Alec miró sus manos rojas, las tallo tan fuerte, frenéticamente tratando de quitar la sangre de Magnus de ellas. Lo hizo con sus lágrimas saliendo y su corazón doliendo. Tapo su cara con manos temblorosas.
"La imagen frente a el lo hizo congelarse, las voces eran lejanas, el solo podía ver como atendían a Magnus, quien estaba desangrándose en el piso. Cayo de rodillas, mientras sus lagrimas salían, eso no podía estar pasando.
Se levanto, acercándose a el, aun cuando muchos se los impedían, el solo quería llegar hasta Magnus. Lo agarro, sin importar que sus manos se llenaran de sangre. -Por favor, no me hagas esto, no puedes dejarme. "
-Estará bien. –Ella le dijo y Alec la miro. ¡Dios! Era un maldito egoísta, solo pensando en su dolor, cuando era él quien debería estar consolando a Salma, la mamá de Magnus, no al revés. También miro a Karen, que sostenía la mano de Chris y se escondía en el cuello del chico, quien también tenia una cara de preocupación. –Es fuerte, es mi hijo, sé que él es fuerte.
Alec agarro su mano, asintiendo hacia ella, deshaciéndose del nudo en su garganta para poder hablar: -Lo sé.
-Tiene razones para luchar.
-Las tiene. –Alec no iba a aguantar las lágrimas. –Queremos... queremos vivir juntos, tener hijos, un perro y un gato, que según Magnus van a ser diferentes porque si van a llevarse bien. –Salma rió entre lágrimas.
-Esas son suficientes razones.
-Y por usted, él no va a dejarla sola.
El Doctor salio y todos se acercaron rápido a él, Chris quien era el que estaba un poco más entero fue quien hablo: -¿Cómo está?
El Doctor soltó un suspiro que no le gusto nada a Alec: -Logramos extraerle las balas, perdió mucha sangre, pero no toco algún órgano vital, sin embargo entro en shock cuando venía en la ambulancia. –El los miro fijamente.- Quiero ser sincero, decirle que el shock es el que causa más daño, eso es lo que le ha pasado a Magnus. Tuvimos que inducirle en un coma, –Alec contuvo el aliento,- e hemos hecho todo lo que pudimos, ahora todo depende de él, de lo fuerte que luche para sobrevivir
-¿Podemos verlo? –Karen pregunto con voz temblorosa.
-Solo pocas personas y visitas rápidas. Esta en terapia intensiva, y es una área restringida–Todos asintieron.
-Gracias. –Salma dijo y el Doctor asintió yéndose de ahí.
(...)
La Madre de Magnus entro primero, después lo haría Karen y al final Alec, el recomendó mejor que solo pasen máximo tres personas.
Karen sabia que Alec estaba dejándose al último porque no quería ver a Magnus así, ella sentía lo mismo. Pensaba en eso mientras se dirigía al baño, con su estómago revolviéndose, y cuando entro, lo primero que hizo fue vomitar. Cuando salio, lavo su boca agarrando un chicle de menta. Se recargo en la pared fuera del baño, llorando. ¿Qué iba a hacer? Su mejor amigo estaba grave y ella... Ella estaba embarazada. Necesitaba tanto a Magnus.
-Karen... –Salma estaba frente a ella, Karen la miro, ella miro hacia la mano apretada en su vientre y después miro su cara llena de lágrimas, –oh, cariño. –Se acerco a abrazarla, Karen comenzó a llorar de nuevo.
-Lo necesito, necesito a Magnus...
-Lo sé, cariño. Yo también.
Después, Karen abrió la puerta del cuarto, suspirando varias veces, entro. Se acerco rápido a la silla y agarro la mano de Magnus.
-Nunca te había visto tan callado, –se rió un poco entre lágrimas,- no me gusta, me gusta cuando hablas hasta por los codos. –Hizo una pausa para suspirar. –Magnus te necesito... Estoy embarazada, cuatro semanas. Creo que tu mamá ya lo sabe, y ahora tu también, ni mis padres o Chris lo saben y tengo miedo y ahora tú... -Agacho su cabeza para seguir llorando. –Magnus, por favor, abre tus estúpidos ojos y dime que todo va a estar bien, que seré una buena madre y que tú y Alec serán buenos tíos. Por favor.
(...)
Cuando Alec abrió la puerta y entro al cuarto, no pudo más, ver a Magnus así, pálido, conectado a varios cables. Las lágrimas corrían rápido por sus mejillas. Se acerco a un lado de él, agarrando su mano y puso su cabeza en el vientre de Magnus, llorando, sus sollozos ahogados se escuchaban por toda la habitación.
-Por favor. –Miro hacia la cara pálida de Magnus, mientras la maquina conectada al corazón de su chico hacia ruido casi aturdiéndole los oídos. –El Doctor dijo que tal vez podrías escuchar, ¿puede apretar mi mano para saber si puedes escucharme? –Espero por un momento, pero nada paso, suspiro. –Aun así, –limpio las lágrimas de su cara, –por favor, despierta mi amor, tenemos muchas cosas que hacer ¿recuerdas?
Acaricio la mano de Magnus, dejando de mirarlo a la cara, no podía verlo así, todo su corazón dolía, todo de el dolía.
-Desearía ser yo y no tu quien esté ahí. –Sacudió su cabeza, las lágrimas amenazaban con salir de nuevo. - Perdóname por fallarte y no llegar a tiempo.
Callo por algunos minutos, solo acariciando la mano de Magnus contra la suya y mirándolo. Su dolor creciendo y las lágrimas saliendo.
-Dios, Magnus, –sollozo,- te necesito para respirar, por favor, solo abre tus hermosos ojos, cuando hagas eso, la vida me regresara al cuerpo y todo estará bien. Vamos... vamos a casarnos, a tener una casa e hijos, y un perro, y... y un gato, –rió entre lágrimas,- ¿lo recuerdas? Te dije que eso sería imposible, nunca se llevarían bien y tú dijiste que tú les darías mucho amor y que eso los haría llevarse bien, eres tan cursi.
De repente mas recuerdos de él y Magnus lo atacaron de golpe y no podía seguir más ahí. Soltó la mano de Magnus y beso sus labios. –Te amo.
Salio rápido de ahí y cuando encontró un pasillo algo solo, se recargo en la pared, deslizándose hasta el piso, enterró su cara entre sus piernas, y comenzó a llorar de nuevo. Su teléfono comenzó a sonar y él lo miro. El nombre de Jace brillaba en la pantalla, contesto.
-¡Alec! –La voz de Jace estaba llena de preocupación. –Luke nos ha dicho lo que paso, ¿Cómo estás? ¿Cómo esta Magnus? –Alec no pudo hablar por un momento. -¿Alec?
-No... no puedo respirar.
-Hermano, sé que va a costarte, pero tienes que calmarte, no será fácil, lo sé. Isabelle y yo vamos para allá. –No podía replicar a eso, necesitaba a sus hermanos.
-No quiero perderlo, Jace, no podre, no a él, no puedo.
-Alec...
-Lo sé, tengo que calmarme. –Respiro profundamente.- Lo intento. –Y fallaba. –Sé que... sé que tuve una vida antes de él, pero, –respiro profundamente de nuevo,- no sé si pueda tener una vida después de él.