"No piensas que tu pasado te alcanzara tan rápido"
El mundo pareció detenerse por un momento, no escuchaba más que su corazón latiendo violentamente en su pecho
-¿Qué? -Por fin logro hablar
-Tienes que decirme la verdad, lo que realmente paso. ¿Por qué ese día te envió una carta de ese tipo? Tan explícita. ¿Por qué el dejo un mensaje diciendo que iría por ti?
-No... No sé.
-Magnus...-El se levantó.
-¡No lo sé! ¡No sé por qué me pasa esto a mí! -Salió de ahí, escuchando a su mamá hablarle. -¡Quiero estar solo!
Cerro la puerta de su habitación, deslizándose en ella hasta quedar en el suelo, sentía sus lágrimas salir
No había dicho nada, no porque le diera vergüenza la razón, él había sido abiertamente gay, no le importaba lo que la demás gente pensara. No, no era eso. Era el sentimiento de culpa. La estúpida obsesión de Samuel por él, lo habían llevado a matar a Gen. Magnus también había sido culpable
-Déjame en paz, déjame en paz, déjame en paz, déjame en paz... -Murmuro mientras las lágrimas seguían saliendo
(...)
-He hablado con algunos maestros, -su madre le dijo cuándo iban rumbo a la escuela, - para que puedan vigilarte.
-Bien. ¿Qué hay de tu viaje a Londres?
-Lo cancele.
-Pero era muy importante. -Por fin llegaron, ella apago el coche.
-Lo eres más tú. No voy a permitir que pases por algo así de nuevo.
-Podemos resolverlo, no lo canceles aun, es muy importante para ti y tu carrera. -Ella suspiro,
-Ya vete, se te hará tarde, hablaremos luego. Por favor ten cuidado, promételo.
-Lo prometo. -sonrió un poco, su mamá beso su frente, luego Magnus bajo rápido del carro
Karen estaba esperándolo en una banca, con dos cafés en sus manos y mirando hacia él.
-Hola ¿Cómo estás? -Ella extendió un café a él, Magnus lo agarro. -¿Pudiste dormir?- Ambos comenzaron a caminar.
-No mucho. -Le tomo al café. –Gracias, -Karen sonrío.
-No hay de qué.
Ella sabía todo, Magnus se lo había dicho. Había tenido un ataque de ansiedad, meses después de su primer año en la preparatoria, Karen había estado ahí para él, y le había dicho lo que había sucedido, incluso la parte en la que él se sentía culpable, la parte de la obsesión de Samuel por él.
Cuando entraron al salón y ocuparon sus puestos, Karen hablo. -No puedo decirte que todo estará bien, porque no lo es y no me creerías de igual manera. Pero, hey, si él te busca, lo hará en Chicago, no aquí, lo atraparan antes de que pueda si quiera pensar en venir aquí. Además Seattle es muy grande, es como buscar una aguja en un pajar.
-Tal vez. -Sus manos rodearon el vaso de café, buscando un poco de calor, hacia frío. -Nunca le dijimos realmente a nadie a donde nos iríamos
-¿Lo ves?
-No quiero hablar más de esto. -Quería distraerse, olvidar por solo un momento.- Mejor, dime ¿Dónde será tú cita con Chris? -Y río un poco cuando Karen se sonrojo.
(...)
-... entonces pensé en decorar mi habitación con toda clase de condones, ya sabes, sabores y colores, ¿Qué opinas?-
-Genial.
-Magnus, -lo miro, - no estas escuchándome, y si no me pones atención a lo que te explico, podría irme y dormir, porque realmente estoy muy cansado.
-Tienes razón. Lo siento. -Chris frunció el ceño
-¿Qué te pasa?
-Nada, es solo que también estoy un poco cansado, no dormir ayer.
-¿Por qué?
-Mi mamá saldrá de viaje y le ayude con unos asuntos. -Mintió y cerro el libro. -Tal vez es mejor terminar por ahora, estoy seguro que me has ayudado lo suficiente. -sonrió un poco. –A parte, mañana es el último día de clases, tendré bastante tiempo para estudiar antes de volver y presentar ese examen.
-Eso es cierto. Entonces esta es mi última accesoria.
-Fuiste un buen maestro.
-Y tu un buen estudiante, estoy orgulloso. -Magnus río, guardando sus cosas, Chris lo imito. -¿Te llevo?
-No, pasaran por mí.
-Bien. -Ambos salieron de la biblioteca. -¿Vendrás al partido esta noche?
-¿Por qué lo haría? Solo venia para traer a Karen, ahora ella vendrá por su cuenta y tendrán su muy esperada cita.
-Oh, amigo, no seas celoso, –Magnus rodó lo ojos, -es bueno verte ahí también, vamos
-Ya veré. -Chris río.
-Tengo que ir a los vestidores por mis cosas. ¡Te veo más tarde! -El chico corrió a lado contrario de él, abriéndose paso entre los demás estudiantes que salían y Magnus río.
Salió rápido de ahí. Nadie pasaría por él, le había dicho a su madre que Christian lo llevaría, no era así. Solo quería un momento a solas, y...
-¿Eres Magnus?
Giro, y casi se fue de espaldas. El chico frente a él, parecía todo un chico malo en toda la extensión de la palabra, a juzgar por su vestimenta, completamente vestido de negro. Jeans negros rasgados, botas de combate, camisa negra, chaqueta negra, un raro tatuaje en su cuello, un arete en su oreja derecha y su cabello negro revuelto y unos sorprendentes ojos verdes, mirándolo con un poco de aburrimiento. Llevo su cigarrillo a su boca, esperando una respuesta
-Si. ¿Tú eres? -El chico dejo salir el humo del cigarro, Magnus hizo una mueca
-Seré tu sombra durante algún tiempo.