Abrió los ojos, quitándose la mascarilla de oxígeno.
-Alec... -murmuro. Una de las enfermeras de ahí se acerco a él.
-Tranquilo, no te alteres. -Magnus sacudió la cabeza.
-Alec, por favor... Alec
-Iré a buscarlo ¿sí? Solo tranquilo, iré rápido.
Segundos después Alec entro, Magnus estiro sus brazos hacia él y Alec lo abrazo, a pesar de que parecía confundido
-Alec, -murmuro, - ¿estás bien? -Pregunto al separase, Alec se río.
-Es lo que debería preguntarte yo a ti.
-Lo estoy. -Miro su muñeca vendada. -¿Qué me hice aquí? -La toco, pero Alec alejo su mano, Magnus lo miro.
-¿No recuerdas lo que paso? -Por primera vez fue consciente de que estaba en el hospital, ¿Por qué lo estaba? ¿Qué había pasado?
-No. -Cerro los ojos. -No recuerdo nada. -Los abrió, mirándolo.
-Está bien, el doctor dijo que podría pasar. Tuviste un ataque de ansiedad por no tomar tus pastillas. -Aclaro su garganta. - ¿Por qué no las has tomado?
-Se han acabado y hubiéramos tenido que ir hasta con Mariana, mi terapeuta, no quería molestarte. -Alec suspiro.
-Pues ya ves las consecuencias.
-Lo siento. -No tenia por qué, habita sido culpa de Alec, pero no dijo nada.
-¿Tienes alguna receta o algo para ver si pueden darte las pastillas aquí? -Asintió.
-Sí, están en la casa, donde estamos. En mi escritorio.
-Bien. Tienes que pasar la noche aquí, iré por ella y volveré.
-No. -Negó parido. -No quiero quedarme solo.
-No lo harás, Kendra está afuera por si se te ofrece algo.
Magnus lo miro confundido. -¿Kendra está aquí?
-Si. Yo estaba... estaba preocupado por ti, no podía manejar hasta aquí y ella vino con nosotros, también estaba preocupada. -Oh
-Bueno, sí, quiero decir, está bien. -Alec asintió. -Dile que venga, no quiero estar aquí solo. -Alec frunció el ceño.
-¿Hay algo que no me has dicho?
-No. -Mintió. -No me gustan los hospitales, es todo. -Pero Alec no le creyó, la forma en que había estado desesperado por verlo, como si temiera por él, y como lo había abrazado.
-Okey. -Sonrió un poco. -No tardare.
-Espera, -se detuvo, -no te culpes, fui yo quien no dijo de las pastillas.
-Tuve que estar más al pendiente.
-Lo estas, créeme, me siento seguro contigo. -Le sonrió. -Sé que me salvarías de cualquier cosa. Ahora, dile a Kendra que venga, creo que tenemos que hablar. - Alec no dijo nada, solo salio.
Se recargo en la puerta. Claro que el salvaría a Magnus de cualquier cosa. Pero, no quería tener sentimientos por él, no los que estaba teniendo, Magnus era demasiado para él. Magnus era el tipo de chico que podía romperle el corazón, con una sonrisa inocente en su bonita cara y sin ni siquiera darse cuenta de que lo había hecho.
Magnus se recargo en la cama. ¿Rabia estado equivocado sobre Kendra todo este tiempo? Bueno, habían sido buenos amigos, hasta que la había presentado con Gen y ella automáticamente la había odiado, así que él lo hizo también, sin razón, solo porque su mejor amiga la odiaba.