Después de dos semanas, mi recuperación y adaptación en Heikō ha sido muy rápida, mucho más de lo que yo pensaba. Soraka es una excelente doctora. Sabe escucharte y, sobre todo, siempre tiene las palabras adecuadas, justo las que necesitas escuchar; Kia es muy servicial, siempre está a disposición de lo que necesite; Y Swep, aunque sea de pocas palabras, es muy inteligente y cuando habla, siempre es para hacernos reír. Aparte de ellos, mi amigo Gragas, viene todos los días a verme y a veces me trae un poco de comida y nuevas historias para contarme. Sin ellos y sin la ayuda de mis padres, que sé que están a mi lado, apoyándome en todo lo que haga, esto no sería posible. Cada día me siento mejor y empiezo a encontrar razones para ser feliz.
Sin embargo, me gustaría que todo fuera así de fácil como suena... No he dejado de tener pesadillas y alucinaciones con La Figura Oscura, la veo casi todas las noches. Siempre tengo miedo de que vuelva a aparecer y me vuelva a arrebatar todo... Pero no puedo demostrar mi miedo a estas lindas personas que tanto trabajan por mi felicidad. Ellos no se merecen esto. Entiendo todos los esfuerzos y sacrificios que hacen por mí, cada detalle que tienen conmigo y el peso que cargan intentando que mejore. Soraka es mi doctora y me pidió que sea sincero con ella, y realmente lo intento, intento abrirme a ella, pero simplemente no puedo. Algo en mí no me lo permite. Cuando me pregunta sobre mis alucinaciones, le digo que cada vez son menos frecuentes, aunque en realidad, cada vez lo sean más. Cuando me pregunta sobre mi dolor, le digo que con su ayuda mejoro. No hay nada mejor que ver la sonrisa de mis amigos cuando les digo que mejoro, que cada día me siento más vivo, pero que en mi interior realmente cada día me siento peor. Pero de esto se trata, de luchar y de dar lo mejor de mí. Lo mejor de mí para la felicidad de ellos.
Tengo mucho tiempo de no ver a mis padres, no puedo hablar con ellos, pero, la verdad, eso no me preocupa; sé que ellos están a mi lado, pueden ver mis sentimientos, conocen mi dolor y saben lo que hay en mi interior. Quizás no les agrade la idea que no demuestre mi dolor a los demás, pero con que ellos lo sepan, a mí me basta.
Se ha llegado el día en el que por fin podré salir de la enfermería. Aunque en mi interior no encuentre la paz, me siento preparado para afrontar lo que viene. La Figura Oscura todavía permanece en mi cabeza todo el tiempo, pero he decidido que no me robará más mi felicidad. Es momento de aceptar lo que pasó y de continuar.
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Gragas llega a la puerta de la enfermería, toca dos veces para pedir permiso para entrar.
—Pasa, Gragas. — Le dice Soraka con un tono muy amable. — Llegas justo a tiempo, Zed está listo para poder irse.
—Está bien, doctora. — Responde Gragas. — Luego de esto, ¿Zed necesitará algún tipo de control?
—No es necesario, sin embargo, si Zed siente preocupación o incomodidad sobre algo, nosotros tendremos las puertas abiertas para que nos visite cuando él quiera. — Dice Soraka con mucha amabilidad.
—Bueno Zed, llegó el momento que tanto esperabas. — Me dice Kia, que me ayuda a levantarme de la cama. Al estar de pie, ella me da un gran abrazo por impulso. — ¡Vienes a visitarnos, he!
—Haré lo que pueda, Kia. — Contesté.
—Es hora de irnos, campeón. — Me dice Gragas. Esa palabra me causa nostalgia, así me llamaba mi padre.
—Pórtate bien, Zed. — Me dice Swep con un tono sarcástico y me despeina con su mano.
—Gracias por venir por mí, Gragas. Es momento de irnos. — En mi interior siento mucha curiosidad por conocer realmente Heikō. Descubrir y explorar por mi cuenta.
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La oscuridad de un alma desgarrada.
General FictionZed es un niño que vive en una aldea pacífica llamada Kin. Todo es muy tranquilo, hasta que una noche un escuadrón desconocido devasta sin piedad a toda la aldea. Zed logra escapar gracias al sacrificio de su padre. Al ver el ataque, la aldea vecina...