la cabaña (la familia no deseada)/FANFIC CAMREN

CAPITULO 43 MISS ATLANTA

_ Buenos días amorcito_ dijo el desagradable hombre mientras escupía la colilla de cigarro a los pies de la dueña del restaurante. Porfirio era un próspero ganadero de apariencia imponente, asediado por mujeres en edad casadera. Era considerado muy atractivo. Pero era bastante déspota y mujeriego. Solo era amable cuando podía salir beneficiado. Y este era el caso.

_Buenos días Señor Ramsey_ saludó Dinah Hansen mientras colocaba la carta sobre la mesa con deliberada seriedad.

_oh, ¡vamos mi amor!_ dijo el casanova cliente, recostándose en la silla _ No puedes decirme señor Ramsey. Solo soy unos años mayor que tú. Para ti soy Porfirio, o puedes llamarme "Cariño".

_Puede mirar la carta y enseguida le tomarán su orden_ dijo Dinah sin perder el porte. Ignorando la palabrería de Porfirio Ramsey, su más reciente dolor de cabeza.

_Jenny_ dijo el hombre impaciente, a pesar de saber de primera mano que el sobrenombre no le agradaba en absoluto_ no me gusta andarme con rodeos. Me interesas... yo soy libre, tú lo eres también. No puedes seguir sola por la vida. No necesitas trabajar, yo puedo darte todo lo que desees, mi querida Jenny.

_ Muy galante de su parte Señor Ramsey., gracias... pero no me interesa_ dijo entre dientes la chica_ estoy bien así.

_ ¿bien?_ dijo el tipo con obstinación_ ¿esto es estar bien? Mira a tu alrededor, preciosa. Casi no tienes clientes. Y cada vez te veo con menos personal.

_ya mejorará, siempre mejora_ dijo Dinah sin perder el porte_ además no estoy sola. Tengo una familia muy grande. Y suficientes amigos para salir adelante.

_Mientras no estés casada conmigo, estás sola, mi amor_ dijo el hombre con ansiedad evidente_ moviéndote por el pueblo, sola., con esa chatarra oxidada que no te ofrece ninguna seguridad. Y tus padres están de acuerdo conmigo en que necesitas sentar cabeza. Tienes amigos, Pero estás sola.

_Estoy muy a gusto así_ insistió Dinah_ No importa lo que digan mis padres. Y por supuesto, no me importa lo que usted opine.

_Toda mujer debería tener un hombre a su lado, en su cama_ insistió el hombre mirándola con lujuria descarada _ ¿a poco no te gustaría dejar esta fonda a cargo de alguien más? ¿Qué yo me hiciera cargo de todos tus problemas? De tus deudas, por ejemplo. Últimamente he escuchado de una en especial.

_ No tengo deudas_ dijo Dinah entre dientes_ y aunque las tuviera... usted sería al último al que le pediría ayuda. Y mi restaurante no es una fonda.

_ Estoy enterado de todo, mi amor_ dijo el hombre _ sé que tienes deudas con la surtidora de mariscos y carnes frías, de la cual mi primo es el socio más importante. No necesitas sufrir por cuestiones de dinero. Solo tienes que aceptar mi ayuda. Yo hablaría con él y tu deuda estaría enterrada para siempre.

_ Le pido que lea la carta_ dijo Dinah con la voz quebrada_ para que pueda tomar su orden. De lo contrario, le exigiré que se retire.

_piénsalo, amor _ dijo el hombre., tomando la carta para darle una ojeada _ puedes vivir conmigo... te llevaré de compras a París una vez al año... te daré un auto nuevo y te llenaré de hijitos. Se verán lindos con tus pelitos rubiecitos y mis ojazos negros. ¿No te gusta la idea?

_yo me retiro_ dijo Dinah, harta de él_ enseguida mando a alguien a tomar su orden.

Apenas si había dado tres pasos la dueña del restaurante, cuando el hombre la detuvo con voz fuerte.

_ ¡Ya te dije que estoy dispuesto a casarme contigo! _ gritó Porfirio llamando la atención de todos los comensales, incluida cierta chica de color que entraba por la gran puerta y que miraba con expresión indescifrable la frenética propuesta _ ¡puedo darte cualquier cosa que desees! Solo tienes que pedirlo... mi amor.