagan, - dijo, mirando directamente hacia él, - lo voy a encontrar.
Oh dios, Magnus tenía que salir de ahí.
-No puedo estar más aquí.
Salió rápido, recargándose en la pared.
Todo había sido su culpa.
Gen estaba muerta por su culpa.
Samuel la había matado, pero Magnus era la razón.
Se deslizó hasta quedar sentando en el piso mientras sus lágrimas salían.
Era su culpa."
Puso sus manos en su cabeza. Sentía ansiedad, clavo sus uñas en las palmas de sus manos, y después comenzó a rascar su muñeca, fuertemente, sintiendo como comenzaba a arder. Se levanto, sintiendo como todo a alrededor se movía.