22 "Te Amo"

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-¿Qué es lo que harán Alec y tú por su cumpleaños? –Karen le pregunto, cuando llego, sentándose frente a él y dándole un licuado, Magnus le sonrió en agradecimiento.

-Hare la cena en su departamento. –Karen alzo una ceja. –No es un chico de fiestas, así que supongo que eso estará bien. Sabes que soy pésimo dando regalos. –Ella se rió

-Bueno, estoy segura de que el regalo que más quiere es a ti EN-SU-CA-MA –Magnus rodó los ojos, Karen se rió de nuevo.

-Cállate.

-Oh vamos, ya se están tardando. A parte, no es como si fuera tu primera vez.

-Bueno no, pero ha pasado tiempo, y ya sabes.

-Solo bromeo. –Sonrió. - Y, sabes que Alec no es como ese imbécil.

-Lo sé.

-Alec jamás te presionaría con algo así. ¿O lo ha hecho? Puedo golpearlo, lo sabes. –Ambos rieron. -¿Qué es lo que harás para la cena?

-Hare Lasaña con carne, ya sabes, soy bueno cocinado. –Karen olfateo.

-Dios, hasta parece que ya huelo tu comida y me dio hambre. –Magnus se rió. -¿Vendrá Alec por ti?

-No, iré a casa y luego a comprar las cosas, y después a su departamento.

-Genial, te acompaño por las cosas de la cena y después vamos a comer una pizza por qué hiciste que me diera hambre. -Magnus se rió de nuevo.

-Bien, vamos.

(...)

-Así que una cena ¿eh? –Magnus soltó un bufido, dejándose caer en el sillón.

-Sí ¿Por qué todos lo dicen en ese tono? –Kendra se rió.

-Bueno, cena, tú y el, en su departamento, SOLOS.

-Hemos estado muchas veces SOLOS. –Miro la por la ventana y vio a Alec bajar de su auto.- Llego, tengo que irme.

-¡Usen condón! –Ella dijo con voz burlona, Magnus colgó, riéndose.

Magnus dejo el celular a un lado y camino hacia la puerta, que se abrió y Alec entro.

-Hola, cumpleañero. –Le dijo, Alec sonrió hacia él y lo cargo abrazándolo, Magnus se rió, enredando sus piernas en la cintura de Alec.

-Hola. –Escondió su cara en su cuello.

-Hice la cena, así que necesitas bajarme para que podamos ir a comer.

-¿Es necesario? –Magnus se rió de nuevo.

-Lo es. Pero si piensas que podemos hacerlo así, juntos, hagámoslo, eres el chico del cumpleaños y por ende tienes la razón. –Alec se río, la risa erizo el cuello de Magnus.

-Bien. –Lo bajo, después agarro su mano llevándolo hasta la cocina.

(...)

Alec lo miro mientras el terminaba de secar los platos que ambos habían lavado. Magnus sintió su mirada y se giro a él, enarco una ceja.

-¿Qué pasa?

-Tengo algo para ti. –Alec dijo, sacando una pequeña caja de su bolsillo.

-Creo que aun somos jóvenes para casarnos. –Dijo, Alec se rió, se levanto caminando hacia él y lo cargo subiéndolo a la barra. Magnus amaba que lo cargara como si el no pesara nada, y lo pusiera en un lugar alto, para poder mirarlo directamente a los ojos, aunque también amaba que su altura fuera perfecta para poner su cabeza entre el cuello de Alec sin tener que agacharse tanto.

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