Amandolo

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Aneley

No sé, que paso, ni en qué día estoy, me duele un poco la cabeza, tengo que hacer memoria, recuerdo el auto, el caballo que se cruzó y el árbol, choqué, lo recuerdo, tengo que hacer un recuento de mis heridas, los pies bien, las piernas también, las costillas no duelen, me duele la clavícula debo tener una fractura y me duele mucho el parietal izquierdo debo tener un traumatismo, tengo que abrir los ojos.

Esta oscura la habitación, cuando mis ojos se acostumbran veo a alguien a mi lado durmiendo sobre mi mano, es Bruno, ¿qué hace acá? discutimos lo recuerdo. Se ve tan cansado, veo una barba de varios días, no puedo evitar tocarlo. Pase mi mano por su pelo.

_An, estas despierta, volviste a mí, amor estas bien.

Amo que me diga amor, lo hace tan real todo, lo hace mío, quiero esto, lo quiero a él.

_Estoy bien, solo me duele la cabeza.

_Llevas más de 4 días dormida, tenía miedo no quería perderte, no quería perderlos ahora.

_ ¿Que, de quien hablas?

_Nada amor, solo quiero que estés bien, no me voy a mover de tu lado.

_Bruno, discutimos vas a ser papa con otra mujer.

_An nunca estuve con ella, jamás. Por eso discutíamos, hablé y se fue y te busqué tan desesperadamente, no te encontré estaba tan asustado, qué cuando recibí ese llamado casi muero, ¿Que haría sin ti? estaría perdido An, no puedes dejarme.

Me quedé mirándolo, estaba tan desaliñado y con barba, su ropa arrugada, muy lejos del Bruno que conozco, debo reconocer que su barba hacía que sus ojos resalten más, se veía misterioso y dolido, era sexy, era mío.

_Te ves hermoso con barba

_Te amo, no me vuelvas hacer esto por favor.

Se acercó a mi boca y todo fue mejor, su beso sabia a miedo, a desesperación y a promesas de amor.

Llegaron las enfermeras y los médicos les hice mil consultas y les pedí revisar mis estudios, no estaban muy de acuerdo, pero no tuvieron opción cuando mi hermoso guardaespaldas les dijo que era la una forma que me calme.

Estaba todo bien, las tomografías estaban limpias y no tenía daños cerebrales adquiridos, tuve un traumatismo craneoencefálico y una fractura de clavícula, pero había algo más que nadie me decía, no me estaban dando tanta medicación.

En un momento la habitación se llenó, mi mamá lloraba mucho y papá solo decía que la madre tierra me había cuidado.

Mis amigos revolucionaron el Hospital y creo que estaban esperando que me vaya, tantos médicos juntos invadiendo no les agradaba, no podía viajar en un tiempo entonces Bruno alquilo la casa del lago para que estuviéramos ahí, al entrar volvieron los recuerdos.

_Vamos a acostarte An, necesitas descansar.

Estaba tan atento a mi tan cuidadoso que no parecía real.

_Acóstate conmigo amor.

_Voy a hacer lo que mi pidas, siempre An.

Medormí profundamente en sus brazos.

Mi mejor versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora