Capitulo 4: El compromiso.

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Mi corazón empezó a latir aceleradamente, mi estómago se revolvió y mi cuerpo se inmovilizó.

¿Desde hace cuanto no me dirigía la palabra? ¿Desde hace cuanto no me llamaba de esa forma?

— Tetsuya... — logré murmurar.

Ya no le tenía la confianza como para llamarlo por su nombre.

— Escucha...— desvió su vista al suelo, se veía incómodo.

De su bolsillo, sacó un sobre con un corazón. Estaba todo doblado, pero lo reconocí al instante, era el mismo que le había entregado hace tres años.

— Dojimi, en realidad no estoy aquí por casualidad.

<<Oh no>>

Entonces, algo sonó en mi bolsillo. Era el teléfono móvil que mamá me dio como regalo en mi cumpleaños pasado.

— Disculpa, debo atender esta llamada.

Él bufó y pateó una piedra que cayó en el lago, pero luego asintió.

Miré la pantalla y salía el nombre de Aiko. Contesté.

— ¿Si?

— ¿Doremi? ¿Dónde te haz metido? ¡Tenemos noticias!

— ¿Noticias? ¿de qué tipo? — cuestioné confusa.

Es Akatsuki, ha venido a pedirnos su ayuda. ¡Tienes que venir!

Me alarmé.

— ¡No puedo creerlo! ¿Qué ha ocurrido con él?

Es más delicado de lo que crees.

Suspiré.

Quité el teléfono de mi oreja y volví a guardarlo.

—   Lo siento, Tetsuya. — lo miré con tristeza y toqué su hombro.

Él se tensó.

— Hablaremos en otra ocasión.— continué y luego corrí en dirección opuesta.

Mientras más me alejaba de él, más pesaba la distancia.

Finalmente aclararíamos las cosas, el parecía tener esa intensión al sacar la carta.

No podía creer que aún la conservaba, sin embargo eso podía esperar. Ya había esperado tres años por una respuesta que nunca llegó y la tomé como un rechazo, podría esperar un poco más.

Corrí hasta el Mahoo Doo con todas mis fuerzas. Entré a la tienda mágica y observé que entre todo ese viejo polvo, estaba un Akatsuki con una mirada desesperada.

— ¡¿Qué ocurre?! — fue lo primero que dije.

— ¡Doremi-chan!— dijo Hazuki con preocupación. — Estás aquí. — me abraza.

Miré a Mayorika, luego a Lala, por ultimo a Aiko.

— ¿Por qué ponen esas caras? que alguien me explique.

Entonces Aiko se acerca lentamente a mi.

— ¿Recuerdas lo que discutimos sobre Hanna? — preguntó tratando de tranquilizarme.

— Si. — respondí. — Pero ya no estoy preocupada, ella estará bien.

Hazuki frunce el ceño.

Doremi 16 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora