Capítulo 97

936 38 1
                                    

Después de pasear un rato por las encantadoras calles parisinas, nos encontramos con David, que parecía estar descansado y listo para enfrentarse a París.

-¡Estoy hambrienta! ¿Dónde vamos a comer? -Se quejó Laura.

-Cuando viajo me gusta probar la comida del país, así que un café francés estaría genial -Dijo David.

-¡Lo secundo! 

Nunca había comido en ningún café francés, así que yo también acepté.

-¡Genial! -Se alegró Laura -Ahí detrás hay uno que parece que está bien, así que vayamos a por la primera opción.

-¿No quieres mirar un poquito más antes de decidir?

-¿La verdad? No. Estoy muy hambrienta, así que comería lo que fuera ahora mismo. 

-Bien -Río David -Parece que hay mesas vacías, así que vayamos.

-¿Eso no suele ser un mal signo? ¿No gente es igual a mala comida, no?

-Que va, los franceses comen más pronto que nosotros, así que vamos tarde. Por eso no hay mesas.

-¡Bien bien!¡Vamos! 

Laura corrió hasta el restaurante mientras David y yo íbamos detrás de ella. 

-Bienvenidos, ¿Sabéis ya lo que vais a tomar? -Se acercó una camarera.

-Traénos la especialidad de la casa -Gritó Laura. Creo que en estos momentos no estaba para decidir que comer. 

Hablamos un poco de lo que habíamos visto mientras que preparaban la comida.

-Aquí tenéis. ¡Qué aproveche! -La camarera trajo tres platos de comida, pero llevaban marisco y yo y David éramos alérgicos, así que no pudimos comer. Pero habíamos quedado en que comeríamos algo durante el camino.

Una hora y media después volvíamos a estar en camino y en busca de alguna tienda de comida rápida para David y para mí. ¡Habían tantas cosas qué ver!

-Chicos... -Dijo Laura -No me encuentro muy bien...

-¿Qué te pasa? -Dijimos David y yo a la vez.

-Creo que me ha sentado mal la comida. Creo que voy a volver al hotel a descansar un poco.

-De acuerdo, te acompañamos. 

Caminamos hacia el hotel lo más rápido posible. Laura no tenía muy buena cara, y justo al llegar se fue corriendo al baño.

-¿Está vomitando? -Pregunté -¡¿Laura?! ¿Necesitas ayuda? ¿Estás bien?

-¡Sí! Estoy bien...

-Creo que puede tener una infección por la comida. Aunque los síntomas no se manifiestan tan rápido...

-Puede... Qué mala suerte.

-Creo que esto va para rápido -Dijo Laura desde el baño -Así que salir vosotros dos solos ¿Vale?

-¿Estás segura? ¿Estarás bien? -Le pregunté. No me hacía nada de gracia que se quedara ella sola y más en su estado.

-¡Sí! ¡Iros! Posiblemente nos vemos luego. Llevar vuestros teléfonos con vosotros y os llamaré.

-Vale... Pero no dudes en llamar si necesitas algo.

-¡Mantete hidratada, Laura! -Chilló David encima del sonido de los vómitos -Voy a llamar al servicio de habitaciones para que le traigan un poco de pollo, galletas y sprite, a ver si se mejora un poco.

-Pobre...

-Ya... Pero siempre pasa lo mismo, es su mala suerte -Río -Por cierto, como aún no hemos comido me gustaría llevarte a un restaurante que conozco. Está muy bien. ¿Vendrías conmigo?

La verdad, con la hambre que tengo  lo seguiría hasta la fin del mundo. Aunque me gustaría que fuera Justin... Lo echo de menos.

-Uh... Vale. Iré contigo. ¡Gracias, David!

-Sé que no estoy en el derecho de decirle a nadie como vestirse y me encanta la ropa que llevas, pero te informo de que el restaurante es un poquito formal con una maravillosa vista. 

-Vale, entonces deja que me cambio rápidamente y vamos. 

El profesor |J.B y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora