La puerta se abrió y se cerró, Magnus levanto la mirada de su libro para esperar a que Alec atravesara el pasillo y entrara. Espero por algunos minutos, pero el no entro, frunció el ceño levantándose
-¿Alec? –Camino hasta el pasillo, –Alec... -sintió de repente ser azotado en la pared y a alguien tapando su boca.
-Seguro me extrañaste. - Era Samuel, trato de moverse, de alejarse de él y salir, pero no pudo.
Despertó, agitado y quito las sabanas de su cuerpo, estaba sudado, a pesar del frio que hacía
Ottis estaba en sus piernas y cuando él se movió, despertó. -Lo siento, Ottis. –Sonrió y se levantó, necesitaba un poco de agua.
Bajo las escalares rápido y entro a la cocina, la luz estaba prendida y Alec sentado en una silla junto a la barra, Magnus toco su pecho
-¡Santa mierda! Me asustaste. –Camina hasta los vasos para agarrar agua -¿Qué haces despierto? ¿Qué hora eso? ¿Y qué es eso? – Señalo los papales a un lado de la laptop. Alec la cerró y recogió los papeles
-Nada importante. Y son las dos de la mañana. –La actitud que Alec siempre tenía vacilo un poco, pero volvió a él, Magnus frunció el ceño
-Bueno... –dijo lentamente, llenando el vaso de agua.
-¿Qué haces tú despierto?
-Tuve una pesadilla.
-¿Quieres contarme?
Magnus se sentó a un lado de Alec. –No recuerdo mucho, -mintió, -solo recuerdo que estaba ahí y yo me sentía asustado.
-Mmm. ¿Tienes alguna idea de por qué el realmente está buscándote? –Magnus negó rápidamente.
-No ¿Porque? –Alec se encogió de hombros.
-No lo sé. Mira, no quiero causar una pelea, pero creo que estas escondiendo algo. –Magnus mordió su labio.
-No lo hago, todo lo que se lo dije a la policía. –Alzo una ceja. -¿A caso eres tu un policía?
-¿Qué? No. –Se rio, nervioso, Magnus entrecerró los ojos. –Ve a dormir ya, niño ¿o quieres que te cuente un cuento? –Magnus rodo los ojos, divertido.
-¿Sabes que soy solo cuatro años menor que tu? No soy un bebé. –Alec sonrió.
-Seguro.
Magnus rio, suave, eso... eso era una maldita y dulce risita... Mierda.
-Me voy, descansa. –Magnus salió rápido y Alec se dijo por última vez en el día, que tenía que malditamente calmarse.
(...)
-Hola. –Magnus le sonrió. - He hecho waffles, también para ti.
-¿Los envenenaste? –Magnus rodo los ojos.
-Sí, porque quiero estar solo aquí, idiota. –Alec río. - Solo me gusta cocinar, me distrae. –Puso los dos platos en la barra. –Mi mamá dice que son buenos.
-Las mamás mienten para hacernos sentir bien. -Sonrió y Magnus rodo los ojos de nuevo, Alec se sentó frente la barra. Había una jarra de jugo y otra de leche.
-De veras que contigo no se puede ser amable. – Se sentó a un lado de él. Alec comió un poco.
-Odio admitirlo, pero son buenos de verdad. –Magnus le sonrió.
-Gracias. –Arranco un pedazo de uno, dándoselo a Ottis.
--No creo que deba comer eso.
-No debe, pero pobre, imagínate tener que comer casi siempre lo mismo. –Lo miro. - Bueno, como sea. Quería decirte, que ya que estaremos aquí por no sé cuánto tiempo, estamos llevando muy bien la situación de llevarnos bien.
-Sí, era un poco menos odioso cuando no eres chiflado y mimado.
-Alec
-Bromeo. Tienes razón, llevarnos bien.
-Genial. -Sonrió, Alec bajo la mirada a su plato. – Entonces ¿Cómo te fue en tu investigación sobre Kendra ayer? –Alec enarco una ceja
-¿En verdad quieres saber? –Magnus se encogió de hombros. - Fue bien, ella me dio su número y hablamos un poco ayer.
-Que bien. –De verdad que intento no sonar sarcástico.
-Saldremos esta noche, y me refiero a que tú también iras con nosotros. Dijo que conocía un buen lugar cerca de aquí.
-No, gracias, no seré un mal tercio. Aparte no dejare a Ottis aquí solo.
-Él puede cuidarse solo y cuidar aquí, ¿verdad amigo? –Lo miro, el perro ladro, Magnus se rio. --Vamos, Magnus.
-¿Ella en verdad te gusta?
-Un poco. –Alejo la punzada de celos, sonrió.
-Bien. Iré. –Alec le sonrió también.
-Asombroso.
El celular de Magnus comenzó a sonar y Alec lo miro de reojo. El nombre de "Chris " y varios corazones brillaba en la pantalla. Frunció el ceño. Magnus agarro el celular, contestando
-Hola. -Magnus sonrió, y Alec miro a otro lado.
-Hola. ¿Cómo te va? Karen dijo que hablaste con ella ayer, estoy ofendido por que no hablaste conmigo.
-Lo siento, estaba un poco cansado y hable con Karen para quejarme, tu no quieres escucharme quejarme.
-Cierto. Entonces, Karen dijo que te gusta tu guardaespaldas. ¿Por qué tienes uno? ¿Quién eres? ¿Harry Styles?
-Que divertido. –Rodo los ojos. -Es una larga historia, pero, lo que dijo Karen no es cierto.
-Es la voz que usas cuando mientes.
-¿Que? Que ridículo.... Y ¿por qué ella habla de mi contigo?
-Porque nos contamos todo.
-Voy a colgar.
-No te enojes amor.
-Adiós.- Magnus colgó, dejando el teléfono a un lado, miro a Alec, que seguía comiendo, él lo imito. - ¿A qué hora iremos? –Alec lo ignoro. - ¿Alec?
-¿Ah? –Sacudió la cabeza. - Lo siento, no te escuche.
-¿A qué hora iremos? –Repitió.
-A las nueve. –Asintió.
-Bien. –Alec estaba bastante serio y su ceño estaba fruncido. -¿Todo bien?
-Si. –Le sonrió un poco. -Perfecto.